El 7 de agosto de 1921 llegaba al puerto de Barcelona una pequeña agrupación naval de la Armada procedente de Cartagena. El primero en llegar fue el contratorpedero “Audaz” que daba escolta a un pequeño convoy. Más tarde a media mañana llegó el convoy formado tan solo por dos buques: el vapor “España Nº 3” que llevaba a remolque al viejo crucero “Río de la Plata”.

(imagen del Museu Marítim de Barcelona)
Esta fue la última vez que el crucero “Río de la Plata” entraba en el puerto de Barcelona, había llegado a remolque para quedarse y con el tiempo pasó a engrosar la lista de buques de la Armada española destacados en el puerto de la ciudad Condal.
El crucero protegido “Río de la Plata”
El crucero “Río de la Plata” era único tanto en su clase y su concepción no fue para nada convencional. Si bien la Armada dispuso de cruceros protegidos similares, nunca tuvo una serie completa dedicada al diseño del “Río de la Plata” y su construcción no vino promovida por ningún programa naval, sino más bien de una colecta de emigrados españoles en Argentina y Uruguay que, a través de una Asociación Patriótica, lograron recaudar la suma necesaria para construirlo.
Un caso similar a este fue el del crucero “Extremadura” financiado por la Junta Patriótica mexicana presidida por Florencio Noriega y Noriega y construido en España en 1900.

(imagen del Museu Marítim de Barcelona)
Con esta suma entregada al Gobierno español se encargó, el 21 de junio de 1897, la construcción de un crucero a los astilleros franceses de Forges et Chantiers de la Méditerranée. El resultado fue un crucero protegido de unas 1.950 toneladas con una eslora de 76,3 metros, por 10,8 metros de manga y 4,7 metros de calado. Era propulsado por dos máquinas a vapor de triple expansión que alimentadas por calderas Normand-Sigandy lograban dar una potencia de 3.837 CV a tiro normal y una velocidad de 19 nudos. Dotación, 210 tripulantes.

(imagen del Museu Marítim de Barcelona)
Su armamento estaba compuesto por 2 cañones de 140 mm Schneider Canet de tiro rápido, 4 de 105 mm de tiro rápido, 6 Nordenfelt de 57 mm y 4 ametralladoras Maxim-Nordenfelt de 37 mm. Su protección blindada se limitaba a una coraza vertical de entre 10 y 20 mm.

(imagen vía revista Caras y Caretas)
Su apodo de “la bombonera” le venía de lejos y se remontaba a su construcción. Se lo dieron los mismos trabajadores de los astilleros franceses al calificar al crucero como a “la bombonera” gracias a las líneas de su casco que recordaban a una vieja y olvidada caja de bombones.
A su entrada al servicio rápidamente se incorporó a la flota de la Armada con una primera visita a San Sebastián con la escuadra del contraalmirante Manuel Cámara. Sin embargo, al crucero “Río de la Plata” le faltaba algo y, bajo el mando del capitán de fragata Jacobo Mac-Mahon, puso rumbo a Buenos Aires para recibir su bandera de Combate.

Su bandera de combate
No es nada habitual que un buque de guerra deba desplazarse fuera de sus aguas nacionales para recibir su bandera de combate, no obstante, el crucero “Río de la Plata” cruzó el océano Atlántico para recibirla en Buenos Aires de manos de la comisión de damas, presidida por la Sra. Luisa B. de Villar, encargada de manufacturarla.

(imagen vía revista Caras y Caretas)
La enseña tenía una longitud de 8,37 metros por 5,40 de ancho. Estaba tejida con telas de seda superior en oro y plata para adecuarse a los colores de la bandera. Para su conservación a bordo se preparó un armario especial fabricado en madera de nogal, sus puertas estaban adornadas con los escudos de España, Argentina y Uruguay tallados en relieve, y con la leyenda: “Las damas españolas, argentinas y orientales a la gloriosa España”.

(imagen vía Caras y Caretas)
La ceremonia fue sencilla pero solemne, comenzó con una misa a bordo del crucero y tras la bendición de la bandera una representante de la comisión de damas entregó la enseña al comandante Mac-Mahon.

(vía revista Caras y Caretas)
El oficial español dio un breve discurso y se procedió al izado de la bandera al son de música castrense. El acto finalizó con un desfile de la tripulación del crucero ante el Estado mayor y los invitados que ascendieron a unas quinientas personas.

(vía revista Caras y Caretas)

(vía revista Caras y Caretas)
A su regreso, barco y tripulación se adaptaron al día a día de las actividades y necesidades operativas de la Armada, realizando maniobras y ejercicios con el resto de la flota. También realizó tareas de representación como su participación en la Exposición Universal de Nueva Orleans de 1903, así como transporte del personal diplomático para la Conferencia de Algeciras de 1906.

En 1907 en Casablanca se iniciaron algunos incidentes contra ciudadanos europeos, y el crucero “Río de la Plata” fue destacado a ese puerto para reunirse con la escuadra francesa y restaurar el orden. Poco después, en 1909, tomó parte en la guerra del Rif. E incluso en el periodo de la Primera Guerra Mundial se vio involucrado en un incidente, el 23 de marzo de 1918, con el submarino alemán “SM UC-48” internado en Ferrol, cuando debieron zarpar en su persecución al pensar que querían huir.

(imagen del Naval History and Heritage Command)
Cerca de la década de los años veinte “la bombonera” ya había quedado obsoleta con respecto al resto de unidades de la Armada, y antes de darlo de baja y desguazarlo se le dio una última función.
Con la Aeronáutica Naval
El día 15 de septiembre de 1917 por Real Decreto del Rey Don Alfonso XIII se crea la Aviación Naval, y en el puerto de Barcelona se establece una Base Aeronaval que operó desde el Muelle de Contradique y desde el portahidroaviones «Dédalo».
Para dar apoyo naval la Armada destinó algunos buques, estos fueron: el crucero “Río de la Plata”, el contratorpedero “Audaz”, el pontón “Cocodrilo” y algunas lanchas gasolineras. El crucero quedó inmovilizado en el mismo Muelle de Contradique y su servicio se limitó a ser utilizado como alojamiento al personal de la Aeronáutica Naval y tareas de escuela de la misma.

(imagen del Museu Marítim de Barcelona)
En otras ocasiones sirvió como residencia temporal de personalidades que visitaban la ciudad Condal, como la visita del Ministro de Marina en septiembre de 1921, que vino para presenciar unas maniobras de la Armada en aguas de Barcelona. Otras veces desde su cubierta se saludaba al cañón a los ilustres visitantes de otras marinas de guerra. Y su mantenimiento y limpieza de fondos se realizaba en el Dique Seco y Flotante del puerto.

(imagen del Museu Marítim de Barcelona)
Mas su actividad no iría más allá de la llegada de la Segunda República instaurada el 14 de abril de 1931, dos meses más tarde causaba baja y sería vendido para desguace.

Más información:
Del crucero «Río de la Plata» en la página web Todoavante.es
La entrega de la bandera de combate en Buenos Aires en la revistas:
– El Mundo Naval Ilustrado del Nº10 del 20 de abril de 1900
– Revista Caras y Caretas Nº72 del 17 de febrero de 1900
Ambas vía Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España




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