La tarde del 24 de enero de 1929 hacía su entrada al puerto de Barcelona el vapor Teide, procedente del puerto de Las Palmas, tras cinco días de travesía hasta el puerto de la ciudad condal. Quedó atracado en el Muelle de España, paramento nordeste, y allí procedió a la descarga de 563 toneladas de carga que incluía fruta, pescado y vino; además, desembarcaron 11 pasajeros.

(imagen del archivo de Laureano García – Trasmeships)
Por esos años el Teide realizaba la ruta Barcelona-Cádiz-Canarias y, más tarde, navegó con destino a Guinea. Pero no siempre fue así, ya que su origen hay que buscarlo a finales del siglo XIX, cuando navegaba para la Norddeutscher Lloyd alemana con el nombre de Crefeld, y, llegada la Primera Guerra Mundial, se convirtió en la sombra del crucero ligero SMS Karlsruhe.
El Crefeld
Fue construido en 1895 por los astilleros alemanes de Aktien-Gesellschaft Vulcan Stettin. De 3.973 toneladas de registro bruto con una eslora de 113,2 metros por 13,1 metros de manga. Era propulsado por una máquina a vapor de triple expansión de 2.000 HP que le daban 13 nudos de velocidad.

(imagen vía Wikimedia Commons)
Realizó su viaje inaugural el 11 de mayo de 1895, partiendo desde Bremen hacia Río de Janeiro y Santos. En septiembre de 1895 realizó las primeras travesías hasta Nueva York y, en septiembre de 1896, llegó a Baltimore. Entre 1895 y 1902 completó al menos 20 viajes de ida y vuelta en el Atlántico Norte.
Su actividad civil la combinaba con viajes de transporte militar para el gobierno del Imperio alemán, trasladando tropas y material desde Alemania hasta Tsingtau, una base naval y colonial del imperio. Además, transportó a la Fuerza Expedicionaria del Este Asiático durante la Rebelión de los Bóxers.
El corsario SMS Karlsruhe
Esta colaboración con el gobierno alemán continuó al estallar la Primera Guerra Mundial, quedando destinado como buque de apoyo logístico a la amplia flota de buques corsarios de la Marina Imperial alemana.
El objetivo de estos buques era doble: debilitar a Gran Bretaña atacando su vital línea de suministros y así afectar su economía; forzar a la Royal Navy a dispersar sus recursos, enviando cruceros tras los corsarios alemanes en lugar de concentrarlos en Europa; y, de paso, conservar cierta iniciativa alemana en ultramar a pesar de la superioridad naval británica.
Esta flota estaba compuesta por buques de guerra como los cruceros SMS Karlsruhe, SMS Dresden, SMS Emden o SMS Königsberg, entre otros; además de cruceros auxiliares con nombres como Möwe, Wolf, Seeadler, Geier y Meteor.

(imagen del Bundesarchiv vía Wikimedia Commons)
Esta flota necesitaba de otra más amplia para proveerles de víveres, combustible y municiones, así como para desembarcar en tierra firme a los prisioneros capturados de los buques ingleses interceptados y hundidos.
Ahí es donde entra en acción el Crefeld con un primer aprovisionamiento al SMS Karlsruhe el 31 de agosto de 1914. Durante este primer encuentro suministró al crucero 1.000 toneladas de carbón y víveres, además de 35.000 francos en oro. En su siguiente misión, fue el Crefeld el que interceptó al vapor carbonero británico Farn, que transportaba 7.000 toneladas de carbón solicitadas por el Karlsruhe.
El 22 de octubre, el Crefeld llegaba al puerto de Santa Cruz de Tenerife con 419 prisioneros capturados por el crucero alemán durante sus campañas de corsario. Sin embargo, una vez desembarcados todos los prisioneros, el Crefeld quedó internado en este puerto.
Un cambio de aires
Debido a las graves pérdidas sufridas por los buques de la Marina Mercante española, en 1918 el Gobierno de España negoció con Alemania la incautación de los buques internados en los puertos españoles. El resultado fue la incautación de seis buques llamados Eriphia, Javorina, Roma, Crefeld, Riga y Neuenfels, que recibieron la denominación de España Nº 1 a España Nº 6.

El Crefeld fue el España Nº 4, que en un primer momento navegó para la Compañía Trasatlántica, hasta que fue adjudicado a la flota de la Compañía Trasmediterránea y, más tarde, fue renombrado como Teide el 20 de octubre de 1924. La factoría Nuevo Vulcano de Barcelona fue la encargada de transformar el vapor alemán en un vapor correo. Ahora podía transportar hasta 192 pasajeros, repartidos en tres clases, e inicialmente quedó asignado a la línea Barcelona-Cádiz-Canarias.

(imagen de la colección del Museu Marítim de Barcelona)
Un trágico final
Sin embargo, parecía que el vapor aún debía saldar cuentas con el destino. El 15 de mayo de 1932 el Teide iniciaba una nueva travesía desde el puerto de Barcelona con destino a Santa Isabel, en la isla de Fernando Poo, y apenas tres semanas después, el 7 de junio, quedó varado en Punta Oscura. No hubo que lamentar víctimas, pero el buque se dio por perdido, poniendo punto final a una historia marcada por la Primera Guerra Mundial.

Más información:
El vapor Teide en la página web de Trasmeships de Laureano García
El naufragio del vapor Teide en aguas de Guinea Española en el diario Ahora del 10 de junio de 1932 vía Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España
Artículo «Los barcos con el nombre del Teide» publicado en el blog Montaña trenes e historias de Rafael Cedrés




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