Esta mañana a las 10:00 horas hacía su entrada al puerto de Barcelona el buque oceanográfico español Sarmiento de Gamboa. Tras subir el práctico de guardia procedió a atracar en el Muelle de Barcelona paramento este, en donde permanecerá hasta el 4 de diciembre.

En las últimas semanas el buque oceanografico ha estado realizando la campaña inGravitas 2025 con el objetivo de obtener muestreos batimétricos y geofísicos del fondo marino (multibeam / batimetría), registros geológicos y estudios sobre deslizamientos/subsedimientos submarinos en la zona mediterránea. Han participado cientificos de Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC), Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) y el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (IACT-CSIC).

El Sarmiento de Gamboa

Su construcción fue ordenada por el Gobierno en 2004 y los astilleros encargados de realizar la obra fueron los vigueses de Freire Shipyard en Pontevedra, siendo puesto a flote el 30 de enero de 2006. El resultado fue un buque de 1.979 toneladas con una eslora de 70,5 metros, por 15,5 metros de manga y 4,6 metros de calado. Es propulsado por un sistema de propulsión diésel-eléctrico mediante tres motores diésel del tipo Wärtsilä 8L20 de 1.440 kW cada uno que alimentan a dos motores eléctricos en tándem de unos 1.200 kW que le dan 15 nudos de velocidad. Su tripulación está compuesta 16 personas más 25 científicos.

Con este barco el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuenta con una plataforma científica multidisciplinar capaz de abordar estudios de circulación oceánica global, oceanografía física y química, investigaciones de biología marina y biodiversidad, recursos pesqueros y evaluación de ecosistemas. También realiza trabajos de geología marina y geofísica, incluyendo cartografías del fondo y subfondo oceánico gracias a su góndola acústica y a la quilla retráctil, además de encargarse de la instalación y mantenimiento de observatorios submarinos de largo plazo. A todo ello se suman las investigaciones vinculadas al cambio climático, la monitorización del estado del océano y las evaluaciones de impacto medioambiental.

Está equipado con tecnología de última generación en navegación con un sistema de posicionamiento dinámico, ideal para operaciones precisas en mar abierto o fondos oceánicos. Además, este fue el primer buque oceanográfico español capaz de trabajar con vehículos sumergibles no tripulados ROVs y AUVs capaces de operar a grandes profundidades.

Dispone de una amplia variedad de instalaciones interiores destinadas a la investigación científica, incluyendo laboratorios principales, electrónicos, químicos y de procesado de muestras, así como laboratorios especializados de gravimetría y termorregulados. Cuenta con espacios para la manipulación de equipos y muestras, como hangares para CTD, cámaras frigoríficas y congeladores profundos, y una cubierta de trabajo amplia para instrumentación volumétrica y robots submarinos. Además, permite instalar contenedores modulares ISO para laboratorios o talleres adicionales, lo que convierte al buque en una plataforma versátil y adaptada a campañas de oceanografía física, química, biología marina, geología submarina y conservación.