El 21 de octubre de 1983 hacía su entrada en el puerto de Barcelona el crucero soviético Azerbaydzhan, perteneciente a la compañía Black Sea Shipping Company, con sede en Odesa. Quedó atracado en el muelle de San Bertrán y su escala fue tan solo de unas horas, las necesarias para que los turistas que estaban realizando un crucero por el Mediterráneo disfrutaran de los encantos de la Ciudad Condal.

Ferri Azerbaydzhan atracado en el Muelle de San Bertrán

El Azerbaydzhan no era un crucero tal y como los conocemos hoy en día; más bien era un ferri adaptado para estos viajes de placer. Aun así, ofrecía a sus pasajeros todo lo necesario para una travesía cómoda por el Mediterráneo, combinando funcionalidad con un cierto encanto soviético propio de la época. Tuvo una vida compleja, y tras la caída del Telón de Acero todo se complicó hasta su final en aguas de mexicanas, en donde sobrevive como «El crucero encantado».

Los cruceros en la era de la Unión Soviética

En el pasado siglo XX la Unión Soviética creó una industria de cruceros de ocio, fue una actividad poco visible internacionalmente, oculta por el llamado “Telón de Acero”. Para el Estado soviético, los cruceros servían como un “servicio social”: unas vacaciones organizadas para trabajadores comunes, una opción estatalizada de ocio que fomentaba la solidaridad, descanso, patriotismo e incluso propagandístico. Pero también tenían un fin económico: mediante los contratos de charter con operadores occidentales, la URSS podía ingresar divisas fuertes, lo que representaba un incentivo económico importante. Además, la existencia de ese turismo marítimo demostraba que la URSS podía, a su modo, competir en lujo y ocio marítimo, aunque adaptado a su realidad ideológica y política.

El Admiral Nakhimov -ex Berlin- transferido a la Unión Soviética al finalizar la Segunda Guerra Mundial
(Leo Medvedev vía Wikimedia Commons)

Los distintos conflictos sociales más ambas guerras mundiales interrumpieron el desarrollo de esta actividad. Sin embargo, desde la muerte de Josef Stalin en 1953, Nikita Khrushchev inició una expansión de la flota mercante y de pasaje soviética con nuevas construcciones, hecho que ayudó a consolidar la industria de cruceros.

En esta edad de oro de los cruceros, pasaron de reutilizar viejos paquebotes traspasados como reparaciones de guerra a construir nuevos buques específicamente diseñados para este fin. Así fue como en el puerto de Barcelona vimos llegar a los llamados “cinco poetas” liderados por el transatlántico Ivan Franko, y más adelante la presencia soviética se reforzó con los ferris de nueva construcción de las clases Belorussiya y/o Dmitri Shostakovich.

El Ivan Frankp en el puerto de Barcelona
(imagen del Museu Marítim de Barcelona)
Otro ejemplo de ferri/crucero el Lev Tolstoi

Con la caída de la URSS en 1991, este modelo colapsó: la flota quedó obsoleta, perdió competitividad, fue vendida o desguazada, y el turismo marítimo soviético dejó de existir en su forma originaria.

El Azerbaydzhan

Fue el tercer ferri de una serie de cinco buques pertenecientes a la clase Belorussiya construidos entre 1975 y 1976 en los astilleros  Wärtsilä Turku Shipyard de Finlandia. La serie completa la formaban los: Belorussiya, Gruziya, Azerbaizhan, Kazakhstan y Kareliya.

El Belorussiya y cabeza de serie
(imagen de Oceanich vía fleetphoto)

El Azerbaydzhan sería puesto a flote el 14 de abril de 1975 y entregado el 18 de diciembre de 1975 a Black Sea Shipping Co. De 15.410 toneladas de registro su eslora era de 157 metros, por 21,8 metros de manga y 6,2 metros de calado. Era propulsado por dos motores diésel Wärtsilä – S.E.M.T. Pielstick 18 PC de 9.000 bhp que conectados a dos ejes le daban una velocidad de 20 nudos. Podía transportar hasta 505 pasajeros y 256 vehículos.

Durante sus primeros años de vida marinera navegó por la cuenca del mar Negro, prestando servicio de ferri y crucero costero hasta 1984. Ese año fue transformado completamente en crucero en los astilleros de Lloyd Werft, en Bremerhaven. Allí sus cubiertas para el transporte de vehículos fueron sustituidas por camarotes para el pasaje, que aumentó en 145 personas.

Tras la caída de la Unión Soviética en 1991, el sector de los cruceros, tal y como se conocía en ese momento, dejó de operar y el Azerbaydzhan pasó a enarbolar bandera ucraniana, con base en Odesa. A partir de ese momento, el buque comenzaría un periplo por diversas compañías, con cambios de bandera y de nombre.

En 1996 quedó matriculado a nombre de Blasco UK, en Monrovia (Liberia), y fue renombrado Arkadiya, quedando ese mismo año registrado para Winchester Navigation Co. Ltd., también en Odesa.

El Arkadiya
(imagen de Clive Harvey vía Shipspotting)

En 1997 fue alquilado a SeaEscape, en Florida (Estados Unidos), recibiendo el nombre Island Holiday. En 1998 pasó a operar para Commodore Cruises (Commodores Cruise Line), registrado a nombre de Norsong Shipping Ltd., Nassau (Bahamas), y nuevamente rebautizado con su nombre definitivo de Enchanted Capri.

El 11 de enero de 2001 quiebra la compañía Commodore Cruise Line y el Enchanted Capri quedó retenido en el puerto de Nueva Orleans por la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITWF) en representación de su tripulación, a la que se le adeudaban 500.000 dólares en salarios. Sus tripulantes, unos 230, se quedaron a bordo del crucero esperando a ser repatriados, hecho que coordinó la ITWF.

El Enchanted Capri llegando al puerto de Nueva Orleans
(imagen de gwrdave vía Shipspotting)

En 2003 fue fletado por la empresa mexicana Demar y lo reacondicionaron en 2005 para adaptarlo a las últimas normas SOLAS. Tras varios años de servicio, en 2008 su propiedad pasó a Demar Instaladora y Constructora, siendo convertido entonces en un buque residencial para misiones en alta mar.

Su final

En otoño de 2020 se decide darlo de baja y venderlo para desguace. Se valoró desguazarlo en Coatzacoalcos pero no se llegó a un acuerdo definitivo y se decide llevarlo a remolque a Tampico. El 2 de noviembre de 2020 durante la travesía, ­a consecuencia de fuertes vientos y oleaje, queda varado en una playa a la altura de Alvarado, en el estado de Veracruz.

Los restos del Enchanted Capri -ex Azerbaydzhan-
(imagen de Angel Tun vía Google Maps)

Allí, en un estado más que lamentable debido a las inclemencias meteorológicas y del mar, languidece y va desapareciendo poco a poco. De vez en cuando lo visitan curiosos y turistas ávidos de una experiencia única, quienes exploran sus cubiertas y camarotes abandonados, tomando fotografías y dejando constancia de lo que queda de un barco que en su día surcó mares y océanos con vida propia.

Más información:
Información adicional del Azerbaydzhan AQUÍ
Artículo «Soviet Leisure I» de Jacob Lyngsøe publicado en la página web de The Cruise Insider

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