A la una del mediodía del 28 de febrero de 1929, el vigía marítimo del castillo de Montjuich daba aviso de la llegada de una escuadra de la Royal Navy. Hora y media más tarde, el ayudante de servicio de la Comandancia de Barcelona, el teniente de navío Alfonso Sanz y García de Paredes, embarcó en el remolcador Cataluña junto con el práctico mayor Carlos Mallol para dirigirse al encuentro de la escuadra.

Hallándose los buques de guerra más próximos a la bocana y tras la confirmación visual del vigía, se identificaron los buques que componían esta flota como los componentes de la Primera División de la Escuadra de la Royal Navy del Atlántico, que estaba formada por los cruceros de batalla HMS Hood, HMS Repulse y HMS Renown; los buques talleres HMS Adamant y HMS Lucia; y los submarinos HMS L-53, HMS L-54, HMS L-56, HMS L-59* y HMS L-71. Los cruceros de batalla quedaron fondeados a dos millas de la rada, mientras que los buques talleres atracaron en el Muelle de San Bertrán junto a los submarinos.

El crucero de batalla HMS Hood fondeado frente a Barcelona
(imagen de Alejandro Merletti vía revista Mundo Gráfico-BNE)
Los submarinos quedaron abarloados junto al buque taller
(imagen de Alejandro Merletti vía revista Mundo Gráfico-BNE)

La escuadra estaba al mando del vicealmirante Frederic Charles Dreyer, que se hallaba a bordo del buque insignia HMS Hood, comandado por el capitán de navío J. C. Pope. Procedían de Gibraltar y se quedaron en Barcelona hasta el 6 de marzo, fecha en la que partirían y su visita sería reemplazada por otra escuadra de la Royal Navy, compuesta por buques de la Segunda División de la Flota del Atlántico, liderada por el acorazado HMS Benbow al mando del vicealmirante John Moore Casement.

La Pax Britannica

La Royal Navy mantuvo una posición dominante en los mares durante gran parte del siglo XIX y buena parte del siglo XX, especialmente tras la derrota de Napoleón en 1815, aunque su supremacía comenzó a enfrentarse a nuevos desafíos y competidores a partir de la Primera y Segunda Guerra Mundial.

Mapa del Imperio Británico en 1866
(John Charles Ready vía Wikimedia Commons)

En el año 1900, la Royal Navy disponía de varias grandes flotas y estaciones navales repartidas por el mundo. Su cometido principal era defender los intereses del Imperio Británico allí donde fuera necesario, además de patrullar y proteger las rutas comerciales de importancia estratégica.

Entre estas fuerzas se encontraban:

  • La Flota del Mediterráneo
  • La Estación de las Indias Orientales
  • La Estación de China
  • La Estación de Australia
  • La Estación de África
  • La Estación de América y las Antillas
  • La Estación del Pacífico

Por otro lado, existían otras flotas importantes como la llamada Home Fleet, establecida formalmente en 1902 y disuelta en 1967, cuyo cometido principal era la defensa y patrullaje de las aguas territoriales del Reino Unido.

Otra flota relevante fue la Channel Fleet (también conocida como Channel Squadron), creada en 1859 y disuelta en 1915, que tenía la misión de patrullar y proteger el Canal de la Mancha, una vía marítima estratégica para la seguridad nacional y el comercio.

La Flota del Atlántico

En 1905 la Royal Navy estableció formalmente la Flota del Atlántico (Atlantic Fleet). Esta flota se creó para agrupar y organizar las fuerzas navales británicas que operaban en el Océano Atlántico, especialmente para proteger las rutas marítimas y los intereses británicos en esa área vital.

Antes de 1905, la Royal Navy tenía varias formaciones y escuadras dispersas en el Atlántico, pero fue en ese año cuando se consolidó como una flota permanente bajo ese nombre, con buques modernos y una estructura más organizada.

Parte de la Flota del Atlántico con el HMS Renown liderando y el HMS Repulse en tras él
(vía Wikimedia Commons)

Normalmente eran flotas mixtas, compuestas por acorazados, cruceros pesados y ligeros, destructores, buques auxiliares y taller, y submarinos, como en el caso de esta visita de finales de febrero de 1929.

La flota iba liderada por el crucero de batalla HMS Hood, considerado el mayor buque de guerra hasta el momento con un desplazamiento de 42.000 toneladas a plena carga y 262 metros de eslora. Fue construido por los astilleros John Brown & Company en Clydebank y entró en servicio en 1920.

El crucero de batalla HMS Hood en 1924
(imagen de Allan C. Green vía Wikimedia Commons)

Disponía de una considerable potencia de fuego, con una artillería principal de ocho cañones de 381 mm en cuatro torretas dobles, apoyados por su artillería secundaria, compuesta por doce cañones sencillos de 140 mm, cuatro de 102 mm, y seis tubos lanzatorpedos de 533 mm.

Vista aérea del HMS Hood
(imagen del Naval History and Heritage Comand)

Su diseño estaba orientado a la guerra en alta mar, siendo un símbolo de la supremacía naval británica durante el periodo de entreguerras. Sin embargo, su blindaje resultó vulnerable en combate, como se demostró en la Segunda Guerra Mundial durante su enfrentamiento con el acorazado alemán Bismarck en 1941, donde fue hundido tras un impacto crítico.

