El barco de los locos

La noche del 30 de noviembre de 2005 una pequeña embarcación lograba alcanzar el puerto de Barcelona, parecía un barco pesquero, pero no ejercía como tal y procedente del puerto de Denia llegó al puerto de la ciudad Condal en 40 penosas horas. El capitán de la pequeña embarcación que no llegaba a los treinta metros de eslora decidió entrar en el puerto barcelonés de noche, sin previo aviso para intentar evitar que los rechazaran durante el día por no tener un lugar libre donde amarrar. Parece que el truco les salió bien, cruzaron la bocana y se les asignó un amarre temporal en el Muelle de Levante a popa del Naumon de la ‘Fura dels Baus’.

El barco recién llegado le haría una buena compañía al Naumon y seguramente se compenetrarían a la perfección ya que la función de ambos era la misma, las artes escénicas y la cultura. Pero aún no he dicho el nombre de este barco y es que tan loca entrada al puerto tan solo la podía hacer el barco que ostenta el título del “barco de los locos”, el Azart.

Azart - 01-07-2006 - JMF
El Azart atracado en el Muelle de Levante (imagen de Jordi Montoro)

El barco de los locos

Como bien dicen sus promotores, el Azart es un teatro itinerante que navega por el mundo ofreciendo intercambios culturales con artistas independientes con la locura como uno de sus principales valores. Sus tripulantes pertenecen a la fraternidad de «Guild of the blue barge» formado por artistas independientes de todo el mundo y que han utilizado el barco Azart como su medio para expandir la cultura y su estilo de vida alrededor del mundo.

Como teatro itinerante en los últimos treinta años el Azart ha visitado 200 puertos de 20 países colaborando con los artistas locales y participando de la vida de cada una de las ciudades visitadas. Y durante sus espectáculos tan solo han pedido una mínima cantidad de dinero, lo justo y necesario para que el barco y sus locos tripulantes logren alcanzar el siguiente puerto.

Azart - 1995 - FB
August Dirks en una representación teatral en 1995 en Amsterdam con el Azart de fondo (imagen de Freerk de Vos vía página del Azart en Facebook)

Pero el origen de este barco quizás hay que ir a buscarlo a la Holanda medieval del siglo XII cuando en un antiguo ritual pagano de primavera se paseaba por las carreteras del país un barco de madera con ruedas. El clero asustado por dicho y extraño ritual intentó eliminarlo aduciendo que era una herramienta del diablo, pero con el tiempo los barcos con ruedas se adaptaron a nuevas tradiciones y pronto se vieron en rúas de carnaval.

Más tarde veríamos como el escritor Sebastian Brant escribió la sátira «Das Narrenschiff» o «la nave de los necios» en donde describía los distintos tipos de necedad y estupidez del ser humano. Y pocos años más tarde un pintor flamenco llamado Jheronimus van Aken, más conocido como Jheronimus Bosch, o El Bosco, pintaba un cuadro llamado «La nave de los locos» en la que recogía todos los locos de la humanidad en distintas categorías.

El barco de los locos - El Bosco
El barco de los locos de El Bosco

El Azart

Sería construido en 1918 en los astilleros de Pannevis en la localidad holandesa de Alphen aan den Rijn, su casco era de acero y el barco desplazaba unas 158,2 toneladas brutas con una eslora de 25,5 metros y una manga de 6,6 metros. Su propulsión era a vela y no dispuso de un motor hasta 1928. Con el nombre de Welvaren II y matrícula SCH 70 navegó sus primeros años por aguas holandesas realizando tareas de transporte.

En 1925 cambia de nombre a De Hoop I y de propietario que ahora lo usarían para la pesca del arenque en el Mar del Norte. Tres años más tarde sus anteriores propietarios lo vuelven a vender y lo equipan con un motor de 110 CV. y un mejor aparejo, además lo pintan de rojo recibiendo el apodo de “the red logger” (el maderero rojo) distinguiéndose así del resto de barcos de este tipo que iban pintados de negro.

