El 18 de septiembre de 1892 llegaba al puerto de Barcelona la escuadra de instrucción de la Armada española compuesta por el acorazado Pelayo, los cruceros Reina Regente y Alfonso XII, la fragata Vitoria y el torpedero Temerario al mando del contralmirante Zoilo Sánchez Ocaña. Tras intercambiar los saludos al cañón con el castillo de Montjuic procedieron a fondear en la Escollera del Este, lugar en el que permanecerían hasta el día 26 de septiembre.

La escuadra procedía del puerto de Génova en donde con motivo del IV Centenario del Descubrimiento de América se estaba celebrando la Exposición Italoamericana, y a su partida debían de viajar hacia Cádiz para despedir a las carabelas que partirían hacia la Exposición Mundial Colombina que se celebraría en Chicago.
Pero de todos los buques de guerra solo uno se llevó todas las miradas, el recién estrenado cañonero Temerario. Su diseño estaba a medio camino entre un torpedero y un guardacostas diseñados por el ingeniero naval Tomás Eduardo de Tallerie y Amatller. Sería construido en Cartagena y puesto a flote el 29 de octubre de 1889. Desplazaba 570 toneladas con 58 metros de eslora. Era propulsado por dos conjuntos de máquinas, dos para las navegaciones de crucero y otras dos máquinas de tipo locomotora para las ocasiones que requirieran de más potencia y velocidad. Iba armado con 2 cañones 120 mm, 4 de 57 mm, 1 ametralladora de 11 mm y 2 tubos lanzatorpedos a proa para torpedos Whitehead.
El Temerario buque alcanzaría una gran popularidad poco antes del inicio de la guerra del ’98 y más tarde terminaría por convertirse en un elemento prácticamente permanente del paisaje del puerto de Barcelona en su última etapa de vida como guardacostas.
Más detalles sobre el cañonero Temerario y esta escala de la escuadra de instrucción en el artículo de este blog El temor al Temerario.






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