Una historia de la guerra fría

El 19 de agosto de 1946 hacía su entrada al puerto de Barcelona el vapor Ciudad de Alcira perteneciente a la Compañía Trasmediterránea, procedía de las islas Canarias y a bordo transportaba unas 42 toneladas de carga que incluían: papel y goma vieja, harina de pescado entre otras mercancías.

El Ciudad de Alcira (imagen del Museo Marítimo de Barcelona)

Esta fue una de sus primeras escalas al puerto de la ciudad Condal después de que se anunciara a principios de año un nuevo servicio entre Barcelona, Valencia y Palma de Mallorca. Esta nueva línea promovida por la Trasmediterránea la cubriría el vapor Ciudad de Alcira, barco adquirido en la grada por esta naviera y cuyo destino original debía haber sido el transporte de fruta. Sin embargo, meses más tarde la compañía comunicaba que el vapor Ciudad de Alcudia cambiaría de línea pasando a conectar las islas Canarias con Barcelona.

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Entrando en el puerto de Barcelona (imagen del Museo Marítimo de Barcelona)

Este vapor disfrutó una vida marinera de casi treinta años, tuvo pocos sobresaltos más una misión secreta que contar relacionada con esos años de la guerra fría.

El barco

Este era un vapor mixto de carga y pasaje, mas en su origen debía haber sido un buque frutero para exportar los productos de la costa levantina y de las Islas Canarias. Sería construido con el nombre de Alcira para la Compañía Frutera de Navegación (COFRUNA) en los astilleros de la Unión Naval de Levante, fue puesto a flote el 18 de noviembre de 1944 y en plena construcción fue comprado por la Compañía Trasmediterránea. Su nuevo propietario le cambió el nombre a Ciudad de Alcira y ordenó que se instalaran camarotes para un total de 26 pasajeros, capacidad que aumentó tras una modernización a finales de los años cincuenta.

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En amarillo están resaltadas las instalaciones para el pasaje (imagen del archivo de Manuel Rodríguez Barrientos vía Trasmeships)

Desplazaba 4.350 toneladas a plena carga con una eslora de 89,5 metros por 13,1 metros de manga y 5,5 metros de calado. Era propulsado por una máquina alternativa de vapor Compound de cuatro cilindros y 1.400 IHP. que le daba 14 nudos de velocidad.

Tenía un hermano gemelo al que originalmente se lo llamó Alcora y también fue adquirido por la Transmediterránea que lo bautizó como Ciudad de Salamanca (imagen del Museo Marítimo de Barcelona)

Su tranquila existencia se interrumpió en algunas ocasiones, una de ellas fue cuando recibió una llamada de socorro del pesquero Santa Faz, el 31 de julio de 1949, al que encontraron sin propulsión a la altura de Mazagán y lo remolcaron al puerto de Málaga.

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El interior del puente de mando (imagen del Museo Marítimo de Barcelona)
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El mismo puente de mando visto desde el exterior (imagen del Museo Marítimo de Barcelona)

El otro sobresalto sucedió el 24 de enero de 1963, cuando en plena travesía de Santa Cruz de la Palma a Málaga y a unas siete millas de Tarifa, fue sorprendido por un fuerte temporal que le averió la máquina. Afortunadamente a los mensajes de emergencia lanzados acudió el petrolero noruego Wilmina que pudo remolcarlo hasta la bahía de Cádiz, allí repararon la avería y continuaron su viaje.

Una historia de la guerra fría

Tanto el Ciudad de Alcira como su gemelo Ciudad de Salamanca realizaron una misión secreta mediante una estación meteorología instalada a bordo. Dicha estación fue montada a popa junto al pañol de la carpintería, entre los instrumentos había un cañón que lanzaba sondas de batitermografía. Dicho instrumento devolvía datos referentes a presión, temperatura y salinidad del agua y en principio eran enviados al Servicio Meteorológico de Madrid. Sin embargo, había otro “cliente” interesado en esta información, la US Navy.

El batitermógrafo es un invento de 1935 atribuido al meteorólogo sueco Carl-Gustaf Rossby, pronto fue modificado para el campo militar e instalado en submarinos y buques antisubmarinos. Mediante este instrumento y la información que daba se podía intentar localizar a los submarinos a través de las termoclinas, es decir, a través de las capas de agua con una caída brusca de la temperatura y lugar ideal para esconder a un submarino ya que estas interfieren con los sonares de superficie. Del mismo modo y empleando el método contrario los submarinos se escondían de los buques de superficie.

