El día 1 de julio de 1970 hacía su primera entrada al puerto de Barcelona el gran transatlántico inglés SS Canberra, perteneciente a la compañía Peninsular & Oriental Steam Navigation Co. (P&O), su esbelta figura y su obra muerta pintada de un reluciente color blanco no pasó desapercibida para nadie y no era para menos. Hasta la fecha este fue el barco de pasajeros más grande que había recalado en el puerto de la ciudad Condal.

El SS Canberra quedó amarrado por su costado de babor en la Estación Marítima del Muelle de Poniente allí lo estaban esperando representantes de la compañía P&O y de la consignataria Mac Andrews & Co., al ser esta una ocasión única el capitán del barco ofreció una recepción a bordo a primera hora de la tarde. A ella asistieron además de los representantes de la compañía armadora y consignataria, diversas autoridades portuarias y de la ciudad. El mismo capitán se ofreció para guiar a los invitados por todas las dependencias del gran transatlántico que finalizaría con un almuerzo.
Este transatlántico fue el primer gran buque de pasajeros construido por el Reino Unido desde la finalización de la guerra, seguido unos años después por el RMS Queen Elizabeth 2 que lo superaba con unas 30.000 toneladas más. El Canberra se hizo popular alrededor del mundo y en Barcelona no fue menos con sus al menos cuarenta visitas durante toda su vida operativa.
El SS Canberra
Fue construido para la compañía P&O para el transporte de pasajeros entre el Reino Unido y la región de Australasia, su construcción fue encargada a los astilleros ingleses de Harland & Wolff Ltd. en Belfast. Su quilla sería colocada el 23 de septiembre de 1957 y su botadura tendría lugar el 16 de marzo de 1960 siendo bautizado con el nombre de Canberra por su madrina Pattie Menzies la esposa del Primer Ministro de Australia, John Gordon.

Desplazaba 45.720 toneladas de registro bruto con una eslora de 249,39 metros por 31,24 metros de manga y 9,77 metros de calado. Era propulsado por dos turbinas de vapor British Thompson Houston que alimentaban a sendos alternadores conectados a las hélices, este sistema turbo-eléctrico le daba una potencia de 85.000 shp. y una velocidad máxima (en pruebas) de 29,2 nudos.

El 2 de junio de 1961 emprendería su viaje inaugural partiendo desde el puerto de Southampton con rumbo a Australia y llegando a la costa Este de los Estados Unidos. Su primera gran travesía lo llevaría a recalar en los puertos de Gibraltar en donde haría una breve escala para cargar y descargar correo, Nápoles, transitaría por vez primera por el Canal de Suez, seguiría por Adén, Colombo, Freemantle, Melbourne, Sídney, Auckland, Honolulú, Vancouver, San Francisco, Los Ángeles y Wellington, el viaje de regreso volvería a cruzar por Suez y finalizaría su viaje el 4 de septiembre en Southampton.

