Los faros de Barcelona

La existencia de los faros es tan antigua como lo es la navegación por los mares y océanos del mundo. En la antigüedad a falta de los potentes focos alimentados con energía eléctrica de hoy en día, la única fuente de luz que se podía utilizar era el fuego. Mediante grandes piras situadas en lo alto de una torre, castillo o atalaya en donde poder señalizar a los navegantes a bordo de sus navíos la proximidad de tierra firme o de algún puerto cercano.

Es de sobras conocido el Faro de Alejandría, construido en el siglo III a. de C. en la isla de Faro en Egipto, isla que dará nombre a esta construcción de guiado de navíos. Fue construido por el arquitecto Sóstrato de Cnido por orden de Ptolomeo I y fue el pionero en este tipo de construcciones.

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El faro de Alejandría según Johann Bernhard Fischer

A medida que la navegación se volvía más compleja, al separarse mas los navíos de la costa y adentrarse mar adentro, se hacía más necesario el emplear nuevas tecnologías y métodos de señalización para la seguridad marítima, a fin de lograr luces más potentes visibles a grandes distancias. Se utilizaban combustibles como el carbón o la madera, el alquitrán o la brea ardiendo en tederos en lo alto de una torre o atalaya. Más adelante se utilizaron lámparas de aceite o mechas alimentadas con sebo.

Lentille de Fresnel, Musée national de la Marine, Paris, France
Lente de tipo Fresnel (imagen Myrabella)

No fue hasta casi el siglo XVIII que no aparecieron las primeras lentes, los reflectores y las luces giratorias con el fin de alcanzar una distancia mayor; también cambiaron los combustibles, abandonando los aceites vegetales o de origen animal por los aceites minerales como la parafina, y con la llegada del siglo XIX también llego el petróleo y los combustibles derivados de él. Ya en el siglo XIX el inventor francés Augustin-Jean Fresnel (1788-1827) consiguió desarrollar unas lentes escalonadas que concentraban e intensificaban el haz de luz.

La calificación de los faros se obtenía de una unidad de medida llamada orden u órdenes¸ dividida en seis categorías dependiendo de la distancia focal y del diámetro interior de las ópticas; mientras que la intensidad luminosa se media en cárceles.

En el siglo XX las lámparas de los faros se alimentaban con gases como el acetileno, el butano o el propano, hasta mediados de siglo dejándose de utilizar con la aparición de la electricidad.

No hay que olvidar el componente humano de estas construcciones, normalmente estaban habitados por un par de fareros o guardafaros. Su función principal era la de asegurar el correcto funcionamiento de la lámpara y el mantenimiento general del mismo. Este oficio en muchas ocasiones se heredaba de padres a hijos y en la actualidad se encuentra prácticamente desaparecido con las estaciones de faros automáticas.

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Eugenio Linares, uno de los últimos fareros de España. Artículo completo de diario ABC

En el siglo XII en todo el litoral catalán y en las proximidades de la ciudad de Barcelona había situadas torres de vigía y atalayas. Tenían diversos usos, principalmente defensivos y de alerta con un uso secundario para la seguridad marítima, como por ejemplo avisar de la llegada o partida de embarcaciones y alertar de naufragios próximos a la costa.

En Barcelona en el siglo XVI el Consejo de Ciento (Consell de Cent) mandó construir una torre de vigilancia en Montgat, al norte de Barcelona. Actualmente en esta localidad se conserva una torre que data de la misma época y está en parte restaurada, hoy en día se la conoce con el nombre de “Torre de Ca n’Alzina” y podría ser la misma que ordenó construir el Consejo de Ciento.

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Perfil marítimo de Barcelona en el siglo XVI (Anthonis van den Wyngaerde)

Ya en la misma ciudad las únicas instalaciones que podían ejercer de atalayas o faros en la antigua Barcino y ciudad medieval de Barcelona eran las torres defensivas de la muralla. Entre estas torres se hallaban las más próximas al mar como las de Sant Joan o la de Santa Eulalia en las Atarazanas, y la atalaya de Monjuich en la cima de la montaña.

En el siglo XVIII se obtuvo una autorización real para que Cataluña pudiera comerciar libremente con América, este hecho se tradujo en un incremento del tráfico marítimo y del tamaño de las naves que recalaban en la ciudad. En este momento fue cuando se acometió la reforma del puerto de Barcelona, obligando por lógica el aumentar las medidas de seguridad marítimas con la construcción de un nuevo y mejor faro.

Torre de la Linterna

A mediados del siglo XVIII las aguas del puerto interior quedaron prácticamente innavegables a causa de las arenas y sedimentos provenientes del rio Besós, estos sedimentos sobrepasaron el rompeolas y se fueron depositando en el fondo del puerto, por este motivo era más que necesaria la ampliación del dique para proteger el interior del puerto.

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Puerto de Barcelona en el siglo XVIII

La ampliación fue encargada al noble e ingeniero militar español de origen holandés Joris Prosper Verboom (1665-1744), entre las múltiples mejoras se incluía la construcción de una nueva linterna de recalada que más tarde se conocería con el nombre de la Torre de la Linterna (Torre de la Llanterna) y mucho más tarde como Torre del Reloj (Torre del Rellotge), terminada en 1772 y erigida sobre un antiguo baluarte para sustituir a la antigua linterna de recalada construida en 1616. En 1842 se instaló en la Torre de la Linterna una luz giratoria y en 1855 fue reemplazada por un aparato de sexto orden con una luz visible a nueve millas y al cargo de dos fareros. Otros usos que se le dieron a esta instalación durante su vida operativa fueron las de comandancia de marina, caseta de prácticos, despacho de pasaportes e incluso control sanitario.

