El 17 de mayo de 1888 navegaba en demanda del puerto de Barcelona la Escuadra del Mediterráneo de la Royal Navy, dividida en dos divisiones y compuesta por once buques de guerra. Debido a su número y tamaño, la mayoría tuvieron que fondear frente a la rada del puerto, salvo un aviso que pudo entrar. El Almirantazgo británico había desplazado a las escuadras del Mediterráneo y de Instrucción para que tomaran parte en la revista naval organizada como preludio a la inauguración de la Exposición Universal de Barcelona.

Vista parcial del puerto de Barcelona con parte de los barcos de las escuadras visitantes, en el dique del este hay fondeados algunos barcos españoles y al fondo fuera del puerto los acorazados extranjeros más grandes
(Ajuntament de Barcelona)

La Escuadra del Mediterráneo estaba al mando del duque de Edimburgo, a bordo del HMS Alexandra como buque insignia, junto con los acorazados HMS Agamemnon, HMS Colossus y HMS Thunderer, los cruceros HMS Phaeton y HMS Fearless, y el aviso HMS Surprise. La segunda división, comandada por el comodoro Albert H. Markham, estaba compuesta por las corbetas HMS Active, HMS Calypso, HMS Rover y HMS Volage.

El acorazado HMS Colossus
(imagen del Museu Marítim de Barcelona)

Con motivo de la Exposición Universal era de esperar que las potencias europeas enviaran sus mejores buques de guerra, no solo para exhibir su poderío, sino también para demostrar su capacidad tecnológica. Ese fue el caso de Italia, que, junto a otros buques menores, hizo acto de presencia con los acorazados Italia, Lepanto, Dandolo y Duilio. Francia hizo lo propio con diversos acorazados como los Colbert, Amiral Duperré, Redoutable, Dévastation e Indomptable.

Acorazado Dévastation

La Armada española estuvo representada por trece buques de guerra entre fragatas, cruceros y cañoneros, entre los que destacaban la popular fragata blindada Numancia y el novedoso torpedero Destructor, diseñado por Villaamil.

Torpedero Destructor

La Royal Navy no fue menos, con los ya citados buques de guerra, destacando para este relato el acorazado HMS Thunderer, un innovador acorazado de la clase Devastation que, a pesar de sus adelantos, no tuvo una larga trayectoria. En particular, el HMS Thunderer fue un buque bastante desafortunado a lo largo de su vida marinera.

El HMS Thunderer
(vía Wikimedia Commons)

La clase Devastation

Los acorazados ingleses de la clase Devastation representaron una auténtica revolución naval en su tiempo. Fueron los primeros grandes buques de guerra concebidos sin velamen, confiando por completo en la propulsión a vapor, lo que los convirtió en símbolo del poder industrial británico. Con casco de hierro, fuerte blindaje y dos torretas giratorias armadas con cañones de gran calibre, introdujeron un nuevo concepto de combate naval basado en la potencia de fuego y la protección, dejando atrás definitivamente la era de los navíos de vela. Su diseño sentó las bases de los acorazados modernos que dominarían los mares durante las décadas siguientes.

Acorazado HMS Devastation
(vía Reddit)

Fueron dos los buques construidos bajo la dirección del arquitecto naval Sir Edward Reed, responsable de los diseños de los blindados HMS Bellerophon (1865) y HMS Monarch (1868). Estos acorazados recibieron los nombres de HMS Devastation y HMS Thunderer, y se construyeron en los astilleros de Portsmouth Dockyard y Pembroke Dockyard en 1871 y 1872, respectivamente.

Desplazaban 9.480 toneladas con una eslora de 93,6 metros, por 19 metros de manga y 8,4 metros de calado. Eran propulsados por dos máquinas a vapor de acción directa, con una potencia de 6.637 IHP, conectadas a dos ejes, que les permitían alcanzar una velocidad de 13,8 nudos en pruebas y tenían una autonomía de 5.570 millas náuticas a 10 nudos. La tripulación alcanzaba un máximo de 410 hombres.

El HMS Thunderer por proa
(imagen del Imperial War Museum)

A su construcción estaba armado con cuatro cañones, dos a proa y dos a popa, de 305 mm de anima rayada y de avancarga. Más ocho cañones sencillos Hotchkiss de 47 mm. Su coraza protectora constaba de un cinturón en la línea de flotación de entre 305–216 mm, de 76–51 mm en cubierta, las torres de artillería contaban con 356–254 mm, la torre de mando de con 229–152 mm y los mamparos de 152–127 mm.

El HMS Thunderer, un barco gafado

Fue construido en los astilleros de Pembroke Dockyard y terminado en los de Portsmouth, su quilla fue instalada el 26 de junio de 1869 y puesto a flote el 25 de marzo de 1872. Durante su dilatada construcción se modificó parcialmente su diseño para mejorar la estabilidad y la flotabilidad; se incrementó el francobordo y también se amplió el espacio destinado a la tripulación.

