El día 21 de abril de 1967 hacía su entrada al puerto de Barcelona la turbonave «Raffaello» de la compañía Italian Line, procedía del puerto de Palermo y en Barcelona realizaría una escala en su travesía que debía finalizar en Nueva York.

(imagen vía Memoria de la Junta de Obras del Puerto de Barcelona de 1967)
Ese fue un día histórico para el puerto de Barcelona ya que con el «Raffaello» se batía un récord que no sería superado hasta 1973. Hasta esa fecha este transatlántico italiano fue el mayor buque entrado en el puerto con una eslora de 275 metros, y mantendría esta marca hasta 1973 cuando fue desbancado por el «Queen Elizabeth 2» con 293,5 metros de eslora.
Tan especial visita se mereció diversos actos protocolarios necesarios en casos de primeras escalas. Primero el capitán ofreció un almuerzo a bordo a las autoridades civiles y militares de la ciudad y por la tarde sería la empresa armadora y la consignataria quienes ofrecieron una recepción en donde los más de quinientos invitados que acudieron disfrutaron de un refrigerio a bordo.
El «Raffaello» fue uno de los últimos transatlánticos italianos construidos para conectar Europa con los Estados Unidos a través del Atlántico Norte haciendo equipo con su hermano gemelo Michelangelo. Sin embargo, la decadencia del transporte marítimo de pasajeros a larga distancia en favor del aéreo aceleró su retirada del servicio y su final tal vez no fuera el más digno para este último gran transatlántico italiano.
El «Raffaello»
La construcción del transatlántico «Raffaello» se produjo en un momento complicado para el transporte de pasajeros por mar, poco a poco la aviación comercial tanto por su velocidad como por su economía, atraía a más pasajeros cada año y amenazaba seriamente a las compañías marítimas.

(imagen de David Meare vía Shipspotting.com)
Por otro lado, la construcción de dos nuevos transatlánticos era necesaria tanto para reforzar las líneas transatlánticas, como para la propia industria naval italiana necesitada esa carga de trabajo en los astilleros y más aún los profesionales de la marina mercante que les urgía ocupar esos puestos de trabajo.
Aun con muchos riesgos fueron ordenados dos grandes transatlánticos gemelos llamados «Raffaello» y «Michelangelo» que, establecidos con el puerto de Nápoles como base, partirían con rumbo a Nueva York a través del Atlántico Norte. Con ellos se reforzaría esta línea que realizaban los veteranos «Saturnia» y «Vulcania», más el «Leonardo Da Vinci» y el malogrado «Andrea Doria».
Los «Raffaello» y «Michelangelo» fueron las turbonaves más avanzadas del momento en donde en su diseño se tuvo mucho en cuenta la seguridad del barco y la de sus pasajeros. Eran capaces de mantenerse a flote con 3 compartimentos inundados de los 17 que dividían sus cascos; sus salas de máquinas se separaron en dos compartimentos individuales y estancos, cosa que aumentaba la supervivencia si se inundaba la sala de máquinas; disponían de aletas estabilizadoras; los elementos utilizados para la decoración interior estaban compuestos de materiales ignífugos; y llamaba especialmente la atención el diseño de sus dos chimeneas, nada casual y especialmente diseñadas para mantener el humo y el hollín alejado de las cubiertas traseras.

(imagen de Hugh Llewelyn vía Wikimedia Commons)
El primero en tocar el líquido elemento fue el «Michelangelo» el 16 de septiembre de 1962 que fue construido por los astilleros de Ansaldo de Génova, el «Raffaello» se construyó en Trieste por Cantieri Riuniti dell’ Adriatico y puesto a flote el 24 de marzo de 1963.

(imagen vía Navi e Armatori)
Había mínimas diferencias en cuanto a tamaño y tonelaje, el «Raffaello» tenía un desplazamiento de 49.933 toneladas con una eslora de 275,5 metros por 30,2 metros de manga y 10,4 metros de calado. Sus turbinas de 87.000 SHP. conectadas a dos ejes le daban una velocidad máxima de 31,5 nudos y podía transportar hasta 1.775 pasajeros repartidos en tres clases.
En sus diez años de vida marinera cruzó el Océano Atlántico 226 veces, en las que tuvo tiempo de participar en una campaña publicitaría del coche Alfa Romeo Spider 1600 con la intención de venderlo en Estados Unidos. Fueron embarcados tres ejemplares de este vehículo y los pasajeros pudieron probarlo a bordo.

