El día 12 de abril de 1931 llegaron al puerto de Barcelona los habituales buques de pasaje que conectaban las islas baleares con la península más algunos provenientes de la costa mediterránea. Algunos de ellos fueron el vapor correo el Rey Jaime I procedente de Palma, de Valencia el Infante Don Gonzalo y de Castellón el Virgen de África. Pero sin duda alguna uno llamó más la atención tanto por su porte como por la cantidad de turistas que viajaban a bordo de él, se trataba del Monte Rosa perteneciente a la compañía Hamburg Süd.

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El Monte Rosa en el puerto de Barcelona (Brangulí vía Archivo Nacional de Cataluña)

El Monte Rosa provenía del puerto de Hamburgo en donde comenzó un crucero turístico y a Barcelona llegaron 1.183 turistas, de los que tan solo 7 desembarcaron en el puerto de la ciudad Condal. Como es habitual en estos viajes con unos horarios que cumplir, la escala duró apenas unas horas y por la tarde zarparon con rumbo a Génova.

La vida marinera del Monte Rosa no fue excesivamente larga, pero sí intensa. Es difícil resumir su actividad en apenas dos o tres páginas escritas, desde sus orígenes como barco de pasaje y crucero turístico pasaría a realizar transporte de tropas, primero con la Kriegsmarine y después con el gobierno del Reino Unido, país este último con el que realizó numerosos viajes con inmigrantes. Mas en esta ocasión resaltaré un encuentro algo inusual y diferente en alta mar con el dirigible Graf Zeppelin por una botella de champán.

La clase Monte

El transatlántico Monte Rosa perteneció a la serie denominada Monte de barcos mixtos de carga y pasaje construidos en los astilleros Blohm & Voss de Hamburgo, entre 1924 y 1930, para la naviera Hamburg South American Steamship Company. La naviera alemana los utilizó para conectar Europa con puertos del Atlántico Norte, América del Sur y el Lejano Oriente. La serie completa la componían cinco barcos llamados en honor a montañas europeas y del continente sudamericano: Monte Sarmiento, Monte Olivia, Monte Cervantes, Monte Pascoal y Monte Rosa.

Monte Sarmiento (Bundesarchiv vía Wikimedia Commons)
Monte Olivia
Monte Olivia (imagen de Wilhelm Walther vía Wikimedia Commons)
Monte Cervantes (Bundesarchiv vía Wikimedia Commons)
Monte Pascoal
Monte Pascoal (Sjöhistoriska museet)
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Monte Rosa

Fueron unos barcos de unas 13.625 toneladas de registro bruto con una eslora de 179,7 metros por 20,1 metros de manga y 10 metros de calado. Eran propulsados por cuatro motores diésel de 6.200 HP. que conectados a dos ejes obtenían una velocidad de 14 nudos. Su dotación constaba de 336 tripulantes y podían transportar hasta 2.400 pasajeros divididos entre clase turista y tercera clase.

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El Monte Rosa fue el último en ser entregado y sería puesto a flote el 13 de diciembre de 1930 y realizó su primer viaje inaugural el 28 de marzo de 1931 con rumbo a Sudamérica. El resto de su vida marinera antes de la guerra lo pasó navegando entre Alemania con el continente sudamericano, por ello fue muy utilizado por inmigrantes en busca de un futuro mejor. A partir de 1933 y con el nombramiento de Adolf Hitler como canciller de Alemania, algunos barcos de la clase Monte fueron utilizados para difundir la ideología nacionalsocialista y el Monte Rosa no fue menos.

El transatlántico alemán estuvo a punto de perderse el 23 de julio de 1934 cuando encalló frente a la localidad de Tórshavn en las islas Feroe, por fortuna pudo ser reflotado al día siguiente. Si el barco se hubiese perdido ese día, el capitán del transatlántico no habría logrado invitar a una copa al capitán del dirigible Graf Zeppelin en medio del Océano Atlántico.

Por una botella de champán

Este curioso y único evento sucedió en 1936 cuando el Monte Rosa se hallaba en ruta hacia Brasil en un crucero turístico. No era nada extraño que el dirigible alemán en sus travesías por el Océano Atlántico se cruzara con otros buques de línea que realizaban la misma ruta.

De pronto en el horizonte el vigía identificó a un dirigible que se aproximaba y avisó al capitán. Se trataba del dirigible Graf Zeppelin (LZ 127) que también se hallaba en ruta al Brasil. Por radio el capitán del Monte Rosa, Max Castan, se puso en contacto con el capitán del dirigible, Hans von Schiller, y le comunicó que lo invitaba a una botella de champán siempre y cuando fuera capaz de recogerla, el reto fue aceptado por von Schiller.

El mismo capitán del dirigible dio unas sencillas instrucciones para el traspaso de la botella, un marinero debía subir a lo alto del primer mástil del barco y esperar el cabo lanzado desde la aeronave para atar la botella.

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Aproximación del dirigible Gaf Zeppelin al Monte Rosa (Deutsche Fotohek vía Europeana)
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La maniobra requería de una gran presteza (Deutsche Fotohek vía Europeana)

Poco a poco el piloto del Graf Zeppelin maniobró con precisión y se acercó por la popa del transatlántico, una vez situado sobre el Monte Rosa se lanzó el cabo y el contramaestre al alcanzarlo le ató la botella, poco después desde la aeronave lo izaron poco a poco hasta desaparecer en el interior del dirigible. Todo ello fue presenciado por los pasajeros que viajaban a bordo del Monte Rosa y alguno de ellos dejó su testimonio con estas imágenes que debió ser como poco espectacular.

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La operación del izado de la botella fue algo incomoda para el marinero pero exitosa (Deutsche Fotohek vía Europeana)

Cabe recordar que el Graf Zeppelin era mucho mayor que el Monte Rosa, al menos en tamaño, con una longitud de 236,5 metros y un diámetro de 30,4 metros. Era propulsado por cinco motores Maybach VL-2 de 12 cilindros y 550 HP. Y fue el mismo que pasó por Barcelona en dos ocasiones, en 1929 y 1932, de camino a Brasil.

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El Graf Zeppelin sobre las torres venecianas de la plaza de España de Barcelona (imagen del Archivo Nacional de Cataluña vía Europeana)

Material para una segunda parte

Terminado este singular episodio llegó la guerra y la actividad del Monte Rosa cambió por completo. El segundo tramo de vida de este transatlántico fue mucho más agitado, debido a la guerra el barco quedó transformado en un transporte de tropas y al término de esta navegó para el Reino Unido con el mismo fin con el nombre de HMT Empire Windrush.

El Monte Rosa fue requisado por el Ministerio de la Guerra inglés y transformado en el HMT Empire Windrush (vía Wikimedia Commons)

Más tarde sería adaptado para el transporte de inmigrantes y su final sería trágico a causa de un incendio. Pero estas otras historias del Monte Rosa merecen una segunda parte con una nueva entrada en este blog.

 

Más información:
La clase Monte de transatlánticos en la Wikipedia alemana
Algo más de la historia del Monte Rosa en la página web de Thorsten Totzke LostLiners
Un viaje de ida y vuelta en dirigible a Río de Janeiro narrado por Fernando Ortiz Echagüe y publicado en el diario El Sol de Madrid del 18 de abril de 1936

Una respuesta a “Por una botella de champán”

  1. Excelente entrada, espero con ganas la segunda parte. Gracias.

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