El día 10 de octubre de 1893 dos buques visitantes no esperados se dibujaban en el horizonte, en un principio no procedieron a enfilar la bocana del puerto y por unas horas fondearon frente a la Mar Bella, no obstante debido a la urgencia por transmitir un mensaje a la Comandancia de Marina no tuvieron más remedio que solicitar entrada al puerto y pusieron rumbo a la bocana del puerto.

El vigía marítimo de Montjuïc señaló la llegada de los dos buques de guerra con pabellón italiano, una fragata y un crucero, poco después pudo observar que desde la fragata se izaba en su palo mayor la bandera española e instantes después iniciaban el saludo al cañón con 21 salvas que fueron contestadas desde las baterías del castillo de Montjuïc. El vigía pronto pasó el parte, los buques visitantes eran la fragata a hélice “Vittorio Emanuele” y el crucero “Amerigo Vespucci”, ambos fondearon en el interior del puerto en donde permanecieron tan solo unas horas para poder informar de un suceso cerca de aguas territoriales españolas. Tan pronto hubieron fondeado subió a bordo el segundo comandante del cañonero “Pilar” de la Armada Española destacado en el puerto, y a él en persona le sería entregado el informe del suceso del naufragio del “Maria Luigia” cerca de las islas Baleares.

Fragata «Vittorio Emanuele»
(imagen del Naval History and Heritage Command)

El comandante del “Vittorio Emanuele” recibió el relato de los únicos dos supervivientes del suceso: el bergantín “Maria Luigia”, en ruta hacia Cette con una carga de pipas vacías, fue sorprendido a finales de septiembre por un fuerte temporal. El viento lo desarboló y la violencia del mar lo hizo zozobrar hasta quedar con la quilla al aire. Solo el capitán y un marinero lograron aferrarse a un madero y luego subir a la quilla, donde resistieron cuatro días sin agua ni comida, hasta que un vapor francés que iba a Marsella los rescató. Intentaron también remolcar el bergantín, aparentemente sin seguro, pero el calabrote se rompió. Los supervivientes fueron desembarcados en Marsella. El ministro de Marina italiano ordenó a los buques más cercanos buscar el “Maria Luigia”. El “Vittorio Emanuele” y el “Amerigo Vespucci”, en Tánger y rumbo a Cerdeña, emprendieron la búsqueda, informando a las autoridades militares españolas sobre su misión cerca de aguas territoriales.

Según el registro del Lloyd’s de 1892, el “Maria Luigia” con base en Génova fue construido en 1872 por los astilleros de E. Celesia en la localidad de Sestri Ponente. Su casco era de madera y desplazaba 588 toneladas con una eslora de 45,7 metros.

Los buques italianos

La fragata «Vittorio Emanuele«

Ambos buques son suficientemente interesantes para dedicarles unas líneas, la fragata de hélice “Vittorio Emanuele” ejercía de buque de mando, dada su veteranía. Fue construida en Cantiere della Foce en Génova, siendo botada el 1 de julio de 1856 y entregada a la Armada del Reino de Cerdeña el 18 de noviembre de 1857 y cuatro años más tarde, el 17 de marzo de 1861, se incorporaría a la Regia Marina italiana. Era única en su clase, estaba construida en madera revestida con cobre, disponía de protección blindada sobre cubierta y tan solo se construyó una unidad, llevaba el nombre en honor al rey de Cerdeña Vittorio Emanuele I y se mantuvo operativa hasta bien entrado el siglo XX.

Fragata a hélice «Vittorio Emanuele»
(vía Reddit)

Desplazaba 3.300 toneladas con una eslora de 66 metros por 15,30 metros de manga y 6,20 metros de calado. Era propulsado por una máquina a vapor de la firma Penn & Sons de 1.488 HP. alimentada por cuatro calderas, el conjunto iba conectado a un eje con una hélice bipala que le daba una velocidad de 9 nudos; por otro lado disponía de aparejo de fragata con velas cuadras en tres mástiles. Dotación, 270 tripulantes. Iba armada con 16 cañones de ánima lisa de 250 mm, 40 obuses de ánima lisa de 160 mm y un cañón largo a proa de ánima lisa de 80 libras.

