El día 14 de enero de 1901 fondeaba en la dársena interior del puerto de Barcelona el bergantín-goleta de tres palos con bandera italiana Stela Polare al mando del capitán Roberto Lubelli y marqués de Serrano, el velero procedía de los puertos de Lisboa y Gibraltar, en su parada en Barcelona aprovecharía para limpiar sus fondos en el dique flotante. A su llegada el buque italiano fue visitado por el Cónsul general de Italia en Barcelona el conde Compano de Brichanteau y diversas autoridades locales.

El velero Stella Polare fue el navío con el que Luis Amadeo de Saboya y Duque de los Abruzos y su dotación emprendieron una expedición en el Océano Ártico con el fin de ser los primeros en alcanzar el polo norte entre el 12 de septiembre de 1899 a el 11 de septiembre de 1900, no lo consiguieron por muy poca distancia y el bergantín-goleta Stella Polare estuvo a punto de sufrir el mismo destino que sus homólogos de aventura ártica, perecer atrapado en el hielo.
El Stella Polare
Fue construido originalmente como un buque ballenero destinado a la caza de focas con el nombre de Jason en los astilleros noruegos de Rødsverven en Sandefjord, siendo botado en 1881 y entregado a su primer propietario Christen Christensen de la compañía ballenera A/S Oceana.

En 1888 fue utilizado por el explorador Fridtjof Nansen con el que intentó cruzar la Isla de Groenlandia y desde 1892 a 1894 se empleó en diversas expediciones de caza de ballenas en la Antártida financiadas por A/S Oceana, durante estos viajes se cartografió la zona de Georgia del Sur y diversos puntos geográficos de la zona llevan el nombre de Jason como la Peninsula de Jason, la Isla de Jason o Jason Peak.
En 1898 el Duque de los Abruzos viajó a Noruega con el objetivo de hacerse con un barco para su expedición al Ártico, aconsejado por Fridtjof Nansen adquirió el Jason que estaba a punto de partir con el capitán Evensen en una nueva campaña de caza de focas.
Tras su compra el Duque de los Abruzos renombró al Jason como Stella Polare y fue trasladado a los astilleros de Colin Archer en Larvik, este arquitecto naval fue el responsable de diseñar y construir, entre otros, el Fram utilizado por Fridtjof Nansen en 1893 a 1896 en su intento de alcanzar el polo norte y por Roald Amundsen en su expedición al polo sur.
Las modificaciones realizadas en el nuevo Stella Polare se basaron básicamente en la supervivencia del velero y el de la dotación del mismo. Se reforzó toda la estructura exterior con elementos metálicos, se mejoró la habitabilidad interior y se acondicionó para que la caldera de la máquina pudiera dar calor a la dotación, se construyeron jaulas para los perros, se instalaron diversas bombas para el achique del agua incluida una bomba eólica y se simplificó su aparejo para que lo pudiera manejar una dotación reducida.
Con todas las modificaciones y listo para navegar el Stella Polare desplazaba 1.289 toneladas con una eslora de 45 metros por 9,3 metros de manga y 5,2 metros de calado. Su propulsión principal era a vela con una máquina a vapor de 60 caballos de potencia que le daban una velocidad máxima de 7,5 nudos.

La dotación del Stella Polare era mixta entre italianos y noruegos que sumaban un total de 20 tripulantes, irían comandados por el jefe de la expedición el teniente de la Marina Real Luis Amadeo de Saboya y por el capitán del Stella Polare Carl Julius Evensen.


La expedición
Con buen ánimo partieron del puerto noruego de Christiania el 12 de septiembre de 1899 y pusieron rumbo al norte, su intención era la de navegar lo máximo posible para después realizar el resto de la ruta hacia el polo norte en trineos. En esa época se desconocía si el Océano Ártico era un mar congelado o bien si habían islas o grandes formaciones de tierra bajo el hielo. Buscando el punto más septentrional que pudieran navegar a través del hielo exploraron la Tierra de Francisco José pero el Stella Polare quedaría rodeado por el hielo en la bahía de Teplitz en la Tierra del Príncipe Rodolfo siendo imposible continuar navegando.
Poco a poco el hielo fue atrapando al barco quedando varado en él con una gran inclinación que hacía inviable la vida a bordo, la expedición trasladó su base a tierra y la dotación abandonó al Stella Polare. Tuvieron que esperar hasta la primavera para continuar la travesía en trineos tirados por perros hasta el polo norte y el duro invierno se cobró su precio, el Duque de los Abruzos sufrió la congelación de una mano y el médico no tuvo más remedio que amputarle dos dedos.