El hundimiento del HMS Hood
(cuadro de J.C. Schmitz-Westerholt del Naval History and Heritage Command)

El HMS Hood iba escoltado por otros dos cruceros de batalla, los HMS Renown y el HMS Repulse, ambos de la misma clase y de 27.600 toneladas y 242 metros de eslora. Fueron construidos en distintos astilleros: el primero en Fairfield, en la localidad de Govan, y el segundo por John Brown, en Clydebank, entrando ambos en servicio en 1916.

Crucero de batalla HMS Renown
(vía Wikimedia Commons)

Aunque eran algo menores que el HMS Hood, compartían una configuración similar de armamento, con tres torretas dobles de cañones de 381 mm, además de cinco montajes triples y dos sencillos de 102 mm, dos cañones sencillos antiaéreos de 76 mm y dos tubos lanzatorpedos de 533 mm.

El HMS Renown participó principalmente en misiones de patrulla y escolta durante ambas guerras mundiales, destacando su papel en la Segunda Guerra Mundial en el Atlántico y en la escolta de convoyes. A lo largo de su vida, fue modernizado varias veces para mejorar su armamento y protección, hasta ser retirado del servicio en 1948.

Por otro lado, el HMS Repulse sobrevivió a la Primera Guerra Mundial pero no a la Segunda. Fue hundido en diciembre de 1941 frente a Malasia por aviones japoneses, junto con el acorazado Prince of Wales, en uno de los primeros grandes ataques a buques de guerra por aviación naval.

El HMS Repulse en 1924 en el puerto de Vancouver
(vía Wikimedia Commons)

Los submarinos HMS L-53, HMS L-54, HMS L-56, HMS L-59* y HMS L-71, pertenecían a la clase L de submarinos y fueron diseñados como una mejora de la clase E de submarinos oceánicos de ataque para combatir en la Primera Guerra Mundial; sin embargo, los submarinos llegados en esta visita entraron en servicio demasiado tarde para participar en esa guerra, y su servicio no fue más allá del periodo de entreguerras.

Fueron construidos en tres sub clases: L-1, L-9 y L-50, en la imagen el L-15
(vía Wikimedia Commons)

Desplazaban 980 toneladas en superficie y 1.170 toneladas en inmersión, con una eslora de 71,6 metros. Eran propulsados por motores diésel y eléctricos, y estaban armados con seis tubos lanzatorpedos en proa de 533 mm, además de dos cañones de cubierta de 101,6 mm.

Submarino HMS L-52
(vía Wikimedia Commons)

Fueron construidos en distintos astilleros del Reino Unido: el HMS L-53 en 1919 por Armstrong Whitworth en Newcastle-upon-Tyne; el HMS L-54 en 1919 por William Denny and Brothers en Dumbarton; el HMS L-56 en 1919 por Fairfield Shipbuilding and Engineering Company en Govan; el HMS L-59* no llegó a construirse, su inclusión en la prensa fue un error; y el HMS L-71 en 1919 por Scotts Shipbuilding and Engineering Company en Greenock.

Para finalizar, acompañaban a esta escuadra dos buques taller, uno de ellos el HMS Adamant, un buque de apoyo a submarinos construido en 1911 por Cammell Laird en Birkenhead. De 950 toneladas y 65 metros de eslora, combatió en la Primera Guerra Mundial como buque de apoyo para los submarinos de la clase E, integrado en la Escuadra del Mediterráneo Oriental y operando en los Dardanelos y el mar Adriático. Su vida operativa no fue más allá de esta visita a Barcelona, causando baja en 1932.

Buque de apoyo a submarinos HMS Adamant
(imagen del Imperial War Museum vía Wikimedia Commons)

El segundo buque taller fue el HMS Lucia, un veterano mercante construido en 1907 por Furness Withy en Middleton, con 3.899 toneladas de registro bruto y 107 metros de eslora. Antes de 1919, ostentó el nombre de Spreewald, navegando para la Hamburg America Line (HAPAG), hasta que en 1914 fue capturado por la Royal Navy, que le dio el nombre de HMS Lucia y la función de buque taller.

Buque taller HMS Lucia
(imagen del Imperial War Museum)

Sobrevivió a ambas guerras mundiales e incluso regresó al servicio civil con el nombre de Sinai, para la Compañía Marítima Geojunior de Panamá, llegando a navegar hasta 1951, año en el que se dio de baja y se vendió para desguace.

Siguiente visita de cortesía

Esta escuadra partió el 6 de marzo y, prácticamente sin tiempo para reaccionar, llegó la Segunda División de la Escuadra del Atlántico, liderada por el acorazado HMS Benbow, escoltado por dos acorazados, un crucero y dieciocho torpederos. Pero esta escala la dejamos para otro artículo…

Más información:
Llegada de la escuadra en el diario El Noticiero Universal del 28 de febrero de 1929 página 15


* Nota del autor, si bien en la prensa en el listado de submarinos incluía al HMS L-59, debió de tratarse de un error tipográfico ya que la construcción de este submarino fue cancelada. En lugar del L-59 podría tratarse del HMS L-69.

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