La efeméride de hoy sucedió en tierra a pocos metros de la mar, en la grada mayor de las antiguas Reales Atarazanas que hoy en día pertenecen al Museu Marítim de Barcelona, se inauguraba la reproducción de la galera La Real de don Juan de Austria. Dicha galera, la original, fue la nave capitana de la escuadra de la Liga Santa compuesta por algo más de 300 barcos entre galeras, galeazas y fragatas con 86.000 hombres; por el otro lado la flota otomana comandada por Alí Bajá disponía de un número similar de hombres y barcos.

Cuatrocientos años más tarde se conmemoraba esta batalla y entre otros eventos se construiría una reproducción de la galera capitana La Real a escala en los mismos astilleros que construyeron la original. De la construcción de esta réplica se encargaron los Astilleros Cardona y el proyecto estuvo liderado por el entonces director del museo, José María Martínez-Hidalgo.

La galera original desplazaba 237 toneladas en vacío y además de los remos se ayudaba para su propulsión de su aparejo de dos palos con velas latinas con una superficie vélica de 691 m². Su armamento constaba de tres cañones pesados y otros seis ligeros, y era tripulado por 400 marineros y soldados con unos 290 remeros.

La reproducción tiene una eslora de 60 metros en total y una manga de 8,40 metros, la longitud de cada uno de los remos es de 11,40 metros. Y aunque no es tan grande como lo fue la original, al menos permite hacerse una idea de cómo fue navegar con esos barcos y en el peor de los casos, como fue combatir con y contra ellos.