Poco más se puede añadir a la historia del «Titanic», y aun así, su naufragio en 1912 sigue fascinando al mundo. Más allá de la tragedia, se convirtió en un símbolo de arrogancia tecnológica y desigualdad social. Su legado vive en el cine, la literatura y la televisión, donde generaciones han revivido su dramática historia.





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