El primer submarino de la Armada

La tarde del 12 de septiembre de 1921 alrededor de las tres de la tarde en el horizonte se comenzaron a dibujar diversas siluetas de lo que parecían buques de guerra que navegaban en demanda de puerto. A medida que se acercaban a la costa poco a poco se comenzaron a percibir más detalles de estos visitantes, la mayoría de los buques eran de pequeñas dimensiones, algunos de ellos dejaban atrás una larga humareda, otros en cambio eran difíciles de identificar debido a su escaso tamaño aparente; no obstante uno de ellos, el más grande y extraño en apariencia no dejó indiferente a nadie, era el buque de salvamento y rescate de submarinos Kanguro.

Cuando llegaron a la bocana del puerto el Kanguro se puso a la cabeza de la flotilla, los prácticos de guardia salieron a su encuentro pero tan solo fueron aceptados en el Kanguro, el resto de buques entraron guiados por sus propios comandantes. La hora de llegada de la flotilla coincidió con la comida y descanso del mediodía de muchos barceloneses y trabajadores del puerto y de alrededores que pudieron desplazarse hasta los muelles para ver el espectáculo de tan singulares visitantes.

El primer barco en entrar fue el Kanguro que se dirigió hasta el Muelle de Muralla en su punto más próximo al Portal de la Paz, allí atracó de popa; detrás de él entraron los submarinos Isaac Peral, Narciso Monturiol (A-1), Cosme García (A-2) y A-3, que atracaron por popa a babor del Kanguro; los torpederos fueron los últimos en entrar, eran los Números 1, 5, 21 y 22, que atracaron a babor de los submarinos quedando arropados por el Kanguro y el transporte Almirante Lobo llegado el día anterior.

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Las escuadrillas de submarinos y torpederos flanqueados por el Kanguro y el transporte Almirante Lobo, hay que añadir que fuera de foco ya estaban presentes el contratorpedero Audaz y el crucero Río de la Plata (vía Memoria de la Junta de Obras del Puerto)

El motivo de esta visita era la de poner a prueba los nuevos materiales y equipos adquiridos por la Armada, por ello el Ministro de Marina José Gómez Acedo y el vicealmirante Salvador Buhigas se desplazarían a la ciudad Condal para presenciar las maniobras. Por otro lado, también se revisarían las nuevas instalaciones de la Aeronáutica Naval en el Muelle de Contradique y la entrega de dos nuevos hidroaviones y dos lanchas gasolineras transportados por el transporte Almirante Lobo.

Rio de la Plata - MMB
El ministro de Marina se alojó durante su estancia en el crucero Río de la Plata surto en el puerto de Barcelona (Museo Marítimo de Barcelona)

Las maniobras fueron un éxito, estuvieron perfectamente ejecutadas y deleitaron al público asistente que observaba la evolución de los buques desde la costa y los muelles y la prensa lo hacía desde uno de los torpederos. El mayor atractivo fueron los aviones pero sin duda alguna lo mejor del día fueron los submarinos. Estas naves no eran los primeros submarinos modernos que los barceloneses contemplaban, el primer ingenio de estas características que se pudo observar data de 1859 con el barco pez de Narciso Monturiol, y con la gran guerra nos visitó el alemán SM UC-74 que quedó internado en el puerto y antes que este el SM UB-48 al que le fue por poco; también pasó por Barcelona el primer submarino portugués, el Espadarte; y ahora podían volver a contemplar, además de verlo en acción, al primer submarino de la Armada española, el Isaac Peral.

Isaac Peral & Pelayo - 1919 - ANC
El submarino Isaac Peral ya estuvo en Barcelona unos años antes con una flotilla de instrucción en enero de 1919 con un motivo bien distinto, la entrega de la bandera de combate al submarino Narciso Monturiol (Archivo Nacional de Cataluña)

El Arma Submarina Española

Fue creada un 17 de febrero de 1915 bajo la que se denominó la Ley Miranda promovida por el ministro D. Augusto Miranda. Dicha ley promovía una profunda modernización de la flota, autorizando la construcción y modernización de diversos buques, así como la creación de bases navales secundarias. No obstante el ambicioso plan de Miranda de adquirir 28 submarinos se quedó en la nada desdeñable cifra de 16.