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Sonda de batitermógrafo mecánico como el utilizado por la US Navy durante la Segunda Guerra Mundial (imagen de John J. Hains vía Wikimedia Commons)

A principios de la década de 1960 se desarrollaron sondas mucho más pequeñas y recuperables que podían ser utilizadas por personal poco entrenado y se instalaron en “barcos de oportunidad”. Estos barcos podían ser mercantes, petroleros o buques de pasajeros que debido a su tránsito por una ruta de interés podían lanzar estas sondas y sus datos enviados a servicios meteorológicos o a la US Navy.

USS Fort McHenry (LSD 43), Africa Partnership Station Initiative (APS)
Una sonda actual lanzada al agua por un marino norteamericano (vía Wikimedia Commons)

Tanto el Ciudad de Alcira como el Ciudad de Salamanca realizaban una ruta muy interesante para la marina de guerra estadounidense, la línea Sevilla a Canarias. Los datos eran enviados al Servicio Meteorológico de Madrid y a la Base Naval de Rota.

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Ubicación del lanzador de las sondas en el Ciudad de Salamanca (imagen de Francisco Javier Lamelas Olarán vía Trasmeships)
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Sonda del batitermógrafo (imagen de Francisco Javier Lamelas Olarán vía Trasmeships)

En Rota eran analizados por técnicos norteamericanos ya que la US Navy estaba muy interesada en esta información, y con la ayuda de este sencillo instrumento, podían intentar localizar a los submarinos soviéticos y hacerles un seguimiento.

Su retiro

La vieja máquina a vapor, que no dio pocos problemas, los años le pasaron factura y a principios de los años setenta la compañía ya comenzó a tramitar su baja. A principios de 1974 quedó amarado en Sevilla, y el 1 de junio de 1974 fue dado de baja y vendido para desguace a Steelnorte S. A., hecho que se llevaría a cabo en la localidad de San Esteban de Pravia en Asturias.

 

Más información:
Datos e imágenes adicionales en la página web de Trasmeships de Laureano García
Artículo «Puente de mando del buque “Ciudad de Alcira” (1946)» de Juan Carlos Díaz Lorenzo publicado en la página web del mismo autor Puente de Mando
Artículo «Navegando en tiempos de la guerra fría» de Francisco Javier Lamelas Olarán publicado en la revista Mar Nº 554 de enero de 2016

Un viaje interrumpido

El 8 de marzo de 1930 saltaron todas las alarmas cuando un rumor llegó a las redacciones de los principales diarios de Barcelona. Circulaba la sospecha de que un vapor había embarrancado en la costa catalana y se temía por la suerte de su pasaje y tripulación. Poco a poco dicho rumor se fue aclarando y el vapor en cuestión era el Franca Fassio de la naviera italiana Società Anonima di Navigazione Villain e Fassio que llevaba un día con rumbo a Barcelona y embarrancó en la costa a la altura de Begur próximo a Palamós.

En un principio el propio capitán del vapor solicitó ayuda para desembarcar al pasaje, sin embargo, horas después comunicaba por telégrafo que habían conseguido liberarse por sus propios medios y que ponían rumbo a Barcelona llegando la madrugada del 8 de marzo.

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Daños visibles en la proa del vapor aparentemente menos graves de lo que parecen (imagen vía la Hormiga de Oro)

A su llegada quedó atracado en el Muelle de Barcelona paramento norte junto a Atarazanas, allí desembarcaron a sus 23 pasajeros más algo de carga y se valoraron los daños sufridos. Aparentemente sus daños no iban más allá de algunas rozaduras y abolladuras en su casco, pero para asegurarse de la buena salud en general el vapor fue subido al dique seco. Allí comprobaron que tenía un boquete en la proa y había sufrido daños en las planchas del casco, y gracias a los compartimentos estancos no hubo que lamentar la pérdida del vapor. El día 11 de marzo con los desperfectos reparados bajó del dique seco y el mismo día partió hacia Génova.

Este fue uno de los sobresaltos que sufrió el vapor Franca Fassio durante su vida marinera que hasta 1930 contaba con casi 40 años de carrera, carrera que empezó en 1892 en Suecia y que terminaría en 1940 en aguas próximas a Savona víctima de un ataque de un submarino de la Royal Navy.

El vapor Thule

Este fue el primer nombre de este vapor que fue construido por los astilleros de Wigham Richardson & Co. en Neptune Yard a orillas del río Tyne, siendo puesto a flote el 29 de febrero de 1892 y completado el 19 de mayo del mismo año.

