El 6 de julio de 1926 tuvo lugar una recepción de gala en el puerto de Barcelona. A bordo del vapor “Legazpi” de la Compañía Trasmediterránea, que llegaba desde Filipinas tras realizar varias escalas, arribaron el capitán Eduardo González-Gallarza y el mecánico Joaquín Arozamenta, dos de los protagonistas del histórico vuelo Madrid-Manila.

(imagen vía revista Mundo Gráfico/BNE)
Los dos aviadores fueron recibidos con honores a su llegada a la ciudad Condal. Aeronaves de la Aeronáutica Naval y un dirigible salieron a darles la bienvenida, mientras diversas embarcaciones escoltaban al vapor “Legazpi” hasta su atraque en el muelle.

(imagen de Ramon Claret i Artigas vía Fotografia a Catalunya)
El vuelo protagonizado por el capitán Eduardo González-Gallarza y el mecánico Joaquín Arozamenta fue una de las grandes gestas de la aviación española en los años 20. Partieron de Madrid el 5 de abril de 1926 a bordo de un avión Breguet XIX bautizado como “Elcano”, con el ambicioso objetivo de unir por aire la capital de España con Manila, en Filipinas, antigua colonia española.

(imagen vía revista Mundo Gráfico/BNE)
La ruta fue larga y peligrosa. A lo largo de más de 20.000 kilómetros, atravesaron Europa, Oriente Medio, la India, el sudeste asiático y el archipiélago filipino. El vuelo no se hizo sin contratiempos: problemas técnicos, condiciones meteorológicas adversas y dificultades logísticas marcaron el trayecto. A pesar de todo, la determinación y la pericia de ambos aviadores les permitió superar cada obstáculo y continuar avanzando hacia su destino.
Finalmente, el 11 de mayo de 1926 aterrizaron en Manila, completando una travesía que duró más de un mes y que fue recibida con entusiasmo tanto en Filipinas como en España. Su hazaña fue vista como un símbolo de la capacidad técnica y el espíritu de superación de la aviación española de la época. A su regreso, fueron homenajeados en varias ciudades, incluyendo una recepción de gala en Barcelona el 6 de julio de 1926. Su vuelo Madrid-Manila quedó inscrito en la historia como uno de los grandes logros de la aviación hispana en el periodo de entreguerras.
El vapor “Legazpi”
El Legazpi por esas fechas ya tenía un largo historial y muchas millas navegadas en sus cuadernas. Comenzó a navegar con el nombre de «Zungeru» en 1904 para la compañía Elder, Dempster Shipping Ltd. con sede en Liverpool. Su construcción fue encargada a los astilleros Sir Raylton Dixon & Co. de Middlesbrough. El vapor fue botado el 19 de marzo de 1904 y su construcción se completó en julio del mismo año.

(imagen vía Shipsnostalgia)
El resultado fue un vapor mixto de carga y pasaje de 8.057 toneladas, con una eslora de 114,3 metros, por 14,3 metros de manga y 7,1 metros de calado. Era propulsado por dos máquinas alternativas de vapor de triple expansión de tres cilindros de 589 NHP que conectados a dos ejes le daban una velocidad de unos 13 nudos. Podía transportar hasta 137 pasajeros repartidos en tan solo dos clases, primera y segunda.
Durante sus primeros años de navegación cambió diversas veces de compañía, líneas y nombre. Comenzó en la ruta Liverpool-Canarias-Dakar-Freetown-Takoradi-Accra-Lagos, pero tan solo pudo navegarla dos años, en 1906 es transferido a la naviera Compagnie Belgue Maritime du Congo, que estaba vinculada a la Elder, Dempster Shipping Ltd., y renombrado «Bruxellesville» cambiando su línea por la de Amberes-Santa Cruz de Tenerife, Dakar y Matadi.
Dos años más tarde recupera su nombre original de «Zungeru» pero es propiedad de The African Steam Ship Co. Ltd. prestando servicios en la línea del Congo Belga, y tras otros dos años es adquirido por la Compañía Trasatlántica Española para cubrir las líneas de Filipinas, Cuba, Méjico, Puerto Rico y Fernando Poo.
Bajo pabellon español
El vapor fue adaptado según los requerimientos de la Trasatlántica, que creía necesaria la adición de espacio para una tercera clase de pasajeros, modificaciones que conllevaron la adición de más capacidad de pasaje hasta las 149 personas.

(imagen del Museu Marítim de Barcelona vía Memòria Digital de Catalunya)
La Primera Guerra Mundial puso en jaque a muchas navieras españolas y la Trasatlántica no fue menos, más aun tras el cierre del Canal de Suez en 1917. El vapor Legazpi se vio afectado en su línea hacia Manila, teniendo que rodear el continente africano y llegar al océano Indico por el Cabo de Buena Esperanza. Este contratiempo demoró la travesía desde Barcelona a Manila del 17 de febrero de 1917 en seis meses, en gran medida debido por la detención de un mes en Cabo Verde y otro mes de espera en Manila.
A raíz del crack de 1929, la Compañía Trasatlántica Española canceló varias rutas, entre ellas las de Filipinas y Fernando Poo. Para cubrir la línea de Guinea, la Compañía Trasmediterránea adquirió el buque «Legazpi», que mantuvo su nombre y fue adaptado para este servicio, el cual cumplió hasta 1935, cuando fue reemplazado por motonaves más modernas.

(imagen del Museu Marítim de Barcelona)
La guerra civil fue su fin, el “Legazpi” operó para el Gobierno Republicano entre puertos del Levante y realizó un viaje al Mar Negro en 1936. El 23 de mayo de 1937 fue bombardeado frente a Benicasim, debiendo varar en la playa. Posteriormente, fue reflotado y llevado a Sagunto, donde otro bombardeo causó su hundimiento definitivo.

Más información:
Llegada a Barcelona de Gallarza y Arozamenta en el Diario de Barcelona del 6 de julio de 1926
Más datos sobre el «Legazpi» en la página web de Trasmeships de Laureano García





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