Estos submarinos quedaron repartidos en cuatro clases, la única compuesta por el solitario Isaac Peral sería encargado a unos astilleros norteamericanos y construido entre 1915 a 1917; le seguirían los tres submarinos de la clase A o Laurenti que se construirían en Italia por Cantiere navale del Muggiano entre 1914 a 1917; la serie B de 6 unidades construidas entre 1917 a 1928 en España por la Sociedad Española de Construcción Naval en Cartagena, su diseño estaría basado en la clase F-105 de la Electric Boat Company norteamericana; y basándose en el mismo diseño, con algunas diferencias, en Cartagena también serían construidos 6 submarinos de la clase C de 1923 a 1930.

El primer submarino de la Armada

El submarino Isaac Peral era prácticamente único en su género al que curiosamente la prensa norteamericana lo denominaba “the monster submarine” ya que era el más grande construido en los Estados Unidos hasta la fecha, no obstante el Isaac Peral era un derivado de los submarinos del tipo Holland modelo EB903L, siendo quizás su hermano gemelo más próximo el norteamericano USS M-1 (SS-47) del modelo EB39L que le arrebató el título al español poco más de un año más tarde.

USS M-1 - NARA
Submarino USS M-1 (NARA)

Ambos submarinos compartían muchas características aunque el español era una mejora del USS M-1, estaban construidos con doble casco (presión y externo), eran propulsados por dos motores diesel más otros dos motores eléctricos e iban armados con cuatro tubos lanzatorpedos a proa de 450 mm. y un cañón retráctil en cubierta. En cuanto a la cota máxima de inmersión la del Isaac Peral era de unos 50 metros en contra de los 61 del norteamericano.

El submarino USS M-1 no tuvo una larga vida y su función fue prácticamente experimental, sirviendo como banco de pruebas para futuros diseños además de una excelente plataforma para adiestrar a las futuras dotaciones de los submarinos.

USS M-1 - plano 1 - NARA
Plano del perfil interno del submarino norteamericano, pulsa en la imagen para acceder a una versión a mayor resolución

El submarino Isaac Peral fue construido en los astilleros norteamericanos de Fore River Shipyard en Quincy, Massachusetts. Sería botado el 22 de julio de 1916 y entregado el 31 de enero de 1917. Llevaría su nombre en honor al oficial de la Armada e inventor del torpedero submarino Isaac Peral (1851-1895), siendo este el primer buque de la Armada española en ser nombrado así, dejando de lado el Peral de 1889 al ser un modelo experimental.

Isaac Peral - Botadura - NARA
La esposa del embajador español en Estados Unidos, Alice Ward, fue la encargada de bautizar al nuevo submarino y los retrasos de entrega de la serie A hicieron que este fuera el primer submarino español (NARA)

El día de su botadura no estuvo solo a pesar de la distancia con España, además de la primera dotación del submarino con su primer comandante el teniente de navío Fernando de Carranza Reguera llegados días antes, asistió el embajador español en los Estados Unidos D. Juan Riaño y Gayangos el cual estuvo acompañado de su secretario, el coronel Urcula, agregado militar y demás personal de la embajada y cuerpo consular; además la colonia española en Nueva York regaló la bandera del buque con una placa conmemorativa del evento.

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En la imagen lo vemos navegando cerca de los astilleros de Fore River para realizar las pruebas de mar (Underwood & Underwood vía Ladysmith news)

Desplazaba 492 toneladas en superficie y 653,8 toneladas en inmersión, sus dimensiones eran de 57,95 metros de eslora por 5,8 metros de manga y 5,06 metros de puntal. Era propulsado por 2 motores diesel NLSECO de 600 HP. y 2 motores eléctricos de 340 HP. a dos ejes, su velocidad máxima era de 15 nudos en superficie y 10 nudos en inmersión; autonomía 3.700 millas náuticas a 11 nudos en superficie y/o 80 millas a 4,5 nudos en inmersión. Cota máxima de 50 metros. Dotación, 28 tripulantes.