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El vapor Thule (vía Simplon Postcards)

Desplazaba unas 1.969 toneladas de registro bruto con una eslora de 86 metros por 11,4 metros de manga y 4.8 metros de calado. Era propulsado por una máquina a vapor de tres cilindros y 360 NHP. de potencia que conectada a un eje le daba una velocidad de 13 nudos (en pruebas). Podía transportar hasta 86 pasajeros divididos en tres clases: 42 en primera clase, 24 en segunda y 20 en tercera; además de carga y correo.

Entraría en servicio con el nombre de Thule para la naviera Angfartygs A/B Thule para cubrir la línea entre Londres y Gotemburgo hasta 1919. El 26 de noviembre se transfiere a Rederi Svenska Lloyd y lo someten a una amplia modernización, al término de las obras pasa a navegar en la línea Gotemburgo-Newcastle hasta 1925.

El vapor Franca Fassio

A finales de 1925 comienza otra etapa de su vida, lo compra Ernesto Fassio de la naviera Villain e Fassio y lo rebautiza como Franca Fassio en honor a la hija del fundador de la compañía. Ahora el vapor cambia de aires pasando a navegar por las gélidas aguas del mar del Norte a las cálidas del Mediterráneo y quedaría asignado en la línea Génova-Barcelona.

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Poster promocional de la línea Génova-Barcelona de Villain e Fassio (vía Catalogo generale dei Beni Culturali)
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El Franca Fassio fue uno de los primeros vapores que estrenaron el Muelle de San Beltrán (imagen vía Memoria de la Junta de Obras del Puerto 1926-1929)

No obstante, la línea que cubría el Franca Fassio no daba los beneficios esperados y la compañía tuvo que pedir ayuda al estado italiano y todo empeoró con la guerra civil española con una importante subida de los fletes.

Durante la guerra de Etiopía el vapor interrumpió sus viajes habituales entre Génova y Barcelona, y durante un año fue fletado por Tirrenia di Navigazione para conectar Italia con África Oriental. Al término de este contrato se le añadieron nuevas rutas como la de Génova-Palma de Mallorca-Cádiz-Sevilla y ayudó en el transcurso de esta ruta a suministrar material militar italiano y a proporcionar transporte a las tropas nacionalistas durante la guerra. Aun así no tuvo pocos problemas y en numerosas ocasiones fue objeto de inspección por parte de las autoridades y del Comité de No Intervención.

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El Franca Fassio

Terminada la guerra civil española otro conflicto comenzaba, la Segunda Guerra Mundial, y aunque el vapor no fue requisado por la Regia Marina aun realizaba algunos viajes suministrando material militar a España hasta el 4 de octubre de 1940.

El hundimiento

A pesar de la guerra mundial la naviera Villain e Fassio reanudó su línea Génova-Barcelona con el Franca Fassio, pero no llegó muy lejos. El 4 de octubre de 1940 a las pocas horas de partir de Génova el vapor italiano fue interceptado por el submarino HMS Triton de la Royal Navy.

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Submarino HMS Triton navegando en superficie (vía Wikipedia)

El HMS Triton era un submarino de la clase T de unas 1.575 toneladas en inmersión y 84 metros de eslora que iba armado con 10 tubos lanzatorpedos (6 a proa y 4 a popa) más 1 cañón de 102 mm. en cubierta.

El oficial al mando, el teniente Guy Claud Ian St Barbe Slade Watkins, debió identificarlo como un buque de guerra ya que el vapor iba pintado de gris y estaba armado con un cañón en la popa, y no dudó ni un instante al lanzarle cuatro torpedos a una distancia de 1.300 yardas. Tres torpedos lograron el blanco y el vapor Franca Fassio se hundió prácticamente al instante llevándose con él a diez personas, otras 62 lograron salvarse.

El pecio del Franca Fassio descansan a 20 millas al suroeste de Savona y a 16 del semáforo de Cabo Noli.

