En 1995, Ron Howard estrenó la película Apolo 13, una adaptación minuciosa y cargada de tensión sobre la peligrosa odisea que afrontó la tripulación tras la explosión de un tanque de oxígeno. La historia muestra cómo los astronautas lucharon por mantener la nave funcional en medio de condiciones extremas, mientras en la Tierra los equipos de control desplegaban toda su capacidad técnica y creatividad para encontrar soluciones contrarreloj que permitieran guiarlos de regreso.

El reparto estuvo encabezado por Tom Hanks en el papel de Jim Lovell, acompañado por Bill Paxton como Fred Haise y Kevin Bacon como Jack Swigert, quienes aportaron realismo y emoción a una de las recreaciones cinematográficas más recordadas de la carrera espacial.
Y, por supuesto, contó con el apoyo de la Marina para rodar a bordo de uno de sus buques las escenas del regreso de los astronautas, una tarea que en la realidad recayó en el portahelicópteros USS Iwo Jima.

Podéis leer la entrada completa en el blog Un barco de película.






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