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Su armamento principal constaba de cuatro tubos lanzatorpedos de 450 mm. en proa, en la imagen la cámara de torpedos del Isaac Peral (vía The Omaha Sunday Bee)
USS M-1 - cañon retractil - NARA
Y a proa de la vela tenía instalado un cañón de 76 mm. Bethelem Steel retráctil, en la imagen el del submarino USS M-1, muy similar por no decir idéntico (NARA)

Por primitivo que pueda parecer hoy en día este submarino, y el resto de las series A, B y C, ya disponían de ciertas ayudas electrónicas. El Isaac Peral contaba con una radio Marconi, un equipo de comunicación submarina Fessenden, una boya telefónica y una aguja giroscópica, además iba equipado con dos periscopios y en uno de ellos se podía montar un aparato de puntería.

La habitabilidad interior del primer submarino de la Armada española, excepto por su función de combate, difería mucho de los submarinos más actuales aunque aún tienen algunas semejanzas. Su dotación carecía completamente de cualquier comodidad y todo elemento que la mejorara, por poco que fuera, podía considerarse un lujo. Los oficiales dormían en literas y la marinería en hamacas; la comida iba almacenada en cámaras frigoríficas, con una reserva para unos cinco días, y los ranchos eran cocinados gracias a fogones eléctricos; a todo esto habría que añadir la falta de espacio, la humedad y el poco aire que debía de renovarse con tanques internos, pastillas químicas que producían oxígeno o saliendo a superficie.

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Parte de la tripulación del submarino Isaac Peral posando en la vela (Mundo Gráfico)

Rumbo a España

Los rumores de la inminente entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial cada vez eran mayores, si eso ocurría el submarino Isaac Peral con toda certeza quedaría internado y probablemente requisado. Se canceló la orden de enviar el crucero Extremadura para traer al submarino recién entregado, hay que recordar que el Isaac Peral, y el resto de submarinos que se estaban construyendo para la Armada, eran costeros no oceánicos y la travesía de occidente a oriente a través del Océano Atlántico pondría a prueba al submarino y a su dotación.

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Una de las últimas imágenes del Isaac Peral en Estados Unidos cruzando en canal de Cabo Cod (vía revista Hojas Selectas)

Ante tan aciaga perspectiva la Armada se vio obligada a ordenar al teniente de navío Fernando de Carranza Reguera que partiera lo antes posible de Nueva York y pusiera rumbo a España, cumpliendo su orden el 26 de febrero de 1917 pero no fue solo. Durante toda la travesía fue convoyado por el vapor español Claudio López y López de la Compañía Trasatlántica española que volvía a España.

Claudio Lopez - MMB
Vapor Claudio López y López de la Companía Trasatlántica española (Museo Marítimo de Barcelona)

No obstante el viaje no fue sencillo, la climatología no ayudó en ningún momento y la mecánica del submarino falló en diversas ocasiones. El primer fallo ocurrió a los cuatro días de la partida, uno de los motores se averió y debieron bajar el rendimiento del restante a causa de las fugas de combustible teniendo que ser remolcado desde el vapor español en diversas ocasiones, hecho que también ayudó a ahorrar combustible. El último remolque tuvo lugar a unas 960 millas al Oeste-Nord-Oeste de las Islas Canarias cuando las válvulas que comunican los tanques de combustible con el exterior fallaron y comenzaron a tener una importante fuga, a todo esto habría que añadir un temporal cerca de las Islas Canarias que complicó las tareas de remolque.

Tras 15 días de travesía y 4.000 millas submarino y dotación llegan a las Islas Canarias el 12 de marzo de 1917 a remolque del vapor Claudio López y López, en el puerto de Las Palmas lo estaba esperando el crucero Cataluña.

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El submarino Isaac Peral abarloado al costado del crucero Cataluña (Miguel Eleuterio López Rivero vía Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliografico)

Después de reparar las averías y que la dotación descansara pusieron rumbo a la península convoyados por el crucero Extremadura y terminando su épica travesía en la Base Naval de Cartagena el 26 de abril de 1917.

