La visita de una escuadra de la Royal Navy el 21 de febrero de 1922 generó una enorme expectación. El recibimiento se llevó a cabo por tierra, mar y aire: cientos de personas abarrotaron los muelles, numerosas embarcaciones de los clubes náuticos de la ciudad, junto con el contratorpedero Audaz, salieron a su encuentro por mar, y en el aire, varios hidroaviones de la Aeronáutica Naval les dieron la bienvenida.

El primero en arribar fue el buque taller HMS Sandhurst, que quedó atracado de popa en el Muelle de Barcelona, paramento sur. Poco después, el vigía marítimo del castillo de Montjuic izó en su telégrafo la señal correspondiente: «La escuadra extranjera avistada es inglesa». De inmediato, los prácticos salieron a su encuentro.

La entrada a puerto de uno de los destructores observada por un grupo de personas
(imagen publicada en la revista Mundo Gráfico)

Los primeros en entrar fueron los destructores: HMS Velox (D-34), HMS Versatile (D-32), HMS Vortigern (D-37), HMS Wallace (D-20), HMS Warwick (D-25), HMS Watchman (D-26), HMS Whilwind (D-30), que quedaron atracados entre el Muelle de Poniente y el de Barcelona.

Destructor HMS Versatile visto por su aleta de babor
(imagen publicada en la revista Mundo Gráfico)

Finalmente, y tal vez los más esperados por el público, llegaron los acorazados: el HMS Barham (04), el cual ejercía de buque insignia al mando del vicealmirante Nicholson, y tras él fondearon frente al puerto el HMS Warspite (03) y HMS Malaya (01).

Los acorazados quedaron fondeados frente al puerto
(imagen de Josep Salvany i Blanch vía Memòria Digital de Catalunya)

En una entrada anterior ya ahondé en la historia de buque taller HMS Sandhurst, el cual formó parte de la “flota fantasma”, concebida por Churchill, para confundir al enemigo y enmascarar los movimientos de los acorazados y buques capitales de la Royal Navy. Ahora es el turno del destructor HMS Versatile, protagonista de uno de los peores accidentes ocurridos en la mar, un hecho que, por desgracia, era demasiado común entre buques de superficie y submarinos.

El destructor HMS Versatile

El destructor HMS Versatile pertenecía a la numerosa clase Admiralty V y W de destructores construidos para la Royal Navy entre 1916 y 1924 que lucharon en ambas guerras mundiales. Fueron concebidos para cumplir múltiples roles, como escolta de convoyes, patrullas y combate antisubmarino.

El destructor HMS Velox de la clase Admiralty V
(imagen del Imperial War Museum)

Nuestro protagonista fue uno de los 67 destructores construidos, de este concretamente se encargaron los astilleros Hawthorn Leslie and Company en Tyneside, siendo puesto a flote el 31 de octubre de 1917 y entregado el 11 de febrero de 1918.

Tenía un desplazamiento de 1.339 toneladas con una eslora de 91,4 metros, por 8,2 metros de manga y 2,7 metros de calado. Era propulsado por turbinas a vapor alimentadas por tres calderas Yarrow que consumían fueloil. La potencia de sus turbinas alcanzaba los 27.000 SHP que conectadas a dos ejes le daban una velocidad máxima de 34 nudos y una autonomía de 3.500 millas náuticas a 15 nudos. Dotación, 110 tripulantes. Estaba armado con 4 cañones QF Mk V de 102 mm, otros 2 QF Mk II de 40 mm y 1 de 76 mm, además de 4 tubos lanzatorpedos dobles de 533 mm.

Estaba armado con 4 cañones QF Mk V de 102 mm, otros 2 QF Mk II de 40 mm y 1 de 76 mm, además de 4 tubos lanzatorpedos dobles de 533 mm.
(imagen del Museum Marítim de Barcelona)

El destructor HMS Versatile tuvo una larga y combativa vida, llegando a participar en ambas guerras mundiales. Estuvo presente en el último año de la Primera Guerra Mundial en donde quedó asignado a la Harwich Force participando en operaciones navales en el Mar del Norte. Fue en la Segunda Guerra Mundial en donde pudo demostrar su valía, en esta última gran contienda participó desde la Batalla del Atlántico a la Operación Overlord.

Demostró su sólida construcción el 13 de mayo de 1940 cuando fue atacado en el Canal de la Mancha por aviones alemanes que casi lo envían a pique.
(imagen del Imperial War Museum)

Pero mucho antes de que todo esto sucediera sufrió un terrible accidente con un resultado nefasto, el abordaje al submarino HMS H42 el 23 de marzo de 1922.

El accidente

Sucedió durante unas maniobras de prácticas de disparos de torpedos cerca de la Punta de Europa en Gibraltar, el HMS Versatile participaba en ejercicios junto a otros destructores. Todo transcurría con normalidad, alcanzando el destructor los 20 nudos, cuando, a proa, divisaron un submarino emergiendo. Era el HMS H42. Según las fuentes, el submarino se encontraba a una distancia de entre 30 o 120 yardas (27 o 110 metros).

