El día 18 de diciembre de 1935 y a medida que se acercaban las fiestas navideñas, se incrementó el tráfico de buques de pasaje. Esa mañana y a lo largo del día llegaron diversos buques: de Braila y escalas llegó el vapor italiano Capo Faro, además de los habituales de la Compañía Trasmediterránea Villa de Madrid, de las islas canarias; el Ciudad de Ibiza, del puerto que lleva su nombre; de Mahón, el Jaime II y los Ciudad de Tarragona y Ciudad de Palma. Este último quedó atracado en el Muelle de Atarazanas y allí desembarcó algo de carga y pasaje.
Sin embargo, un solo pasajero se llevó toda la atención, tanto de la prensa, como del resto de pasajeros y curiosos que se hallaban en ese muelle a la llegada del Ciudad de Palma. Se trataba del político inglés Winston Churchill; según él, había ido a Palma para descansar, pero en realidad se estaba preparando para la guerra.
La motonave Ciudad de Palma
Fue construido por los astilleros italianos de Cantieri Navale Triestino en Monfalcone para la Compañía Trasmediterránea, siendo puesto a flote el 18 de noviembre de 1929 y entregado a la naviera española el 14 de abril de 1930 con el nombre de Príncipe Alfonso.
Esta motonave tenía un desplazamiento de unas 5.550 toneladas con una eslora de 105,8 metros por 14,9 metros de manga y 5,9 metros de calado. Era propulsado por dos motores diésel Burmeister & Wain de 5.200 BHP. que le daban 17 nudos de velocidad. Podía transportar carga y hasta 264 pasajeros repartidos en primera, segunda y tercera clase.
Durante sus primeros años de vida marinera cubrió la línea Barcelona-Palma. Durante la guerra civil fue incautado por el bando sublevado, fue armado y convertido a un crucero auxiliar, operando en el mar Cantábrico. Más adelante sería convertido como buque hospital.
Durante el período de la posguerra, fue adscrito a diversas líneas como las de Barcelona-Cádiz-Canarias; Barcelona-Palma o Sevilla-Canarias. Sufrió un par de accidentes, uno de ellos sucedió el 5 de marzo de 1952, cuando embarrancó en la playa de Casa Antúnez; poco después, el 1 de abril de 1953 volvió a embarrancar, esta vez en Cala Figuera, en Palma de Mallorca.
Se mantuvo operativo hasta 1967 y fue sustituido por los nuevos cuatro buques de la serie X o clase Albatros. Tras su baja pasó una temporada amarrado en el puerto de Barcelona, y un año más tarde fue vendido para desguace, hecho que se llevó a cabo en Vilanova i la Geltrú.
Un ilustre pasajero
Winston Churchill y su esposa, llegaron a Barcelona en tren procedente de París la mañana del 11 de diciembre de 1935 y se alojaron por unas horas en el hotel Ritz. Por entonces, Churchill todavía no era Primer Ministro, pero aún así, gozaba de una gran popularidad tanto dentro del Reino Unido como fuera de él y por ello recibió a los periodistas en el hotel.
A los medios de comunicación les recalcó que su viaje era de placer, para descansar de la agitada vida política en el parlamento, sin embargo, el objetivo era el de prepararse él mismo y a su país, de la inminente amenaza del vecino país alemán gobernado por Adolf Hitler. Esa misma noche partió de Barcelona en el Ciudad de Palma, a su llegada se alojó en el hotel Formentor y aparentemente parecía que estaba de vacaciones. Dedicó sus días a pintar cuadros y a terminar su autobiografía, pero realmente lo que hizo fue prepararse para la amenaza inminente.
Su principal preocupación estaba, por el momento, en España; el fascismo estaba en auge y algo estaba a punto de suceder, y sucedió en forma de guerra civil. Terminada esta asumió la jefatura del estado el general Franco, quien, afín a las políticas de Hitler, se temía que llegado el momento entrara en la guerra con su ejército. Sabedor de este problema, Churchill movió sus hilos e influencia en Palma de Mallorca para, llegado el caso, comprar las voluntades de los generales de Franco y evitar que España entrara en guerra en favor de Alemania.
Tras una semana de estancia, no muy agradable a causa del tiempo, volvieron a la ciudad Condal. En esta ocasión el político inglés no se mostró tan amable con la prensa y se negó a hacer ningún tipo de declaración. Aquí se separaría la pareja, Clementine Hozier partiría en tren hacia París y de ahí a Londres; en cuanto a Winston Churchill, aun le quedaban gestiones por hacer en Marruecos, así que esperó a que el vapor Villa de Madrid partiera para embarcar en él y poner rumbo a Gibraltar.
Un recuerdo para Barcelona
Poca huella dejó el político inglés en Barcelona, aunque muchos lo recordamos por su discurso del 18 de junio de 1940, en la Cámara de los Comunes, debido a la toma de París por parte del ejército alemán. En su alocución citó a la ciudad de Barcelona y a su población como a un ejemplo a seguir con estas palabras:
“No subestimo en absoluto la gravedad de la dura experiencia que tenemos por delante, pero creo que nuestros compatriotas serán capaces de hacerle frente, al igual que lo hicieron los valientes ciudadanos de Barcelona, de mantenerse en pie y seguir adelante a pesar de ello; al menos tan bien como cualquier otro pueblo del mundo. Mucho dependerá de esto”.
En su memoria en Barcelona se inauguró en el año 2012 una estatua en los Jardines de Winston Churchill, en la confluencia de las calles de Vía Augusta y Ronda del General Mitre.
Más información:
La motonave Ciudad de Palma en la página web Trasmeships de Laureano García
El regreso de Winston Churchill a Barcelona tras su estancia en Mallorca en el diario La Vanguardia del 19 de diciembre de 1935 página 8
Artículo «The Churchill Day Book for 1935» de William John Sheperd publicado en la página web «The Churchill Project»