Su bautismo de fuego

Quizás una de las acciones más meritorias y extrañas sucedió durante la guerra del Rif de 1911 a 1927, a los submarinos Isaac Peral y B-1 apoyados por el acorazado España ponen rumbo al peñón de Vélez de la Gomera con órdenes para evacuarlo. La noche del 17 de abril de 1922 aprovechando su mayor arma, el sigilo, se aproximó primero el Isaac Peral sin ser visto por las tropas enemigas y el B-1 le siguió más tarde. Las siguientes horas fueron probablemente las más angustiosas que vivieron sus dotaciones, a la premura de evacuar cuanto antes a los civiles del peñón sin ser advertidos por el enemigo se les sumó la dificultad por maniobrar a las naves y los botes que remolcaban en un espacio muy reducido y en donde en cualquier momento podían ser descubiertos por el enemigo. Ambos submarinos terminaron satisfactoriamente la misión con algún que otro agujero de bala en la vela.

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El submarino Isaac Peral navegando frente a la costa barcelonesa, durante muchos años el submarino carecería de numeral, en 1927 se le pintó una “P” en la vela y en 1930 se le asignó la marca de costado A-0 (Archivo Nacional de Cataluña)

A partir de este acontecimiento pocos sobresaltos más viviría el submarino y volvería a visitar la ciudad Condal en noviembre de 1928, junto a otros 25 buques de la Armada, después de realizar unas maniobras en aguas de las Baleares y en la costa del Mediterráneo presenciadas por el rey.

El submarino Isaac Peral causaría baja el 18 de mayo de 1932 y sería vendido para desguace. El testigo lo recogería el submarino C-1 que sería bautizado con el nombre del insigne marino, estaría activo entre 1928 a 1950 y tras su baja el siguiente submarino sería el norteamericano USS Ronquil (SS-396) transferido a España en 1971 y activo hasta 1984.

El último Isaac Peral está por llegar será el primer ejemplar de la nueva serie llamada S-80 que debería entrar en servicio en 2022. Una vez más el nombre de Isaac Peral volverá a encabezar los submarinos de la Armada Española.

Armada

 

Más información:
Libro el «Arma Submarina de la Armada 1915-2015»
Libro «Los Submarinos Españoles» editorial Agualarga
Historia del único submarino de la clase M en Pigboats.com

Naufragio del submarino A-2 en el puerto de Barcelona

El día 10 de abril de 1927 llegaban al puerto de Barcelona los submarinos Narciso Monturiol (A-1) y Cosme García (A-2) ambos iban escoltados por el Torpedero Nº 6, los tres buques procedieron a amarrar sus cabos en el Muelle de Barcelona. La flotilla procedía de la Estación Naval de Mahón, puerto en donde tenían su base bajo el mando del capitán de corbeta D. Antonio Alonso, su misión en la Ciudad Condal era meramente técnica. Durante dos meses serían sometidos a las rutinarias reparaciones que se efectuaban cada año en el dique seco del puerto y tendrían una duración de dos meses aproximadamente.

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El submarino Cosme García A-2 abarloado de costado al crucero Extremadura (Armada española)

La visita del submarino Cosme García (A-2) al dique seco no fue muy rutinaria, una vez bajado del carenero se registró un accidente que podía haber sido el primero con víctimas mortales del Arma Submarina Española, mucho antes del accidente y hundimiento del C-4, por fortuna y gracias a la profesionalidad de la dotación del submarino más la del personal portuario, tan solo quedó en un incidente.

El submarino Cosme García A-2

El submarino Cosme García (A-2) pertenecía a la clase F, también llamada Laurenti o clase A, de construcción italiana de los que se construyeron un total de 24 unidades entre 1916 y 1918 sin nombre y numeradas de la F-1 a la F-24.

La Armada española adquirió los submarinos denominados o con el numeral F-22, F-23 y F-24, renombrados en España como Narciso Monturiol (A-1), Cosme García (A-2) y (A-3) sin nombre, dentro de la clase A. Estos tres submarinos más el Isaac Peral fueron bautizados en honor a los pioneros españoles de la tecnología submarina y se convirtieron en los primeros submarinos del Arma Submarina de la Armada.