A falta de una buena imagen del H42 esta del H28 sirve para hacerse una idea del aspecto del tercer grupo de los submarinos de la clase H
(imagen del Imperial War Museum)

El comandante del HMS Versatile, al percatarse del peligro, ordenó una maniobra de emergencia: dar atrás toda y virar a babor. Sin embargo, la maniobra fue insuficiente. El destructor abordó al submarino por detrás de la vela, partiéndolo en dos. Las consecuencias fueron devastadoras. El submarino se hundió casi al instante, y su tripulación de 22 submarinistas no tuvo tiempo de reaccionar. Todos perdieron la vida en el naufragio. Tras una exhaustiva investigación se llegó a la conclusión que el submarino emergió en el peor lugar posible, más aun cuando lo hizo en contra de las instrucciones.

Otros casos similares

Por desgracia estos accidentes se han repetido a lo largo de la historia. E aquí algunos ejemplos de los muchos accidentes entre buques de superficie y submarinos, con y sin víctimas.

El 8 de junio de 1912 el submarino Vendémiaire francés sufrió el mismo accidente del HMS H42, fue durante unas maniobras con la flota en aguas de Brest. Debido a la falta de comunicación y coordinación en los ejercicios navales el acorazado Saint Louis lo abordó por proa, causándole graves daños y una inundación incontrolable que causó su naufragio. Por fortuna se logró salvar a 8 tripulantes pero se perdieron 19 vidas. Este fue uno de los primeros accidentes de la Marina de guerra francesa con submarinos y abrió un debate sobre la seguridad de estas naves.

Recorte del diario Le Petit Journal del 9 de junio de 1912
(vía Gallica-BNF)

En España aun tenemos presente el accidente del submarino C-4, hundido el 7 de febrero de 1947 al ser abordado por el destructor Lepanto. El accidente tuvo lugar durante unas maniobras a 13 millas del Morro de sa Vaca en Palma de Mallorca. El C-4 emergió cerca de la amura de babor del destructor y, sin tiempo para reaccionar, impactó con su proa entre el cañón de proa y la vela del submarino partiendo prácticamente en dos. Como en los casos anteriores no hubo tiempo para reaccionar y el C-4 se perdió en el fondo del mar con sus 44 tripulantes.

Submarino C-4

El submarino japonés I-61 se perdió durante la guerra, cuando se hallaba en navegación junto al buque de apoyo de submarinos Rio de Janeiro Maru, para reunirse con la flota Murokusumi en la prefectura de Yamaguchi. Cuando se hallaban navegando por el canal de Koshiki el cañonero Kiso Maru confundió la luz roja a popa del Rio de Janeiro Maru con la de un buque más pequeño, al calcular mal la distancia entre ellos embistió por popa al submarino I-61. Sin tiempo para reaccionar el submarino se hundió rápidamente pereciendo sus 77 tripulantes.

Submarino I-61

Por último, un contraste, hubo otro accidente el del submarino estadunidense USS Stickleback (SS-415). Otros ejercicios provocaron un accidente que podía haber terminado como los anteriormente citados. Tras completar un ataque simulado contra un destructor USS Silverstein (DE-534), el submarino ascendió sin control debido a una pérdida de potencia, emergiendo a 200 yardas frente al destructor. Sin tiempo de reacción la proa del destructor impactó a proa de la vela, causando graves daños. Esta vez fue diferente, la inundación pudo ser controlada parcialmente, y con ese tiempo ganado se pudo salvar a toda la tripulación.

Este accidente pudo haber terminado como los anteriores
(imagen del Naval History and Heritage Command)

Por y para los submarinistas fallecidos en combate y/o en accidentes se los recuerda con la expresión “en eterna patrulla”.

Más información:
Llegada de la escuadra inglesa en la revista Mundo Gráfico del 1 de marzo de 1922
Historial del HMS Versatile en la página web V and W Destroyer Association almacenada en Archive.org
Libro «V & W Destroyers: A Developmental History» de John Henshaw disponible en Amazon

5 respuestas a “Una tragedia submarina evitable”

  1. […] primeros en entrar fueron los destructores: «HMS Velox» (D-34), «HMS Versatile» (D-32), «HMS Vortigern» (D-37), «HMS Wallace» (D-20), «HMS Warwick» (D-25), «HMS Watchman» (D-26), […]

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  2. Magnifico articulo. Tantas cosas pueden pasar en un submarino, pueden justificar que tripulaciones y mandos de gran experiencia parezca que cometen errores inexplicables,cuando en realidad han sido fallos mecánicos que nunca se pudieron investigar

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    1. Gracias. Demasiadas variables en naves muy complejas.

      Saludos

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  3. […] primeros en entrar fueron los destructores: HMS Velox (D-34), HMS Versatile (D-32), HMS Vortigern (D-37), HMS Wallace (D-20), HMS Warwick (D-25), HMS Watchman (D-26), HMS Whilwind […]

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