La tarde del 26 de marzo de 1951 se esperaba la llegada del nuevo transatlántico estadounidense Independence, perteneciente a la compañía American Export Lines, que se hallaba en pleno viaje inaugural. Procedía del puerto de Cannes y a bordo viajaban unos quinientos turistas, además de un grupo de pasajeros que tenían Barcelona como destino final.
El buque no faltó a su cita, aunque arribó con unas siete horas de retraso debido a las malas condiciones meteorológicas y al fuerte viento reinante. Finalmente, a las cinco y media de la tarde cruzó la bocana del puerto de Barcelona y tomó atraque junto a la Estación Marítima, donde lo esperaban cerca de un millar de personas.

(Hemeroteca digital de l’Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona)
Aquel era un periodo de tímida apertura del régimen de Franco hacia sus nuevos aliados. En enero de 1951 habían visitado la ciudad los primeros buques de la Sexta Flota norteamericana, y poco a poco comenzaban a normalizarse las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países. La llegada del Independence fue un claro ejemplo de ese acercamiento, aunque no todos lo recibieron con agrado. Durante el desembarco de los pasajeros, varios grupos entre el público manifestaron su descontento, lo que provocó algunos incidentes menores y un considerable retraso hasta que los turistas pudieron finalmente pisar tierra.
A pesar de estos incidentes más tarde se realizó una recepción a bordo del transatlántico. Entre las personalidades que asistieron a la recepción figuraban: el gobernador militar, general Madariaga; el jefe del Sector Naval Militar de Cataluña, contraalmirante Cervera; el teniente de alcalde, señor García Tornel, en representación del Ayuntamiento; el presidente de la Diputación, señor Buxó de Abaigar; el cónsul general de los Estados Unidos, señor Brown, acompañado por los cónsules Sanders y Cortada, agregados de Prensa y Comercial, respectivamente, entre otros. Tras la recepción, el Independence partió de madrugada con rumbo a Palma de Mallorca.
El transatlántico Independece
El transatlántico Independence fue uno de los dos grandes buques gemelos construidos para la compañía estadounidense American Export Lines, destinados a cubrir la prestigiosa ruta entre los Estados Unidos y el mar Mediterráneo. Su construcción corrió a cargo de los astilleros Bethlehem Steel Corporation’s Fore River Shipyard, situados en Quincy, Massachusetts. Fue botado el 3 de junio de 1950 y realizó su viaje inaugural el 10 de febrero de 1951. Su gemelo, el Constitution, sería botado unos meses más tarde.

(vía DigitaltMuseum)
El Independence fue, en su tiempo, uno de los mayores y más modernos transatlánticos de bandera estadounidense. Con 23.719 toneladas de registro bruto su eslora era de 208 metros, por 21,7 metros de manga y 9,2 metros de calado. Era propulsado por dos turbinas de vapor construidas por Bethlehem Steel Corporation, con una potencia combinada superior a los 54.000 caballos, que le permitían alcanzar una velocidad máxima de 22 nudos. Su planta motriz era avanzada para su tiempo, y su sistema de calderas y engranajes reductores le daba una notable eficiencia en largas travesías. Contaba además con estabilizadores que reducían el movimiento transversal, mejorando la comodidad de los pasajeros.
Su casco, pintado de oscuro con superestructuras completamente blancas, le daba una apariencia elegante y característica. Podía transportar hasta 1.000 pasajeros repartidos en tres clases, aunque su diseño priorizaba el confort y la amplitud de los espacios sobre la capacidad total.
El interior del Independence fue concebido siguiendo el estilo moderno americano de posguerra. La decoración fue obra de afamados diseñadores, con espacios amplios, revestimientos metálicos pulidos, amplios ventanales y mobiliario funcional. Entre sus instalaciones destacaban los comedores de lujo, un teatro, piscina al aire libre, salones de baile y camarotes con aire acondicionado individual, un lujo inusual en los primeros años cincuenta. Su gemelo, el Constitution, compartía este concepto de “crucero de diseño”, pensado tanto para travesías atlánticas como para turismo de alto nivel.
Durante sus primeros años, el Independence cubrió la ruta entre Nueva York y puertos del Mediterráneo, con escalas en Gibraltar, Nápoles, Génova, Marsella o Barcelona, convirtiéndose en un símbolo del resurgir de la marina mercante estadounidense tras la Segunda Guerra Mundial.

(imagen de archivo)
En la década de 1970, con el auge de la aviación comercial y el declive de los viajes trasatlánticos por mar, fue adquirido por distintas compañías y adaptado a cruceros turísticos. Durante su larga vida operativa navegó bajo diversas enseñas y con varios nombres: además de American Export Lines, trabajó para Atlantic Far East Lines, American Hawaii Cruises, American Global Line, United States Maritime Administration, California Manufacturing Corp. y Norwegian Cruise Line. En esos años fue rebautizado sucesivamente como Oceanic Independence, Sea Luck I, Oceanic y finalmente Platinum II.

(vía Simplon Postcards)
Su carrera comercial se prolongó hasta la década de 1980, y posteriormente fue empleado en cruceros por el Pacífico, especialmente en la ruta de Hawái, donde alcanzó gran popularidad. Sin embargo, los altos costes de mantenimiento y la necesidad de cumplir nuevas normas medioambientales y de seguridad llevaron a su retirada definitiva del servicio.

(imagen de jackosan vía Shipspotting)
En sus últimos años, el Independence, entonces bajo el nombre de Oceanic, fue vendido a la empresa Global Marketing Systems, con la intención de desguazarlo. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) multó a la compañía por enviar el barco hacia Singapur sin haber sido previamente descontaminado del amianto y de los restos de bifenilos policlorados (PCB) presentes en su estructura.
En 2009, tras múltiples cambios de propiedad, el barco fue rebautizado nuevamente como Platinum II. Zarpó remolcado desde Dubái con destino a los astilleros de desguace de Alang, en la India, pero el remolcador sufrió una avería y ambos buques quedaron a la deriva a unos 25 kilómetros de su destino final.

(imagen de Capt. Hilmar Snorrason vía Shipspotting)
Posteriormente, las autoridades indias localizaron el barco en Alang con documentación falsa que intentaba ocultar su verdadera identidad. Finalmente, el Independence quedó embarrancado en la costa de Gopnath, en el estado de Gujarat, donde comenzó su desguace en 2010, poniendo fin a casi seis décadas de historia marítima.

Más información:
Los transatlánticos Independence & Constitution en la página web de SSMaritime
Imagen de portada de la colección del Museu Marítim de Barcelona





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