El 30 de mayo de 1937 un submarino franquista torpedeó el Ciudad de Barcelona, un barco que transportaba brigadistas internacionales, muchos de los cuales habían abandonado familia, trabajo y seguridad para plantar cara al fascismo. Este suceso, eje central de Les aigües de l’oblit de Sònia Garangou Tarrés, sirve como punto de partida para rescatar las biografías de aquellos voluntarios: de dónde venían, qué los había movido, qué camino recorrieron antes y qué les esperaba después, tanto a los que sobrevivieron como a los que perecieron. La autora convierte un episodio trágico en una profunda reflexión sobre la memoria, la solidaridad y la dimensión humana de la guerra.
El libro no se limita al relato del momento del ataque y el hundimiento: utiliza una gran cantidad de material documental —prensa de la época, archivos locales e internacionales, cartas, diarios personales— y testimonios orales para reconstruir la vida cotidiana de los brigadistas antes del conflicto y las consecuencias que sufrieron después. Garangou Tarrés encuentra en archivos como el de Rusia información valiosa sobre algunas de estas figuras, lo que le permite completar trayectorias que, de otro modo, habrían quedado en el olvido.
Una de las virtudes del libro es su capacidad para devolver nombres y rostros individuales a una historia que a menudo se ha tratado con datos impersonales. Muchos brigadistas eran hasta ahora anónimos, y la autora les da voz, mostrando la diversidad de procedencias y motivaciones. También realiza un ejercicio de memoria, no solo para recordar a los muertos y a los supervivientes, sino para explorar las contradicciones políticas, las durezas de la guerra y el impacto humano: la pérdida de ideales, el exilio, la tortura o los campos de concentración.
Existen, sin embargo, retos que el libro afronta con sutileza: las lagunas documentales, las trayectorias incompletas y la imposibilidad de aclarar todos los detalles. Muchos brigadistas no dejaron rastro suficiente, algunos documentos se perdieron y otros permanecen fragmentados. Esto no resta valor a la investigación, pero sí marca un límite habitual en cualquier intento de reconstrucción histórica sobre víctimas o episodios silenciados.
En conjunto, Les aigües de l’oblit es una obra emotiva y bien documentada que cumple una función esencial: rescatar del olvido a quienes sintieron la necesidad de luchar contra el fascismo, aun a costa de perderlo casi todo. Es un libro necesario para quienes desean entender la Guerra Civil Española desde las historias personales, desde las voces que no aparecen en los grandes manuales, y como un ejercicio de memoria que reclama reconocer los sacrificios y silencios del pasado.





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