El día 29 de septiembre de 1898 el vigía marítimo del castillo de Montjuich se complacía de poder señalar y anunciar la llegada de un vapor con matrícula de Barcelona. Rápidamente buscó en su almacén la bandera y bolas correspondientes al código que él mismo había creado para su telégrafo óptico.
En lo alto del mástil izó la bandera española y en el primer travesaño colocó dos bolas juntas cuyo significado era: «El vapor mercante español señalado es trasatlántico»
Ese día tan solo podía ser un barco en concreto ya que todos los vapores que entraron eran extranjeros y los que tenían la bandera española fueron veleros. Poco a poco a medida que se aproximaba a la bocana ya se pudo distinguir la silueta de un vapor transatlántico, iba completamente empavesado tenía una chimenea y dos palos, en el primer palo ondeaba la bandera de su naviera “Hijos de J. Jover Serra”, en el segundo se agitaba la inconfundible bandera de la provincia marítima de Barcelona y en su popa la bandera española, sin ningúna duda era el Miguel Jover.

El transatlántico procedía del puerto de La Habana de donde había zarpado el 7 de septiembre con diversos pasajeros y carga, y en 16 días llegó al puerto de La Coruña que tras una breve escala pondría rumbo a Barcelona.
El Miguel Jover fue uno de los muchos buques que fueron capturados por las fuerzas navales norteamericanas durante la guerra de 1898 y el motivo de la alegría por el regreso de este transatlántico era sencillo, muchos de los barcos capturados fueron vendidos junto a su carga y jamás serían devueltos a sus propietarios pero el Miguel Jover tuvo suerte y continuó su carrera pasada la guerra.
El barco
Fue construido por R. & W. Hawthorn, Leslie & Co. Ltd. en Hebburn (Reino Unido) siendo botado el 23 de julio de 1887 y entregado con el nombre de Port Denison en 1887 a la naviera londinense Anglo-Australasian Steam Navigation Co. Ltd. Desplazaba 3.591 toneladas de registro bruto su eslora era de 114,3 metros por 12,86 metros de manga y 6,37 metros de calado. Era propulsado por una máquina a vapor de la firma Wigham Richardson & Co. de tres cilindros y 503 NHP. que le daban 13 nudos de velocidad.

En 1895 era adquirido por la naviera Hijos de J. Jover Serra creada por Joan Jover Serra y dirigida más tarde por Joaquin Jover i Costas. Su padre poseyó una de las mayores flotas matriculadas en Barcelona con un total de 24 barcos, todos veleros; ahora su hijo expandiría el negocio adquiriendo buques a vapor. Uno de ellos fue el J. Jover Serra (ex Port Caroline) y el segundo el Miguel Jover (ex Port Denison). Ambos vapores realizarían rutas hacia las Antillas con alguna excepción. Durante la guerra de Cuba el mismo Joaquin Jover ofreció sus dos vapores para repatriar a soldados y miembros de la Armada hacia España, hecho con el que Jover se ganó el marquesado de Gélida. Pero la guerra alcanzaría al transatlántico Miguel Jover la noche del 23 de abril de 1898, habiendo salido de La Habana con destino a Barcelona.
La captura
El 22 de abril de 1898 el secretario de la Marina norteamericana John D. Long ordena al comodoro William T. Sampson, comandante del Escuadrón del Atlántico Norte, iniciar un bloqueo de la costa norte de Cuba. Con esta maniobra el comodoro Sampson pretendía aislar la línea de suministros tanto entrante como saliente para obligar a las tropas españolas a una rendición forzada. Podría decirse que el primer disparo en la guerra lo efectuó el cañonero USS Nashville el 22 de abril para obligar a detenerse al mercante Buenaventura y tras este le siguieron una larga lista de buques españoles capturados.
Según el relato del comandante del cañonero USS Helena, William T. Swinburne, la noche del 23 de abril en las coordenadas 23° 43’ N 83° 28’ W localizaron a un vapor al que se acercaron para identificar; al parecer no llevaba ninguna bandera reconocible que ayudara a la identificación del buque por lo que el comandante ordenó realizar un disparo de advertencia, inmediatamente el vapor se detuvo e izó en su palo la bandera española. Al poco rato un equipo de abordaje norteamericano subió a bordo del vapor español y tras examinar su documentación quedó requisado junto a su carga, unas 130.000 duelas de algodón con destino a una fábrica de Vilanova i la Geltrú.

El comandante Swinburne no pudo hacerse cargo del Miguel Jover por lo que sustituyó en su puente y máquinas a su dotación por marineros de su barco al mando del alférez Cleland Davis quien llevaría al vapor a Cayo Hueso.
Pero el Miguel Jover no fue el único mercante capturado esos días, el crucero USS Detroit capturaba el Catalina de la naviera Pinillos, el cañonero USS Nashville apresaba al Buenaventura de Larrinaga, y a estos les siguieron una larga lista de mercantes españoles, muchos no volverían a España.

Regreso a casa
A mediados de mayo de 1898 la prensa anunciaba que el tribunal de presas de la US Navy en Cayo Hueso declaraba buena presa al Buenaventura y mala presa al Miguel Jover, este era el primer paso para que el vapor de Hijos de J. Jover Serra volviera a casa; días más tarde se anunciaba la liberación de más barcos, los Catalina, Flesthing, Pedro, Panamá, Guido y Frasquito, pero aún quedaba un trámite, el pago de la fianza. El Gobierno norteamericano y su marina de guerra para asegurarse tras su liberación que estos buques no volvieran a ser utilizados en su contra impusieron una fuerte fianza que en el caso del Miguel Jover fue de 200.000 pesos.
Por ello la llegada del Miguel Jover a Barcelona era tan esperada, más aún cuando la compañía repatrió a algunos españoles, un grupo de ellos se quedó en Galicia y otro desembarcó en Barcelona, sus nombres están disponibles en la edición de La Vanguardia del día 30 de septiembre de 1898 página 3.
De vuelta a la normalidad
El transatlántico Miguel Jover volvió a la normalidad con sus rutas hacia Cuba pero aún le quedaría un gran evento para vivir. A principios del mes de abril de 1904 el vapor subía al dique flotante y deponente para limpiar sus fondos, tarea rutinaria que debe hacerse al menos una vez al año pero su botadura sería mucho más mediática.

El 14 de abril el rey Alfonso XIII, durante su visita oficial a Barcelona y alrededores, se prestó para inaugurar diversas obras del puerto de Barcelona y presenciar el funcionamiento del dique flotante y deponente, dique único en España. Como ya se habían terminado los trabajos en el vapor Miguel Jover, se preparó una tribuna para que el rey pudiera contemplar su botadura y el funcionamiento del dique. Después sería el mismo rey quien visitaría las instalaciones del dique y subiría a bordo del transatlántico Miguel Jover.

Último viaje
En 1918 el Miguel Jover es comprado por la naviera Hijos de José Tayá también de Barcelona, con ellos navegaría ahora con el nombre de Pau Claris hasta 1926.

A finales de marzo de ese año es vendido para desguace a Altos Hornos de Génova y por sus propios medios con una tripulación y bandera italiana realiza su última navegación hasta el puerto genovés en donde será desguazado.
Más información:
Articulo «J. JOVER SERRA Y ROGER DE LLÚRIA» en la página web vidamaritima.com de Vicente Luís Sanahuja
Informe de la captura del Miguel Jover y el bloqueo del norte de Cuba en la página web del Naval History and Heritage Command
Artículo «El Caso del Buenaventura» de Juan Escrigas Rodríguez publicado en la Revista General de Marina de octubre de 2014