Participó muy activamente en la unificación de Italia, desde el sitio de Ancona en el mar Adriático hasta el bombardeo de Mesina, en el estratégico paso que lleva su nombre y une la isla de Sicilia con la península italiana. En 1861 se unió a la Regia Marina, o Armada Real italiana. Tras un corto periodo de paz y navegaciones mucho más tranquilas, la fragata “Vittorio Emanuele”, dentro de la nueva armada, tendría su bautismo de fuego el 20 de julio de 1866 en la batalla de Lissa, durante lo que terminaría por denominarse la Tercera Guerra de Independencia Italiana. La fragata “Vittorio Emanuele” participó en los bombardeos de Porto Comiso, Porto San Giorgio y Lissa, así como en el fallido intento de desembarco en Porto Carober. Terminada esta campaña, se le ordenó poner rumbo a Palermo para ayudar a sofocar la revuelta ocurrida del 16 al 22 de septiembre de 1866, llamada Rivolta del sette e mezzo (La revuelta de los siete días y medio).

La fragata en 1861
(A. Tibaud vía Wikimedia Commons)

En junio de 1873, la fragata fue modificada y adaptada para su uso como buque escuela. Con esta nueva misión, realizó 28 cruceros de instrucción y, en más de una ocasión, navegó junto al “Amerigo Vespucci” y el “Flavio Gioia”, como en el crucero transatlántico que los tres buques realizaron entre el 5 de julio y el 31 de agosto de 1893. El 26 de octubre de 1896 dejó de navegar y quedó estacionado en Taranto; allí fue desarmado e inhabilitado con fecha 10 de junio de 1900. No obstante, aún cumpliría una última misión: desprovisto de su nombre e identificado únicamente como “GM 18”, fue utilizado como batería flotante para defender la base naval de Taranto. Permaneció en esta situación hasta 1907, y poco después fue desguazado.

El crucero “Amerigo Vespucci”

El otro buque visitante fue nombrado por uno de los descubridores del continente americano, “Amerigo Vespucci” (1454-1512) y además de por ese hecho histórico todo el mundo lo conoce por la que acabaría por llamarse la nave più bella del mondo que causó alta en 1930 pero antes existió este otro.

El otro «Amerigo Vespucci»
(imagen del Naval History and Heritage Command)

El primer «Amerigo Vespucci» fue un crucero construido en el Arsenal de Venecia y derivado del crucero «Flavio Gioia», construido en 1879. El «Vespucci» fue botado el 31 de julio de 1882 y completado el 1 de septiembre de 1884. Su casco estaba construido en acero y contaba con protección blindada sobre cubierta. Desplazaba 2.890 toneladas a plena carga, con una eslora de 84,5 metros, una manga de 12,7 metros y un calado de 5,4 metros. Era propulsado por un aparejo con velas cuadras en trinquete, mayor y mesana, con foques a proa, combinado con una máquina de vapor alimentada por 8 calderas, que desarrollaba una potencia de 3.340 IHP, conectada a un eje que le daba una velocidad máxima de 13,6 nudos.

Al momento de su entrega, disponía de un potente armamento compuesto por 8 cañones de 150 mm, 3 de 75 mm, 2 de 57 mm y 4 ametralladoras Maxim. Sin embargo, en 1893 su perfil de misión cambió completamente: de buque de combate pasó a buque escuela, y su armamento fue reducido al mínimo. Por tanto, en el momento de su visita a Barcelona iba artillado con tan solo 4 cañones de 120 mm, y como complemento se le instalaron 2 tubos lanzatorpedos de 355 mm.

El «Amerigo Vespucci» fue mucho menos guerrero en comparación con su compatriota, el «Vittorio Emanuele». Fue utilizado por la Regia Marina en misiones de representación alrededor del mundo, especialmente en aquellos lugares donde Italia tenía intereses coloniales, como en África. A bordo del crucero embarcó un joven oficial: Luigi Amedeo di Savoia-Aosta, duque de los Abruzos y protagonista de la aventura del “Stella Polare”.

El «Amerigo Vespucci» en el puerto de Barcelona
(imagen del Museu Marítim de Barcelona)

Finalizado este periodo, volvería a Italia y sería transformado a buque escuela. Desde 1893 hasta su último día de servicio en la Regia Marina, el 22 de enero de 1928, realizó un total de 26 cruceros de instrucción y visitó el puerto de Barcelona en tres ocasiones más: en septiembre de 1895, octubre de 1905 y septiembre de 1927. Un año después de su última visita a la Ciudad Condal, fue dado de baja oficialmente el 22 de enero de 1928.

Su último comandante fue el capitán de fragata Augusto Radicati di Marmorito, quien, curiosamente, también sería el primer comandante del siguiente buque en llevar este nombre, calificado como la nave più bella del mondo.

La nave più bella del mondo en Barcelona
(imagen de Jordi Montoro)

Este artículo es uno de las 73 historias incluidas en el libro «En visita de cortesía: Las historias de los barcos visitantes al puerto de Barcelona» que puede adquirirse en el portal Amazon.

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