Un 20 de mayo de 1929, en plena Exposición, hacía una escala regular el vapor «Rey Jaime I», cuya construcción se remonta a la época de la Primera Guerra Mundial. La entonces naviera Isleña Marítima ganó un concurso público para comunicar el Levante español con las islas Baleares y los puertos de Marsella, Argel y Cabrera. Para ello encargaría la construcción de un buque para cubrir la línea entre Palma de Mallorca y Barcelona.

(imagen del Museu Marítim de Barcelon)
El encargo lo recibirían los astilleros italianos de Cantieri Navali Odero en su factoría de Sestri Ponente, en Génova, siendo botado el 4 de junio de 1911 y entregado en el mes de julio del mismo año. En 1918, la Isleña Marítima se convierte en una filial de la Compañía Trasmediterránea, y este cambio no modificó ni sus rutas ni su nombre.
Este nuevo barco, que recibiría el nombre de «Rey Jaime I», tenía un desplazamiento de 2.750 toneladas a plena carga con una eslora de 96,5 metros y su capacidad máxima para el transporte de pasajeros era de 498 personas.
Este vapor sobrevivió al periodo de la Primera Guerra Mundial, durante la guerra civil española sirvió al principio como buque prisión en el puerto de Palma y más tarde sería convertido a un crucero auxiliar para la Armada nacional. Pasada la guerra volvió a la vida civil con sus rutas habituales hasta 1967 cuando sería vendido para desguace con casi 60 años de actividad.






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