Tabla A

La clase F fue diseñada por el arquitecto naval Cesare Laurenti (1865-1921) y era una evolución de la anterior clase denominada Medusa. España no fue el único cliente de esta serie de submarinos, marinas de guerra de Portugal, Brasil, Suecia y Rusia, también se interesaron en la adquisición de algunas unidades.

La clase Laurentti fue una serie de submarinos fáciles de operar, muy maniobrables y económicos, tanto para su compra como para su mantenimiento. Eran ideales para navegar en aguas poco profundas y en mares cerrados como el Mar Adriático, no siendo muy apto para navegaciones en aguas abiertas como las del Atlántico, su cota habitual de inmersión era de unos 40 metros. Su estructura disponía de doble casco, externo y de presión, las secciones internas estaban divididas en diversos mamparos estancos separando la cámaras de torpedos, oficiales, control/maniobras, sala de máquinas y baterías. En cuanto a la parte externa tenía un diseño y una apariencia muy parecido a un barco torpedero.

El submarino Cosme García fue construido en los astilleros de FIAT San Giorgio en Muggiano  (La Spezia), siendo botado el 17 de junio de 1917 y dado de alta el 25 de agosto de 1917.

Perfil A-2
(Julio Martínez Pillet vía U-Modelismo.com)

Desplazaba 262 toneladas en superficie y 319 toneladas en inmersión, su eslora era de 45,63 metros por 4,22 metros de manga y 4,18 metros de puntal. Era propulsado por dos motores diesel FIAT 2C 216 más dos motores eléctricos Savigliano a dos ejes, velocidad máxima 12,3 nudos y 8 nudos en inmersión; autonomía máxima en superficie 1.300 millas náuticas a 9 nudos y/o 139 millas a 1,5 nudos en inmersión. Cota de inmersión 45 metros. Dotación, 26 tripulantes. Su armamento era de dos tubos lanzatorpedos de 450 mm. a proa con cuatro torpedos de reserva, más 1 cañón de 76 mm. y una ametralladora de 6,5 mm.

El naufragio

Además de la actividad comercial del puerto de Barcelona, los astilleros Nuevo Vulcano primero y Unión Naval de Levante más tarde, ofrecían a todos aquellos buques que lo necesitaran un servicio de carenado en el dique seco flotante y deponente disponible. Durante el año 1927 pasaron por el dique un total de 182 buques de todo tipo y nacionalidad, de los que 6 eran militares, estos fueron el crucero Rio de la Plata, los Torpederos números 6 y 17 y los submarinos Narciso Monturiol y Cosme García.

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El submarino Cosme García A-2 en una visita anterior a Barcelona (vía Arma Submarina 100 años en imágenes)

El submarino A-2 subió a dique seco el día 19 de abril de 1927, finalizados los trabajos se puso a flote para pruebas en la mar. Estas pruebas se efectuaron la mañana del día 28 de junio para comprobar el estado de sus motores de combustión, una vez finalizadas amarró sus cabos de punta en el Muelle Nuevo frente a los astilleros de Nuevo Vulcano.

Al mediodía, cerca de las 2 de la tarde, se efectuaron más pruebas pero en el interior del puerto, esta vez se pretendía verificar el estado del sistema de válvulas compensadas de los tubos lanzatorpedos disparando con tan solo aire comprimido y sin carga de torpedo. Este simulacro de lanzamiento requería la apertura de las compuertas exteriores de los tubos y así se ejecutó abriendo la compuerta exterior del tubo lanzatorpedos de estribor para llenarlo de agua, sin razón aparente el mecanismo de bloqueo que impide que la compuerta exterior y la interior permanezcan abiertas a la vez no funcionó, por tanto al abrirse la compuerta exterior también se abrió la interior entrando en la cámara de torpedos un gran caudal de agua.