No obstante, este fue un buque de guerra poco afortunado y durante sus pruebas de mar sufrió uno de sus primeros accidentes. El 14 de julio de 1876, el acorazado HMS Thunderer sufrió una grave explosión de caldera que causó la muerte de 45 personas. El accidente ocurrió cuando el barco salía del puerto de Portsmouth hacia Stokes Bay para realizar una prueba a máxima potencia.

Estado en el que quedó la caldera
(The Illustrated London News vía Wikimedia Commons)

Quince personas murieron en el acto, entre ellas el comandante, y unas setenta resultaron heridas, de las cuales treinta fallecieron después. Fue la explosión de caldera más mortal de la Marina Real Británica en todo el siglo XIX. La explosión se debió a un manómetro roto y a una válvula de seguridad corroída que impidieron liberar la presión del vapor. Las calderas, de tipo rectangular y ya anticuadas, trabajaban a baja presión. Tras repararlas, el barco se completó en mayo de 1877.

El HMS Thunderer fue puesto en servicio en mayo de 1877 dentro del Escuadrón de Servicio Especial de la Flota de Reserva, para pasar poco después a integrarse en la Escuadra del Canal. En 1878 zarpó hacia el Mediterráneo al mando del capitán Alfred Chatfield. En noviembre de ese mismo año, al salir de Gibraltar con rumbo a Malta, encalló y sufrió daños, aunque pudo ser reflotado y continuar el viaje. Posteriormente fue reparado en Malta.

El HMS Thunderer en 1876, durante sus primeros años se le instalaron torpedos experimentales de 406 mm
(imagen del Naval History and Heritage Command)

El buque sufrió otro grave accidente el 2 de enero de 1879, cuando el cañón izquierdo de 12 pulgadas (38 toneladas) de la torreta de proa explotó durante unas prácticas de tiro en el mar de Mármara. Murieron once hombres y otros treinta y cinco resultaron heridos. El cañón de avancarga había sido cargado dos veces tras un fallo de disparo.

Estado en el que quedó el cañón
(The Graphic vía Wikimedia Commons)

Según el almirante de la flota E. H. Seymour, ambos cañones de la torreta se disparaban al mismo tiempo, y uno de ellos no llegó a hacerlo. Los artilleros, que solían taparse los oídos y cerrar los ojos en el momento del disparo, no advirtieron que el arma no había retrocedido como debía. Acto seguido la recargaron, y el indicador mecánico del cargador se atascó, sin mostrar que el nuevo proyectil había quedado introducido sobre la carga anterior.

La investigación concluyó que el cañón se había cargado dos veces, aunque esta versión fue cuestionada por sir William Palliser, quien creía que la causa fue una obstrucción del proyectil. También se consideró que el sistema hidráulico de carga pudo ocultar el error, y el hallazgo de un perno adicional entre los restos apoyó la teoría de la doble carga.

Ilustración con la doble carga del cañón que originó el accidente
(vía Wikimedia Commons)

El accidente impulsó a la Marina Real a adoptar cañones de retrocarga, que podían manejarse con mayor seguridad y comodidad desde el interior de las torretas. Los restos del cañón destruido fueron reconstruidos y expuestos al público en el Arsenal de Woolwich.

Cuando llegó a Barcelona para la Exposición el barco ya había sido completamente reparado y rearmado con cuatro cañones de retrocarga de 254 mm en torretas dobles, 6 de 57 mm y 8 de 47 mm de tiro rápido Hotchkiss, 5 cañones Nordenfelt de 25 mm y 2 tubos lanzatorpedos de 356 mm.

El HMS Thunderer visto por su aleta de babor
(imagen del Museu Marítim de Barcelona)

El buque se reincorporó a la Escuadra del Mediterráneo en marzo de 1891, pero se vio obligado a regresar a casa en septiembre de 1892 debido a problemas persistentes en las calderas, quedando entonces en reserva en Chatham. En mayo de 1895, el HMS Thunderer se convirtió en buque guardián en Pembroke Dock para la vigilancia y la defensa local, permaneciendo allí hasta regresar a la reserva de Chatham en diciembre de 1900. Fue remodelado como buque de emergencia en 1902 listo para volver al servicio en caso necesario, pero cinco años más tarde causó baja. Finalmente, el HMS Thunderer fue vendido como chatarra el 13 de septiembre de 1909.

Más información:
Libro «Birth of the battleship: British capital ship design 1870-1881» de John Beeler disponible en el portal Amazon
Revista The Illustrated London News 1872-04-20: Vol 60 Nº 1702 página 11

2 respuestas a “Bajo el trueno de la mala suerte”

  1. […] «HMS Alexandra» como buque insignia, más los acorazados «HMS Agamemnom», «HMS Colossus» y «HMS Thunderer«, los cruceros «HMS Phaeton» y «HMS Fearless», y el aviso «HMS Surprise»; la segunda […]

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