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Imagen del barco posterior a 1928 (vía Scheveningen-haven.nl)

Durante la ocupación alemana se requisa el barco, se le un nuevo motor y se lo arma para tareas de patrulla. Terminada la guerra vuelve al servicio civil pero antes ha de pasar por dique, se le desmonta el armamento y se le añaden unos ocho metros de casco para tener más capacidad en sus bodegas. En ese momento su propietario era Jacobo. Den Dulk Scheveningen, su matrícula cambia a SCH4 y su nombre es el de Cornelis Roeleveld, nombre que le dura tres años y en 1959 recibe el de Geertruida.

En 1964 vuelve a subir a dique, además de instalarle un motor más potente de 220 CV. recibió una nueva superestructura del puente de mando y volvió a cambiar de nombre, ahora se llamaría Elizabeth. Sus últimos años en el sector pesquero se limitó a transportar pescado entre Islandia y Noruega, y terminada esta etapa la única relación que tuvo con esta actividad fue la pesca deportiva.

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Con su nuevo puente de mando y con el nombre de Elizabeth (vía Scheveningen-haven.nl)

En 1987 el actor August Dirks lo compra, lo transforma en el “barco de los locos” y lo renombra a Azart. Nombre que no estuvo seleccionado al azar, aunque sí tiene mucho que ver, ya que la misma palabra “azar” se repite en diferentes configuraciones en muchas culturas del mundo con palabras como «atzar» en catalán, «hasard» en francés, «azzardo» en italiano o «hazard» en inglés que hacen referencia a la oportunidad o a la aventura de un resultado.

Entre todos sus viajes hay que destacar el fantástico de la búsqueda de Narragonia que ha protagonizado el Azart y su tripulación seguramente inspirados por la novela «Das Narrenschiff»de Sebastian Brant, y que el director Germán Berger quiso plasmar en su película documental de 2003 «Viaje a Narragonia».

En Barcelona

Ese azar fue el que los llevó a Barcelona, debido a los limitados recursos de que disponían no siempre podían alcanzar el puerto deseado y la argucia y talante negociador de su capitán Van de Zottenschuit permitió que el Azart no solo llegara a puerto si no que su estancia se prolongara un año y medio. Como bien dice el propio capitán en su diario, llegaron con 15 euros en el bolsillo y partieron con el buen recuerdo y experiencias de la gente y la ciudad de Barcelona, más los suficientes suministros para alcanzar su próximo destino en la isla de Ustica.

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El Azart repitiría visita en julio de 2007 y esta vez su lugar de atraque era mucho mejor y más visible.

Una jubilación dorada

Han pasado 103 años desde que se construyera el Azart, nunca dejó de navegar, pero hasta estos veteranos de la mar necesitan descansar. La pandemia del COVID-19 también les pasó factura y el equipo del Azart decidió darle un merecido descanso. Descanso que obtendría en tierra, no pasaría por el soplete, no sería desmembrado y sus partes repartidas en museos, nada de eso. Se convertiría en un centro cultural en tierra, en una playa de la ciudad costera de San Mateo próximo a Mata en Ecuador. Allí montaron el “Centro Cultural buque Azart” bajo el amparo de la Corporación Humor y Vida en un espacio de 2.000 m² en la playa de San Mateo en donde disfruta de su jubilación dorada sin dejar de lado su actividad cultural, y esperemos que así sea por muchos años más.

Azart - San Mateo
El último viaje del Azart y su varada en la playa de San Mateo (imagen cortesía de Azart.org)

 

Mascaron proa

 

 

Más información:
Página web del Azart
Artículo «El histórico buque neerlandés Azart atracó en Manta» de Bolívar Velasco publicado en el diario El Comercio el 23 de septiembre de 2021
La última actualidad del ‘barco de los locos’ en su página web de Facebook

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3 comentarios en “El barco de los locos

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