El 15 de mayo de 2015 volvía a hacer escala en el puerto de Barcelona el buque rolón «City of St. Petersburg», quedó atracado en Dársena Interior y su estancia se prolongó apenas 24 horas, tiempo más que suficiente para que despachara la carga que llevaba a bordo.

City of St. Petersburg 01 - AZ
El «City of St. Petersburg» maniobrando en la Dársena Interior
(imagen de Agustín Zapiraín)

Rara vez los buques mercantes llaman la atención, sus zonas de atraque normalmente están fuera de la vista del público general y a no ser que el interesado sea alguien del sector marítimo comercial o haya ocurrido un accidente, los movimientos de estos buques pasan bastante desapercibidos.

Sin embargo, en ocasiones hay escalas interesantes como la del «City of St. Petersburg» un buque de transporte de vehículos, o Ro-Ro, cuyo aspecto físico es algo distinto como sacado de una novela de ciencia ficción que tiene la finalidad de ahorrar combustible.

Los buques Ro-Ro

El origen de los buques porta vehículos o por sus siglas Ro-Ro (roll-on/roll-off) es tan antiguo como la misma existencia del ferrocarril. A mediados del siglo XIX mediante barcos se logró vencer la barrera física de movimiento al que estaban limitados los trenes a sus propios raíles y la solución fue tan sencilla como instalar esos mismos raíles en barcos. Los trenes embarcaban por sus propios medios y desembarcaban del mismo modo que lo haría hoy en día un vehículo de un buque Ro-Ro.

Train Ferry
Grabado de la inauguración del primer transbordador ferroviario entre las localidades escocesas de Burntisland y Granton.

A falta de un diseño definitivo durante décadas la carga rodada era transportada en buques mercantes convencionales y/o con buques de carga a granel. La estiba y desestiba de la carga se hacía mediante grandes cabrias a bordo de los mismos y en el caso de los graneleros había que depender de las grúas del puerto, retrasando en días las operaciones de carga/descarga.

La Segunda Guerra Mundial, como en otros tantos adelantos técnicos, tuvo una influencia importante a la hora de diseñar nuevos buques para el transporte de vehículos, más aun cuando por requerimientos bélicos se necesitaba una rápida carga y descarga con medios nulos o muy limitados en un breve periodo de tiempo.

Los ingenieros diseñaron los buques de desembarco de carros o Landing Ship Tank (LST), no eran barcos muy grandes y algunos tenían una capacidad oceánica limitada, pero podían transportar una gran cantidad de vehículos repartidos en una o dos cubiertas y descargarlos sin ningún tipo de medio adicional en las playas o instalaciones portuarias por sus propios medios desde compuertas situadas en proa y popa.

LST - US Navy
Un LST desembarcando tanques norteamericanos a cierta distancia de la playa
(US Navy)

Pasada la guerra con la globalización y la apertura de los mercados las grandes firmas de fabricación de vehículos necesitaron de un barco mucho más especializado capaz de transportar gran cantidad de carga a grandes distancias. El primer buque PCC (Pure Car Carrier), sería construido en Japón por Kobe Works para la compañía K-Line, el «Toyota Maru Nº 10», siendo botado el 9 de julio de 1970 y su diseño causaría una gran sensación marcando la línea a seguir a partir de este barco.

Toyota Maru N 10 01 - Hellenic Shipping News
El «Toyota Maru Nº 10»
(vía Hellenic Shipping News)

El aumento del comercio mundial propició que estos barcos fueran creciendo en tamaño y capacidades y con el tiempo se irían adaptando a los tiempos modernos, incluso con la actual crisis climática.

Los buques «SSS-BOW»

Los astilleros japoneses de Kyokuyo Shipyard Corporation creyeron que parte de la solución al problema, o al menos un paliativo para reducir las emisiones de gases contaminantes en los buques estaba evidentemente en su diseño. Mientras que en otras oficinas de diseño mantenían la misma forma estructural con mejoras en la mecánica Kyokuyo Shipyard Corporation diseñaron un “pure car carrier” aerodinámico, creando y patentando la “SSS-Bow” o proa semiesférica.

City of St. Petersburg 02

El desarrollo comenzó en el año 2007 y los primeros cálculos confirmaron que la resistencia del aire con una proa semiesférica podría reducirse en un 50%. En cuanto al combustible el ahorro era de unas 800 toneladas al año y unas 2.500 toneladas de CO2 en el mismo periodo de tiempo y sin sacrificar ni una tonelada de carga.

Una vez aprobado el diseño los ingenieros tuvieron que enfrentarse al reto de su construcción, no fue fácil moldear las planchas de acero con estas formas y luego soldarlas tal y como sus diseñadores querían.

El City of St. Petersburg visto de proa
(imagen de Muhsen Hussein vía Shipspotting.com)

El resultado fue un rolón de unas 21.143 toneladas de registro bruto con una eslora de 139,9 metros por 22,4 metros de manga y 6,5 metros de calado. Es propulsado por un motor Hitachi B&W 7L42MC Mk6 de 6,965 kW. que le da 19,9 nudos de velocidad.

Entró en servicio el 22 de diciembre de 2010 para la Nissan Corporation (Nils Giesselmann vía Shipspotting.com)

Ese mismo año de 2010 los astilleros de Kyokuyo Shipyard Corporation recibieron diversos premios y eso los animó a construir más barcos con la «SSS-Bow». Pronto al «City of St. Petersburg» lo acompañó un hermano gemelo, el «City of Rotterdam» y en los siguientes años otros dos buques con cometidos distintos también fueron construidos con la proa semiesférica.

El «City of Rotterdam»
(VeCa vía Shipspotting.com)

En el año 2014 se completaba el «Natori» un feeder de 540 TEU y 136 metros de eslora, y en el 2016 el buque de transporte de cemento «Kiyoyasu Maru» de 148 metros.

El «Natori» sin duda tiene un diseño poco convencional
(lappino vía Shipspotting.com)
El cementero «Kiyoyasu Maru»
(jackosan vía Shipspotting.com)

Pero la construcción de estos barcos no se detuvo con estas cuatro unidades, en el año 2022 se entregaba el «Nagara» otro feeder de 640 TEU, el «Nogami» de 670 TEU y tienen a otro en construcción aun sin bautizar que como bien dicen ellos mismos será todo un reto.

 

Más información:
Página web de los astilleros Kyokuyo Shipyard Corporation

3 respuestas a “Un reto para el futuro”

  1. Como no podía ser de otra manera, un artículo, entretenido y didáctico.
    Un gusto leerte Toni

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    1. Gracias y gracias por tu ayuda!

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  2. […] Como vimos en una entrada anterior, los ingenieros han ideado diversos métodos como en el caso del City of St. Petersburg en donde una proa aerodinámica es la encargada de ese ahorro de combustible y de reducción de […]

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