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Portada de un cuadernillo de presentación de vapor Franca Fassio (vía Maritime Timetable Images)

 

Más información:
Más datos del Franca Fassio en el blog Con la pelle appesa a un chiodo de Lorenzo Colombo
Biografía de Ernesto Fassio disponible en la página web del Istituto della Enciclopedia Italiana fondata da Giovanni Treccani
Historial del submarino HMS Triton en la página web de uboat.net

La Estrella de Valencia

La jornada del día 3 de abril de 1880 el puerto de Barcelona no tuvo una gran actividad, unos ocho barcos llegaron y otros tres partieron. De los llegados destacaban el vapor Minerva procedente de Ruan que traía una importante carga de sílice y silicato de sosa; de Newcastle llegó el vapor Headquarters con más de 1.000 toneladas de carbón mineral; de Nueva Orleans la corbeta Humber llevaba a bordo 86.000 duelas; también de Nueva Orleans llegaría la corbeta española Altagracia con 600 balas de algodón y 33.000 duelas; y de mucho más cerca y en 11 horas de viaje alcanzaba Barcelona el vapor Bellver que se hallaba en tránsito hacia Cardiff.

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El vapor Bellver atracado en el puerto de Barcelona a finales del siglo XIX (imagen del Museo Marítimo de Barcelona)

Así sin más, sin ninguna ceremonia realizaba la primera escala al puerto de Barcelona este vapor que había sido adquirido por la Empresa Marítima a Vapor a principios de 1880 y que poco después de llegar comenzaría a navegar con la contraseña de esta naviera palmesana.

El Bellver gozaría de una larga vida al servicio de tres navieras españolas conectando las islas baleares, las islas canarias y los puertos del norte de áfrica con la península. Pero como ya sucediera con el vapor Enrique Maynes, el Bellver también merece el título de “un barco de película” ya que quedó inmortalizado en tres cintas, un documental y dos películas, terminando su vida con el nombre de “Estrella de Valencia”.

El Bellver

Debía de haber navegado para una naviera china, pero por avatares del destino dicha naviera quebró y sería adquirido por D. José Altier, director de la naviera Empresa Marítima a Vapor. Sería construido en los astilleros de James & George Thomson en Clydebank, siendo botado el 22 de diciembre de 1879.

Desplazaba 1.260 toneladas de registro bruto con una eslora de 75,5 metros por 9,1 metros de manga y 3,8 metros de calado. Su propulsión la obtenía de una máquina a vapor de 123 NHP. que conectada a un eje le daba una velocidad de 12 nudos, además disponía de aparejo de bergantín, algo muy útil en cruceros largos para ahorrar carbón. Podía transportar hasta 70 pasajeros más carga en sus bodegas.

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El vapor Bellver (vía Pinterest)

Al quebrar la naviera china la Empresa Marítima a Vapor vio una buena oportunidad para reforzar su flota, lo compró y le dio el nombre de Bellver, tocando por vez primera el puerto de Palma el 21 de febrero de 1880. Sus primeros años fueron algo difíciles, de regreso de Cardiff sufrió un fuerte temporal en octubre de 1880 en el que perdió un tripulante y dos años más tarde navegaría muy lejos de casa al ser fletado por la compañía norteamericana North & South American Steam Navigation Co. para navegar entre Nueva York y las Indias Orientales. Durante esta etapa socorrió al bergantín francés Marie Anne cuya tripulación enfermó de fiebre amarilla y le dio remolque hasta el puerto de Hampton Roads. Ya habiendo regresado de Estados Unidos en 1889 realiza un viaje a Tierra Santa partiendo desde Barcelona, y al año siguiente lo repite.

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Aquí lo vemos atracado en el Muelle de Atarazanas, tras él de través se encuentra el vapor Lulio (imagen del Museo Marítimo de Barcelona)

A partir de 1891 comenzaría una nueva etapa cuando las navieras La Isleña, la Empresa Mallorquina de Vapores y la Empresa Marítima a Vapor se fusionan formando la Isleña Marítima, el Bellver quedaría integrado en la flota de esta nueva compañía. En 1895 el Bellver se somete a una profunda revisión, se mejoran sus máquinas, se instalan nuevas calderas y una nueva hélice

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El Bellver con el logotipo de la Isleña Marítima en su chimenea (imagen del Museo Marítmo de Barcelona vía Trasmeships.es)

Un primer documental

La primera aparición en el cine del vapor Bellver sucede cuando un joven aficionado al cine, Fructuós Gelabert, graba un breve documental del vapor llegando al puerto de Palma de Mallorca. Algo que hoy en día puede ser habitual, rutinario e incluso aburrido gracias a nuestros teléfonos móviles, para Gelabert fue un gran paso y para la cinematografía catalana y española.

Gelabert quedó muy impresionado al ver la primera proyección de los hermanos Lumière en Barcelona en 1896. Tras esta primera impresión él mismo filmó, dirigió e incluso protagonizó su primera película muda de un minuto de duración llamada «Riña en un café» que es considerada la primera película catalana y la primera película de ficción rodada en España.

