El 11 de agosto de 1936 el portahidroaviones Commandant Teste hizo su entrada en el puerto de Barcelona, su presencia no respondía a una simple visita de cortesía, sino a la convulsa situación que se vivía en España. Apenas un mes antes había estallado la Guerra Civil, y Francia, preocupada por la seguridad de sus ciudadanos, desplegó diversas unidades navales para facilitar su evacuación.

En los primeros compases del conflicto, numerosos buques de guerra extranjeros fondearon tanto dentro como fuera del puerto de Barcelona. Algunos lo hicieron para asistir en la evacuación de las colonias extranjeras residentes en España, mientras que otros acudieron en apoyo de sus delegaciones diplomáticas. Francia, en particular, envió inicialmente al crucero Duquesne, seguido poco después por el destructor Kersaint. Finalmente, en agosto, la flota gala se reforzó con la llegada del Commandant Teste.

Portahidroaviones Commandant Teste

A su llegada, el portahidroaviones quedó fondeado junto al dique flotante y permaneció en el puerto durante varios días en misión humanitaria. Su principal cometido era asegurar la evacuación de civiles, una tarea ardua en un contexto de caos y anarquía, especialmente en las primeras semanas tras el golpe de Estado.

El portahidros Commandant Teste fue un buque concebido en la época de entreguerras, con una trayectoria atípica que surgió de la necesidad de complementar al portaaviones Béarn y construido al margen de las limitaciones impuestas por el Tratado Naval de Washington.

Los portahidroaviones

Con el advenimiento de la aviación embarcada pronto las principales potencias marítimas quisieron aprovechar este nuevo elemento tanto ofensivo como defensivo. Pronto Estados Unidos, Reino Unido, Japón y Francia entre otros, comenzaron proyectos para la construcción de portaaviones, sin embargo, no todas las potencias pudieron construir una gran flota de ellos.

Una solución intermedia y económica fueron los portahidroaviones, estos buques combinaban las características de un portaaviones con las de un buque de apoyo para aeronaves, pero con la particularidad de que sus aviones no requerían una pista convencional para despegar, sino que podían hacerlo directamente desde el agua o desde catapultas. A pesar de sus limitaciones frente a los portaaviones, sobre todo con sus aeronaves, podían ejercer misiones de escolta, ataque a tierra, reconocimiento y apoyo con sus hidroaviones.

La Marine Nationale francesa no fue la única que se enfrentó a este reto, y otras naciones se embarcaron en el proyecto de dotarse de portahidroaviones para proyectar su fuerza en el mar, y en caso necesario, apoyar a sus tropas en tierra.

Debido a la falta de experiencia y la ausencia de un diseño preestablecido como referencia, pronto surgieron una gran variedad de buques, tanto de nueva construcción como conversiones de mercantes y otros buques de guerra.

Este fue el caso del HMS Ark Royal de 1914, considerado el primer portahidroaviones construido desde cero para tal fin. Con un desplazamiento de unas 7.190 toneladas y 111 metros de eslora, podía operar con 8 hidroaviones.

El HMS Ark Royal tenía un diseño sencillo pero eficaz
(imagen de U.S. National Archives and Records Administration)

Pero con anterioridad, la Marine Nationale ya se embarcó en la difícil tarea de operar con hidroaviones desde buques, como en el caso del portatorpederos francés Foudre. Entró en servicio en 1896 como un portatorpederos y en 1911 fue convertido a portahidroaviones.

La Armada española convirtió en 1922 al mercante Neuenfels entregado a España como reparación de los buques mercantes hundidos durante la Primera Guerra Mundial, en un portahidroaviones y base de dirigibles semirrígidos llamado Dédalo.

A bordo del Dédalo se probó el autogiro del ingeniero español Juan de la Cierva

La Regia Marina italiana realizó en 1921 una operación similar a la Armada española, convirtiendo el ferry Città di Messina al portahidros Giuseppe Miraglia de 5.900 toneladas y capaz de operar con 17 hidroaviones.

El Giuseppe Miraglia en navegación
(vía Wikimedia Commons)

Estados Unidos no fue menos, y utilizó buques para otros cometidos para operar con hidroaviones, con pocas modificaciones se lograron algunos éxitos, como el del buque carbonero USS Jason Nº12.

