El 17 de septiembre de 2000 llegaba al puerto de Barcelona el crucero SeaWind Crown, sus pasajeros no esperaban ninguna ceremonia de bienvenida, más bien todo lo contrario, ahora emprendía el periodo más oscuro de su vida marinera. Quedó atracado en el Muelle de Barcelona, en donde familiares y amigos recibieron a los 800 pasajeros que debían terminar un crucero por el Mediterráneo organizado por Pullmantur y que fue interrumpido un par de días antes.
El crucero tenía previsto visitar destinos como Cannes, Livorno, Civitavecchia, Nápoles y Palma de Mallorca para rendir viaje en Barcelona, pero el 15 de septiembre la naviera propietaria del crucero presentaba suspensión de pagos y a su llegada a Barcelona el SeaWind Crown y sus 260 tripulantes quedaron abandonados en el puerto de Barcelona.
Una joya de la marina mercante portuguesa
La Compañía de Navegación Colonial portuguesa ordenó en 1961 la construcción de un nuevo transatlántico para conectar Portugal con las colonias de ultramar. Los astilleros encargados de tal empresa fueron los belgas de J. Cockerill Ship-Building Ltd. en Hoboken.
El resultado fue un hermoso transatlántico de líneas futuristas de 23.306 toneladas de registro bruto con una eslora de 195,5 metros por 24,4 metros de eslora por 8,2 metros de calado. Era propulsado por 4 turbinas a vapor Westinghouse de 22.000 CV. de potencia que conectadas a dos ejes le daban una velocidad de 21 nudos.
A su entrada al servicio podía transportar hasta 1.018 pasajeros repartidos en tres clases: primera, clase Turista A y clase Turista B. Además disponía de cuatro bodegas con una capacidad para 10.504 m3 de carga general y carga refrigerada.
Se mantuvo activo hacia los destinos coloniales portugueses hasta 1975; para entonces la aviación comercial ya se convirtió en una dura competencia al transporte marítimo de pasajeros y, o bien el sector evolucionaba y se reconvertía o desaparecía.
A falta de un uso mejor, el Infante Dom Henrique quedó inmovilizado en el puerto de Lisboa hasta 1977. A partir de entonces se intentó utilizarlo como alojamiento de los trabajadores contratados para ampliar el puerto de Sines, pero el proyecto fracasó. Durante nueve años permaneció amarrado en un sector de Sines a merced de los elementos.
Cuando todo parecía perdido, George Potamianos se hizo cargo de él y lo compró en 1986, lo transformó en un crucero y lo renombró a Vasco Da Gama. Lo reformó por dentro y por fuera, y le dio una nueva vida.
Su estreno como crucero fue algo complicado, fue fletado por Neckermann Reisen y debía comenzar sus cruceros en diciembre de 1988 pero un incendio en su sala de máquinas propició una parada en los astilleros de Bremerhaven. Solucionado este problema comenzó sin novedad sus cruceros alrededor del mundo hasta 1991. Este año fue fletado por SeaWind Cruise Lines para realizar cruceros de una semana en Aruba con el nombre de SeaWind Crown.
En 1997 SeaWind Cruise Lines se fusionó con Dolphin Cruise Lines formando la Cruise Holdings Ltd. y más tarde esta adquirió las operaciones de la Premier Cruise Lines.
Abandonado en puerto
Así quedó el SeaWind Crown con su tripulación, abandonado cuando la compañía Premier Cruises Inc. presentó suspensión de pagos. Mientras se resolvía el contencioso económico, a bordo se vivía una situación humanitaria difícil de imaginar, ya que la tripulación no podía abandonar el barco, no cobraban su salario y tenían que recibir ayuda humanitaria de la Cruz Roja y de Stella Maris, el Apostolado de Mar del puerto de Barcelona.
A finales de octubre del 2000 la revista Marítimas anuncia que el banco norteamericano Donaldson, Lufkin & Jenrette (DJL) pagaría los sueldos atrasados más el gasto de los billetes para volver a casa a principios del mes de noviembre. Este banco era el principal acreedor de la naviera propietaria del crucero y se comprometió a esta solución económica por razones humanitarias.
No obstante, aún quedaba solucionar la situación del barco que a falta de un mejor espacio para él, fue trasladado a diversos muelles del puerto a la espera de su solución. Los años pasaban y nadie se interesaba por el SeaWind Crown, la Autoridad Portuaria de Barcelona se hizo cargo de él, lo renombró a Barcelona y lo puso en subasta. La Navidad de 2003 abandonaba el puerto de Barcelona, había un comprador, pero no volvería a navegar más que para ir directamente a desguace, hecho que se llevó a cabo en Alang, India.
Otros casos
Por desgracia el caso del SeaWind Crown no es único en este puerto, siempre ha habido barcos con o sin sus tripulaciones que por problemas económicos de las navieras y armadores han quedado atrapados en Barcelona.
Ha habido casos de todos los tipos con barcos bien distintos, como por ejemplo el ferry Reggio que terminó por hundirse en el puerto de Barcelona.
O el de C-Star fletado por la organización “Generación Identitaria” cuya misión era la de impedir y entorpecer la labor humanitaria de las distintas ONG ‘s. El barco y su tripulación fueron abandonados en este puerto en octubre de 2017.
Otro caso es el del Ashraf, este no fue abandonado exactamente, fue apresado por las autoridades españolas con un importante cargamento de hachís a bordo, y durante mucho tiempo el Ashraff formó parte del paisaje portuario del puerto.
Existen muchos otros casos como los del Eurolink, Isabel del Mar, Samy, Mk. 1 o el Constancia, que actualmente espera un comprador atracado entre el Muelle de Pescadores y el de Baleares, aunque lo más probable es que su destino sea el desguace.
Más información:
El transatlántico Infante Dom Henrique en la página web de ssmaritime de Reuben Goossens
Artículo «Buques fantasma» de Javier Ortega Figueiral publicado en el suplemento Vivir del 20 de mayo del 2014 del diario La Vanguardia
Diario Marítimas del 28 de septiembre de 2000 página 5