La tripulación que se hallaba en la cámara de torpedos intentó por todos los medios cerrar la compuerta interior, mas la fuerza del agua era tan fuerte que lo único que podieron hacer fue cerrar la compuerta que comunicaba con la cámara de oficiales a fin de controlar la inundación. A pesar de la dificultad, procuraron cerrar la compuerta interior del tubo lanzatorpedos y detener la entrada de agua, pero todos los esfuerzos fueron en vano, por lo que dirigieron todo su empeño en intentar cerrar la compuerta exterior, con un éxito parcial.

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Secciones internas de un submarino de la clase Laurenti o F (vía Betason, XI Gruppo Sommergibili Atlantici)

Con el agua a la altura del pecho se procedió a asegurar lo máximo posible al submarino para minimizar los daños, previo al desalojo del mismo; se cerraron las escotillas de proa y la de recarga de torpedos, se sellaron los compartimentos estancos y se desconectaron las baterías, finalmente se cerró la escotilla de popa y la de la vela quedando el submarino sin tripulación y hundiéndose poco a poco por proa ligeramente escorado a babor.

En ese estado permaneció hasta que llegó la ayuda de la Junta de Obras del puerto y de otros buques de la Armada que se hallaban en las proximidades. Mediante dos grúas de 60 y 80 toneladas se intentó izar al submarino y estabilizarlo, durante estas operaciones se empezaron a oír algunas explosiones internas, apareciendo en la superficie algunas burbujas, gases y un humo con tono amarillento.

Una vez tuvieron estabilizado al submarino mediante las grúas, un buzo intentó taponar la compuerta exterior del tubo lanzatorpedos, sin éxito, por lo que se decidió izar al submarino por proa para dejar fuera del agua las compuertas de los tubos lanzatorpedos. Aislado el principal causante de la inundación, se comenzó el achique del agua mediante bombas y una vez el agua hubiera descendido lo suficiente, entraron miembros de la tripulación protegidos con máscaras antigás cedidas por el comandante del portahidros Dédalo surto en el puerto. La dotación, no sin riesgo a pesar de las máscaras, logró cerrar la compuerta interior del tubo lanzatorpedos y una vez asegurada y detenida la inundación las grúas volvieron a poner al submarino horizontal.

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Rescate del submarino naufragado en el puerto de Barcelona (MJOP 1926-1929)

A la mañana siguiente ambas grúas depositaron al submarino A-2 sobre el agua dejándolo que flotara libremente, aunque seguía un poco escorado a babor. Al mediodía se condujo al submarino al dique flotante, quedando fuera del agua sobre los careneros a la espera que la atmósfera interior volviera poco a poco a ser respirable.

No se tuvo que lamentar ninguna pérdida humana pero si hubo heridos, aún con las máscaras de protección, no se pudo evitar que algunos tripulantes que entraron en el submarino para cerrar la compuerta interior del lanzatorpedos se intoxicaran levemente con los gases de cloro que emanaron de las baterías al contacto con el agua, estos heridos fueron asistidos por sanitarios del portahidros Dédalo.

En cuanto a la avería de las compuertas, se encontró un defecto en el sistema de bloqueo, defecto que para evitar que sucediera en el resto de la serie fue solventado lo más rápidamente posible.

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El submarino Cosme García A-2 con el portahidros Dédalo al fondo (colección José de Dios)

En el periodo comprendido entre 1928 a 1929 el submarino Cosme Garcia (A-2) fue sustituido por el A-3 en la Estación Naval de Mahón. A mediados de 1929 los submarinos destacados en Mahón fueron los Isaac Peral A-0, Narciso Monturiol (A-1), Cosme García (A-2) y A-3, más el Torpedero Nº 6 y el transporte Almirante Lobo como buques de apoyo. La División de submarinos de Mahón fue disuelta en 1930, volviendo todos los submarinos a Cartagena. El submarino Cosme García A-2 causó baja en la Armada el 17 de diciembre de 1931.

Flotilla Submarinos_patch

 

Para saber más:
Revista General de Marina Tomo 101 página 239
Foro Betason, XI Gruppo Sommergibili Atlantici, submarinos clase F (italiano)
Memoria de la Junta de Obras del Puerto de Barcelona 1926-1929