La mañana del 19 de agosto de 1894 llegaba al puerto de Barcelona la Escuadra de Instrucción de la Armada española compuesta por los cruceros desprotegidos Alfonso XII y Reina Mercedes, procedían del puerto de Valencia y echaron el ancla junto a la escollera del este.

La escuadra estaba al mando del contralmirante José María de las Heras con el crucero Alfonso XII como buque insignia
(Museo de Ejército vía Biblioteca Virtual de Defensa)
El crucero Reina Mercedes
(Real Instituto y Observatorio de la Armada vía Biblioteca Virtual de Defensa)

Esta fue la primera visita del crucero Reina Mercedes a Barcelona, crucero que tuvo dos vidas con dos pabellones bien distintos, el español y el estadounidense. El Reina Mercedes combatió en la guerra de Cuba y nunca volvió, excepto un pedazo de él.

El crucero Reina Mercedes

Fue un crucero desprotegido perteneciente a la clase Reina Cristina compuesta por tres unidades construidas entre los astilleros de Ferrol y Cartagena entre 1881 y 1893. La serie completa la componían los: Reina Cristina, el Alfonso XII y el Reina Mercedes. Los dos primeros se construyeron en Ferrol y el Reina Mercedes en Cartagena.

Bella estampa del Alfonso XII
(imagen del Naval History and Heritage Command)

Estos cruceros estaban construidos con casco de hierro y fueron diseñados para el servicio colonial. Su vida operativa estuvo plagada de problemas técnicos y de mantenimiento, además, por su escaso blindaje los hacía vulnerables en enfrentamientos directos con buques mejor protegidos.

El Reina Mercedes fue construido por el Arsenal Naval de Cartagena, en donde fue puesto a flote el 12 de septiembre de 1887 y entregado el 30 de septiembre de 1893. Llevó su nombre en honor a la primera mujer del rey Alfonso XII, María de las Mercedes de Orleans y Borbón (1860-1878), hasta su muerte por tifus.

Lámina del Reina Mercedes de Hernández Monjo
(Museo de Ejército vía Biblioteca Virtual de Defensa)

Desplazaba 3.900 toneladas con una eslora de 84 metros, por 13 metros de manga y 6,7 metros de calado. Su propulsión era mixta, mediante una máquina a vapor de 4.100 HP que le daba una velocidad de unos 13 nudos y un aparejo de fragata. Dotación, 404 tripulantes.

Estaba armado con 6 cañones González-Hontoria de 160 mm en reductos, 3 de 57 mm Nordenfelt de tiro rápido, 2 Nordenfelt de 42 mm, 6 cañones Hotchkiss de tipo revolver de 37 mm, 2 ametralladoras de 11 mm y 5 tubos lanzatorpedos Schwarzkopf.

Una corta vida bajo pabellón español

A su entrada al servicio activo fue asignado a la Escuadra de Instrucción mandada por el contralmirante Zoilo Sánchez Ocaña. Protegió los intereses españoles en Melilla y las islas Chafarinas. Tuvo la especial misión de transportar desde Bremen a 10.000 fusiles Mauser y un millón de cartuchos destinados al Ejército español.

En 1895 es destinado al apostadero de la Habana, desde allí combatió a los insurgentes cubanos que luchaban por la independencia de la isla, y en Santiago de Cuba se encontraba cuando estalló la guerra con los Estados Unidos.

Crucero Reina Mercedes

Para entonces el crucero no se hallaba en su mejor momento operativo, tenía averiadas 7 de sus 10 calderas y tan solo salía a navegar para realizar breves misiones de vigilancia y patrulla. Pero tuvo acciones destacadas, como el hundimiento del vapor USS Merrimac, el 3 de junio de 1898, antes de que lograra bloquear el canal de entrada a la bahía de Santiago.

Sin embargo, debido al mal estado de sus máquinas no pudo tomar parte de la batalla de Santiago de Cuba del 3 al 12 de julio de 1898. Ante la imposibilidad de unirse a la lucha, se decidió desembarcar parte de su artillería e instalarla en tierra, junto a la mayoría de su tripulación, a bordo del Reina Mercedes solo quedaron dos cañones de 160 mm. Mas tuvo una última misión, fue hundido por su propia tripulación, el 3 de julio de 1898, en la entrada del puerto de Santiago de Cuba para evitar que cayera en manos estadounidenses. Este acto fue parte de una estrategia para bloquear el acceso de la flota estadounidense al puerto, aunque no logró impedir completamente la entrada de los barcos enemigos.

Esta acción tuvo un éxito limitado, ya que en el momento de detonar las cargas para hundirlo, propiciaron que el crucero se desviara hacia el borde este del canal antes de hundirse y no logró su objetivo. Así terminó la carrera del crucero Reina Mercedes en la Armada española, pero ahora comenzaba otra en la US Navy.

En el centro de la imagen se halla semihundido el Reina Mercedes lejos de su objetivo
(vía Library of Congress)
Estado en el que quedó el crucero español
(vía Library of Congress)

El resto de su vida bajo pabellón estadounidense

Del mismo modo como sucediera con el crucero de 2ª clase Don Juan de Austria cuyo casco fue capturado tras la batalla de Cavite, el Reina Mercedes corrió su misma suerte. Fue capturado como botín de guerra el 17 de julio de 1898 y su casco reflotado entre el 2 de enero y el 1 de marzo de 1899.

Tras ponerlo a flote primero fue remolcado hasta el Astillero Naval de Norfolk, en donde se hizo una primera evaluación y más tarde al Astillero Naval de Portsmouth en Kittery, en donde se procedió a su reparación. Allí fue transformado en un pontón sin propulsión, se le retiró su armamento y propulsión y se conservó su nombre.

El Reina Mercedes a remolque antes de ser transformado
(imagen del Naval History and Heritage Command)

Fue empleado en 1904 en Newport para el alojamiento para personal de la Marina y a partir de 1912 en la Academia Naval de Annapolis en donde le dieron diversos usos como almacén y residencia del profesorado.

Causó alta en la US Navy con el nombre de USS Reina Mercedes en mayo de 1905
(imagen del Naval History and Heritage Command)

En 1920 la bandera española volvió a ondear brevemente durante la visita del acorazado Alfonso XIII a Annapolis, y a finales de la década de 1950 se barajó la idea de devolverlo a España, pero su estado de conservación desaconsejaba la operación a riesgo de hundirse por el camino.

El USS Reina Mercedes en los años ’40. Como todo buque militar se le asignó un numeral, en este caso el IX-25
(imagen del Naval History and Heritage Command)

El 6 de noviembre de 1957, fue dado de baja en la US Navy. Tan solo le quedaba pasar por el soplete, un trámite que se realizó en Baltimore, pero algo sí regresó. El día que se arrió la bandera estadounidense, estaban presentes el embajador español en Washington, José María de Areilza, y el agregado naval de la Marina. Ellos recibieron de manos del superintendente de la Academia Naval de Annapolis la campana del Reina Mercedes, que hoy en día descansa en el Palacio del Marqués de Santa Cruz, sede del Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán.

Entrega de la campana de Reina Merdedes

Más información:
Ficha del Reina Mercedes en la página web de Todoavante
Su historial en el Dictionary of American Naval Fighting Ships (DANFS)
Más datos e imágenes en Navsource

Una respuesta a “Las dos vidas del crucero Reina Mercedes”

  1. […] del “Saratoga” estuvieron presentes los de los buques de la Armada “Alfonso XII”, “Reina Mercedes” y el del cañonero “Pilar”; también asistieron el ingeniero de la Comandancia de Marina, el […]

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