Operó como buque de apoyo a hidroaviones pudiendo embarcar hasta 12 hidroaviones como barco depósito y hasta 24 como buque de transporte de aviación
(imagen del Naval History and Heritage Command)

El portahidroaviones Commandant Teste

Fue el complemento perfecto del portaaviones Béarn, que tras su construcción la Marine Nationale solicitó un segundo portaaviones, pero no era posible por dos razones. La primera por motivos económicos y la segunda por el Tratado Naval de Washington de 1922. En este tratado se estipuló cada portaaviones no podía superar las 35.000 toneladas y, además, también limitaba el tonelaje total de portaaviones por país, que en el caso de Francia era de 60.000 toneladas.

Portaaviones Béarn 22.500 toneladas
(imagen del Imperial War Museum)

En cambio, los portahidroaviones no tenían ninguna restricción en este tratado, por tanto se ordenó la construcción de uno de unas 12.100 toneladas a plena carga, el Commandant Teste. De su construcción se encargaron los astilleros de Forges et Chantiers de la Gironde en Burdeos, su casco fue puesto a flote el 12 de abril de 1929 y entró en servicio el 18 de abril de 1932.

Botadura del Commandant Teste
(imagen vía Gallica/BnF)

El resultado fue un portahidroaviones grande de 12.134 toneladas a plena carga con una eslora de 167 metros, por 27 metros de manga y 6,7 metros de calado. Era propulsado por turbinas a vapor de 23.230 SHP que conectadas a dos ejes le daban una velocidad de 21 nudos y una autonomía de 2.000 millas náuticas a 18 nudos. Dotación, 644 tripulantes.

El Commandant Teste visto por la amura de babor
(imagen vía Images Defense

Su armamento original constaba de 12 cañones de 100 mm, 8 antiaéreos sencillos de 37 mm y 6 ametralladoras dobles de 13,2 mm. Como protección adicional disponía de blindaje: de 3 a 5 cm en el cinturón, de 2,4 a 3,6 cm en la cubierta y 8 cm en la torre de mando.

En esta imagen se aprecian las compuertas de los hangares de popa y una catapulta

Podía embarcar hasta 26 hidroaviones de los modelos: Gourdou-Leseurre GL-810 luego reemplazados por del modelo GL-811 y GL-813, otro modelo muy utilizado fue el Loire 130; que podían lanzarse desde sus 4 catapultas y recuperados y/o depositados en el agua desde 5 grúas.

El personal del Commandant Teste situa un avión Loire 130 sobre la catapulta de popa
(vía Image Defense)

Los aviones, mediante un sistema de carretillas de la firma Déucaville, eran transportados hasta la popa en donde las grúas los depositaban en el agua. También disponía de un hangar situado en el centro del barco de 80 por 26,5 metros y tres cubiertas de alto.

Historial

A su entrada al servicio activo fue asignado a la Escuadra del Mediterráneo con base en Toulon y en septiembre de 1937 cambia su base por Orán, desde allí es desplegado para proteger a los buques neutrales durante la guerra civil española. Permaneció en aguas del norte de África hasta diciembre de 1939 y en junio de 1940 quedó fondeado en Mers-el-Kébir. Allí fue testigo del bombardeo británico a los buques de guerra franceses allí fondeados durante la Operación Catapulta, durante el ataque el Commandant Teste no sufrió muchos daños ni tampoco bajas.

Bombardeo de Orán.
Vía British Pathé / Youtube

A mediados de 1941, el barco dejó atrás su función de portahidroaviones para ser reclasificado como buque de entrenamiento de artillería. Se encontraba en Toulon cuando, el 27 de noviembre de 1942, ante la invasión alemana de la Francia de Vichy, el Commandant Teste fue uno de los numerosos buques hundidos por sus propias tripulaciones para evitar su captura.

El Commandant Teste escorado en Tolón

Sin embargo, fue reflotado en 1943 y vuelto a hundir en 1944 en un ataque aliado. En febrero de 1945 se lo volvió a reflotar con la intención de convertirlo en un portaaviones de escolta, aunque esta propuesta no prosperó. Finalmente, el buque fue utilizado como almacén hasta el 15 de mayo de 1950, fecha en que fue dado de baja oficialmente y vendido para desguace.

Más información:
Listado de portaaviones y portahidros franceses en la página web hazegray.org
Artículo «La història d’una postal singular: el vaixell Commandant Teste» de Dolors Bernal a partir de l’article del Sr. Manuel García publicado en la página web del Museu Marítim de Barcelona

Una respuesta a “Un vacío estratégico del Tratado Naval de Washington”

  1. […] ya vimos las historias de algunos de estos barcos hundidos, uno fue el del crucero Colbert y el del portahidroaviones Commandant Teste que fueron hundidos en Tolón, otros buques en cambio se salvaron, como el submarino Iris que se […]

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