Torre Reloj
El antiguo faro ahora convertido en reloj (Antoni Casinos Va)

Con la continua ampliación del dique del este, la Torre de la Linterna pronto quedó en desuso con la puesta en servicio del faro o farola del Prat en 1852 y más tarde por el faro de Monjuich en 1904. Como la torre se encontraba en buenas condiciones, se optó por desmontar la linterna y en su lugar instalar un reloj de cuatro esferas, uno por cada esquina de la torre.

En 1842 se constituyó la llamada Comisión de Faros, con el fin de proveer a las costas españolas de una amplia red de luces de guía y navegación para los buques que transitaban por las rutas comerciales frente a las costas españolas. Hasta esa fecha tan solo había tres faros en toda Cataluña y otros diecisiete en el resto de España. Sus frutos no tardaron en aparecer, en 1858 ya había cuarenta faros operativos en las costas españolas.

Faro / farola del Prat del Llobregat

De la necesidad de evitar los arenales del delta del Llobregat nació la farola del Prat, encendida por primera vez el 1 de enero de 1852 está construido sobre el emplazamiento y los cimientos de una antigua torre de vigía del siglo XVI, que a su vez fue derruida y convertida en fortín en 1693.

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Faro del Llobregat o Far de la torre del Riu (José Martínez Sánchez)

Se utilizó como faro de recalada y para advertir de los peligros de la zona del Delta del Llobregat, su luz era de segundo orden visible a una distancia de 18 millas, aumentado a 21 millas en la actualidad. En 1903 con la construcción del faro de Monjuich se planeó su destrucción y derribo a favor del nuevo, aunque disponía una ventaja de la que no disponía el faro de Montjuich, en condiciones de niebla espesa el faro de la montaña se volvía inútil e invisible, en cambio el faro del Prat conservaba su utilidad y visibilidad.
Con las sucesivas ampliaciones del puerto, el faro ha quedado absorbido por el mismo y aun sigue en servicio. En 2001 se le instaló una estación de GPS diferencial con un alcance de 100 millas, mediante este sistema se consigue corregir las posiciones erróneas propias del sistema GPS.

Far del Llobregat
Aunque superado por la tecnología y absorbido por el tamaño del puerto aun sigue dando su función de faro (Antoni Casinos Va)

Faro de Montjuich

 

Faro de Montjuic
El faro de Montjuic (Antoni Casinos Va)

La construcción de este nuevo faro fue motivada una vez más por la ampliación del puerto, su situación se halla en la ladera sur este de la montaña de Montjuich a una altitud de 108 metros sobre el nivel del mar. Por su privilegiada posición tiene un mayor alcance que el Faro del Prat. En el año 1906 se construyó una estructura provisional con una luz de cuarto orden y en 1915 se reemplazó la linterna de combustión de petróleo por una luz incandescente visible a 30 millas. Finalmente en 1922 se iniciaron las obras de construcción de un nuevo edificio obra del arquitecto José Cabestany, que se terminaría e inauguraría en 1925, actualmente se conserva en perfecto estado, el único cambio desde su inauguración fue la instalación de un grupo electrógeno y una baliza de emergencia dotada de un prisma giratorio con una autonomía de 20 días.

Faro del rompeolas

Faro_del_rompeolas

Con la ampliación del dique del este, más conocido popularmente como “rompeolas”, también se vio necesaria la construcción de un faro para advertir la posición de este dique. Su construcción se terminó en 1930, con un faro de cuarto orden. Este faro estuvo en servicio hasta 1968, fecha de su demolición a causa de la constante ampliación del dique del este. Parte de este viejo faro fue utilizado para construir el antiguo restaurante de Portacoeli, abierto al público desde 1926 hasta el año 2000, también desaparecido en la actualidad.

Otros faros y señales

En 2015 se pusieron en servicio dos nuevos faros, estos se hallan situados a la entrada de la bocana norte y de la bocana sur, ambos son visibles desde una distancia de más de 10 millas náuticas y son completamente autónomos en lo referente a la energía, su luz es alimentada con energía solar. Tampoco hay que pasar por alto toda la señalización lumínica de la zona portuaria.

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Faro de la bocana norte (Antoni Casinos Va)

Todos los faros, balizas y boyas que ayuden y alerten sobre peligros a la navegación, ubicados en el litoral de las provincias de Barcelona y Gerona están bajo la tutela de la Autoridad Portuaria de Barcelona, Barcelona y Gerona conforman la provincia marítima de Barcelona.

El resto de señales en los distintos puertos del litoral dentro de las mismas provincias de Barcelona y Gerona, dependen de la Generalidad de Cataluña.

Faro

 

 

Para saber más:
Artículo de La Vanguardia edición digital de Xavi Casinos, «Viaje al interior del primer faro»
Faros del mundo, «Faros, Fareros, Puertos y Autoridades Portuarias»
Departament d’Innovació, Universitats i Empresa de la Generalitat de Catalunya, «Los faros de Cataluña» en PDF