Llegada la primavera ya tenían listo el plan para continuar el viaje en trineos hasta el polo. Se organizaron tres grupos, el primero lo comandaba Querini, el segundo Molinelli y el tercero Cagni; los dos primeros grupos eran los encargados de dar apoyo logístico al grupo de Cagni para intentar que llegara lo más lejos posible.
Los tres grupos partieron de la base el 11 de marzo de 1900 pero después de diversas dificultades se ordenó volver a la base a los dos primeros grupos aunque por desgracia el grupo de Querini jamás regresaría a la base.
Tras la retirada de los grupos de apoyo, a Cagni y a sus hombres les dejaron con comida para tres meses y emprendieron la búsqueda del polo norte. Con gran dificultad lograrían alcanzar la latitud 86° 34′ norte a 381 kilómetros del polo el 25 de abril, superando la marca de Fridtjof Nansen. El retorno a la base tampoco fue sencillo, debieron de dejar por el camino gran parte del equipo y cabo de dos meses llegaron al campamento base del Stella Polare el 23 de junio.

Sólo quedaba un escollo para volver a casa, liberar el Stella Polare atrapado en el hielo. Con la primavera comenzó tímidamente el deshielo, se construyeron diversos canales para favorecerlo y se utilizaron explosivos para romper las duras placas de hielo que mantenían al velero preso. El tiempo corría rápido en contra de los exploradores italianos, los explosivos que tan útiles habían resultado comenzaron a acabarse y se tuvo que recurrir a la fuerza humana día y noche, no querían dar por perdido al Stella Polare.

El día 8 de agosto consiguieron enderezar al barco y las ultimas cargas explosivas se utilizaron para romper las placas más duras que aun retenían al velero que quedó libre completamente libre el día 13 de agosto. Los días siguientes se dedicaron a reparar al Stella Polare y finalmente partirían de la bahía de Teplitz la madrugada del 16 de agosto contentos por la experiencia vivida y a su vez triste por los compañeros perdidos, poniendo fin a su aventura el día 11 de septiembre de 1900 en el puerto de Oslo.

En casa
Habiendo terminado las tareas de mantenimiento del casco del Stella Polare en Barcelona rumbo a Génova y La Spezia, en este último puerto sería en donde el Duque de los Abruzos donaría al Stella Polare a la Marina Militare Italiana.

El 11 de abril de 1911 la Marina Militar lo cedería al Municipio de Roma para ser utilizado como buque educativo y para preparar a los más jóvenes a la vida marinera con puerto base en Civitavecchia. Durante años navegaría entre el puerto de Fiumicino y a lo largo del río Tíber hasta el Porto di Ripa Grande en Roma. En agosto de 1922 sería conducido al puerto de La Spezia para proceder a su desarme y en donde sufriría un incendio que causaría su destrucción. Apenas quedó del Stella Polare la proa que se consiguió salvar en el Museo Naval de La Spezia.
La Segunda guerra Mundial acabó por destruir lo que quedaba de tan singular velero y en la actualidad apenas quedan de él algunos objetos y recuerdos repartidos entre algunos museos italianos.

Más información:
Libro «Stella Polare nel Mare Artico 1899-1900» de S.A.R. Luigi Amedeo Di Savoia, Umberto Cagni, Achille Cavalli Molinelli, disponible aquí (italiano)
Revista «Pluma y Lápiz» de Barcelona Nº 17 del 1901
Revista «Caras y Caretas» de Buenos Aires del 16 de marzo de 1901 Nº 128