El vapor Bellver testigo mudo de haber sido protagonista de la historia cinematográfica española sin saberlo siguió con su vida. Llegada la Primera Guerra Mundial sobrevivió con algunos sobresaltos, siendo detenido para inspección hasta en tres ocasiones por cruceros auxiliares franceses.

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Vieja fotografía del vapor Bellver llegando al puerto de Palma, una escena similar sería la que grabara Fructuós Gelabert (imagen del Museo Marítimo de Barcelona)

La etapa con la Isleña Marítima terminaba en 1918 cuando se convierte en una filial de la Compañía Trasmediterránea. La nueva compañía no le cambia el nombre y le asigna nuevas rutas utilizándolo para transportar carbón entre Reino Unido y España, también realizaría la ruta Barcelona-Génova y Barcelona-Melilla. En este nuevo ciclo sufriría diversos accidentes, como la avería del timón en 1922, el abordaje al velero italiano Emma en 1924 y/o la colisión en enero de 1929 en el puerto de Alicante por parte del vapor Cabo Creux que le dañó la proa.

El más grave sucedió la mañana del 9 de abril de 1933 cuando cubría la línea de Mahón a Palma embarrancó en la isla Conejera debido a la espesa niebla. Acudieron a su rescate los vapores Infante Don Jaime y Balear y tras horas de trabajo lograron ponerlo a flote.

La Estrella de Valencia

El rodaje de la película “La Estrella de Valencia” se desarrolló durante su último año de servicio, entonces navegaba en la línea de Palma a Cabrera y una productora alemana, la UFA GmbH, se fijó en él para filmar la misma película en alemán y francés. Pero, ¿por qué se filmaron dos películas iguales con distintos idiomas? pues porque en esa época no existía la industria del doblaje tal y como la conocemos hoy en día y era necesaria esta duplicación.

El argumento gira en torno a una pareja de enamorados separados por la burla de una tercera persona, el marinero del buque Estrella de Valencia en la búsqueda de su amada da con ella en un cabaret de Palma de Mallorca en donde trabaja como cantante. El marinero intentará liberarla comprando su libertad con la oposición del dueño del cabaret.

Der Stern von Valencia
Póster de la película (vía imdb.com)

Para ello la versión alemana estaría dirigida por Alfred Zeisler que contó con actores y actrices como Liane Haid, Peter Erkelenz, Ossi Oswalda entre otros. La filmación tuvo lugar entre febrero y abril de 1933 en los estudios AFU de Neubabelsberg y en las localidades de Palma de Mallorca y Valencia, además del vapor Bellver.

En cuanto a la versión francesa, que se estrenaría con el nombre de “L’étoile de Valencia” contaría como director a Serge de Poligny y su elenco principal lo protagonizarían Brigitte Helm, Jean Gabin y Simone Simon.

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En el póster de la versión francesa se puede ver el perfil del vapor Bellver (vía imdb.com)

La película fue recibida con buena crítica en Alemania y Francia, llegaría a estrenarse en España y en Barcelona se estrenó en el Salón Cataluña proyectaban la versión francesa; los espectadores barceloneses fueron unos afortunados ya que en la actualidad la cinta de “L’étoile de Valencia” se considera perdida.

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Fotográma de la película con Jean Gabin en la sala de máquinas del Estrella de Valencia (vía imdb.com)

En cuanto al vapor Bellver poca vida marinera le quedaba, sería retirado del servicio en 1934 y durante mucho tiempo permaneció a la espera de su futuro en el puerto de Mahón. A finales de enero de 1936 sería vendido para desguace, hecho que se llevó a cabo en Cala Figuera en Mahón a partir de febrero de 1936.

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El Bellver atracado en el puerto de Barcelona cuando ya le quedaba poco tiempo de mar (imagen del Museo Marítimo de Barcelona)

De él tan solo se conserva el escudo que adornaba su popa que se conserva en el Museo Marítimo de Barcelona.

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El escudo de popa del Bellver (imagen del Museo Marítmo de Barcelona vía Trasmeships.es)

 

Más información:
Más datos del vapor Bellver en la página web de Trasmeships.es de Laureano García
Ficha de las películas «Der Stern von Valencia» y «L’Etoile de Valencia» en la página web de Internet Movie Database
Artículo «El ‘eslabón perdido’ entre los Lumière y Villaronga» de Laura Jurado publicado en elmundo.es