(vía Stellantis)
A partir de 1967 combinaba los viajes regulares a Nueva York con cruceros por el Caribe, cruceros cada vez más frecuentes con los que la compañía compensaba las pérdidas económicas debido a la baja demanda para cruzar el Atlántico por mar. Estos cruceros a menudo los realizaba en compañía de su hermano gemelo «Michelangelo».
Como otros muchos barcos de pasaje también tuvo la oportunidad de aparecer en una película llamada «Amore mio aiutami» de 1969 dirigida por Alberto Sordi.
Tan solo tuvo que lamentar un grave accidente, ocurrido el 18 de mayo de 1970, en el Estrecho de Gibraltar cuando el «Raffaello» chocó contra el petrolero noruego «Cuyahoga», por fortuna no hubo que lamentar ningún daño personal.
El ocaso
Si al «Raffaello» se lo podría definir como una joya de la ingeniería naval, fue otra joya pero de la ingeniería aeronáutica la que dilapidó su servicio y línea transatlántica por mar, el Boeing 747. En 1970 Alitalia abrió una línea aérea entre Roma y Nueva York con unas tarifas muy reducidas, ante esta oferta era imposible luchar y apenas unos años después era dado de baja tras realizar su último cruce trasatlántico un 30 de abril de 1975 y meses más tarde, el 5 de julio causaba baja el «Michelangelo».

(imagen vía Navi e Armatori)
Ambos barcos fueron almacenados y puestos a la venta al mejor postor. Navieras como Norwegian Cruise Line, Linea C, Chandris Group y Home Lines estuvieron interesados en sus cascos, e incluso el «Raffaello» estuvo a punto de convertirse en una clínica flotante para el tratamiento de tumores. No obstante, su destino quedaría atado para siempre muy lejos de la vieja Europa.
A finales de 1976 se anuncia al nuevo propietario de ambos barcos, se trata del Sha de Irán quien tiene intención de convertir a los gemelos en cuarteles flotantes para los oficiales militares que supervisaban la construcción de las bases de Bushehr y Bandar Abbas. Antes de partir de Italia se acondicionaron los barcos a las condiciones climáticas del Golfo Pérsico y el «Raffaello» abandona Italia el 12 de agosto de 1977 con rumbo a Bushehr y el «Michelangelo» lo hace en julio de 1977 quedando estacionado en Bandar Abbas.

(vía Wikimedia Commons)
En 1978 se intenta rescatar al «Raffaello» y convertirlo en un crucero turístico llamado «Ciro il Grande», pero la iniciativa fue cancelada debido al mal estado del barco. Poco después fue saqueado durante la Revolución Islámica de 1979 y por si fuera poco durante la guerra de Irán-Iraq recibió el impacto de un misil.
Sus desgracias no terminaron con el misil que lo dejaron semihundido frente a Bushehr y tiempo después fue abordado por un carguero, hecho que propició otro saqueo de los buzos locales generando un mercado ilegal de esos objetos en la zona. Lo que queda de él está señalizado con boyas en esta posición: 28°49′0.24″N 50°52′36.58″E
En cuanto al «Michelangelo», terminada su función militar también se intentó salvar al barco convirtiéndolo en un crucero llamado «Scià Reza il Grande», pero como en el caso del «Raffaello» el barco estaba en mal estado, y los expertos italianos que fueron a revisarlo tan solo recomendaron el desguace, hecho que se efectuó en Pakistán en 1991.
Más información:
Artículo «Próxima llegada el Raffaello a Barcelona» de Manuel Riera Brunet publicado en el diario La Vanguardia del 18 de abril de 1967
Más datos del «Raffaello» y el «Michelangelo» en la página web ssMaritime.com
Libro «Masters of the Italian Line: Leonardo da Vinci, Michelangelo and Raffaello» de Ian Sebire disponible en Amazon





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