A finales de los años sesenta, tal y como le sucediera a los buques de pasajeros coetáneos, el SS Canberra y su compañía P&O vivieron la decadencia de los grandes transatlánticos debido al auge y abaratamiento del transporte de pasajeros por avión. Como la mayoría de las flotas de las otras compañías, debió de evolucionar y encontrar un nicho de mercado que se ajustara a los nuevos tiempos, por tanto a mediados de los años setenta la compañía P&O lo adaptó para realizar viajes turísticos alrededor del mundo.
![[Creuer Canberra]](https://envisitadecortesia.files.wordpress.com/2020/05/ss-canberra-03-aj-gir.jpg?w=541&h=542)
En esta nueva línea de viajes hubo uno algo especial, el 23 de junio de 1973 el SS Canberra partiría desde el puerto de Nueva York con destino a las costas de África Occidental muy cerca de Dakar, su misión era la de interceptar durante su ruta al eclipse de sol del 30 de junio de 1973. El crucero tendría una duración de unas dos semanas y media y los pasajeros, unos 2.600, contarían con unos invitados de excepción: los escritores de ciencia y ficción Isaac Asimov, Franklyn Branley y Walter Sullivan más los astronautas Scott Carpenter y Neil Amstrong.
La “gran ballena blanca” se va a la guerra
El 5 de enero de 1982 iniciaba desde su base en Southampton un nuevo crucero alrededor del mundo, una vez más visitarían los exóticos puertos de Madeira, Bermuda, Acapulco, San Francisco, Kobe, Hong Kong y Singapur entre muchos otros, cruzarían por el Canal de Panamá del Océano Atlántico al Pacífico y a su regreso transitarían otra vez el Canal de Suez, pero cerca del final de su viaje en el puerto de Nápoles recibirían nuevas órdenes ya que Reino Unido había entrado en guerra con Argentina.
El 2 de abril de 1982 tropas argentinas ocupaban las Malvinas, dos días más tarde el transatlántico quedaba requisado por el gobierno de Margaret Thatcher y se le ordenaba poner rumbo a Southampton en donde debería desembarcar a todo el pasaje para poder preparar al buque para su nuevo cometido, el transporte de tropas.
Tal y como sucediera en el pasado en tantas otras guerras en las que se había visto involucrado el Reino Unido, la flota civil tuvo que ayudar cuando el gobierno se lo requería. En el pasado grandes transatlánticos habían sido adaptados para el transporte de tropas, como buques hospitales o simplemente como cruceros auxiliares. Para esta nueva guerra el Reino Unido requisó tres transatlánticos, los MV Queen Elizabeth 2, SS Canberra y SS Uganda; además de una importante flota de 45 buques que incluían transbordadores, buques Ro-Ro, portacontenedores, diversos mercantes, petroleros, remolcadores y otros auxiliares.
El Canberra concretamente en su base de Southampton sería modificado para poder embarcar 2.000 soldados debidamente pertrechados, además en tan sólo dos días se le instalarían dos plataformas de helicópteros, una delante del puente de mando y otra detrás cubriendo la piscina.

Tras las obras concluidas y con las tropas a bordo el SS Canberra pondría rumbo al Atlántico Sur el 9 de abril de 1982, harían escala para avituallarse en Freetown el 19 de abril y en un día de navegación llegarían a la base de Ascensión antes de poner rumbo a San Carlos.

El 20 de mayo el SS Canberra echó el ancla en la Bahía de San Carlos dando comienzo el desembarco de las tropas inglesas para recuperar el control de las islas. La respuesta de las Fuerzas Armadas de Argentina no tardó en aparecer, aviones IA-58A Pucará, IAI Dagger, Mirage IIIEA, A-4B y A-4C Skyhawk procedieron a atacar a los buques de guerra ingleses que se hallaban en la bahía. La batalla tuvo un alto coste para ambos bandos, la Royal Navy perdió a las fragatas HMS Ardent, HMS Antelope y HMS Conventry; por otro lado muchos de los aviones argentinos cayeron derribados por la artillería antiaérea de los buques ingleses y por misiles aire-aire de aviones Sea Harrier.

En medio del caos se encontraba el SS Canberra que con su característico color blanco de buque de pasajeros ofrecía un objetivo inmejorable para los aviones argentinos que, o bien lo confundieron con un buque hospital o bien recibieron órdenes de no atacarlo, aun así y a pesar de los rumores el SS Canberra se salvó de ser alcanzado por las bombas lanzadas desde los aviones argentinos.
Pasados los combates los soldados que aun permanecían a bordo fueron transbordados al Queen Elizabeth 2, su siguiente misión sería la de repatriar a los soldados argentinos capturados durante los combates. El 25 de julio partiría de Port William y el 11 de julio regresaría a casa, en Southampton, poniendo punto final a su particular participación en la Guerra de las Malvinas.

Último tramo
Los siguientes quince años transcurrirían sin ningún incidente remarcable, a excepción quizás, de la milagrosa reaparición en su piscina de la meretriz Lindi St. Claire conocida como Miss Whiplash y que estaba siendo buscada por un fraude con la hacienda pública. Dicho personaje desapareció en enero de 1993 y la prensa especuló con que la habían asesinado o se había suicidado, las autoridades comenzaron una búsqueda frenética en todo el país para localizarla, sin mucho éxito; finalmente durante todo ese periodo especulativo y de búsqueda Miss Whiplash apareció sorprendentemente bronceándose en la piscina del SS Canberra.

Como vaticinio de su final el SS Canberra sufriría una aparatosa avería en la mar, la madrugada del 7 de diciembre de 1994 con rumbo hacía Southampton en medio de un fuerte temporal de agua y viento que alcanzaba en rachas los 100 Km/h, perdió toda la potencia de sus motores quedando durante hora y media a la deriva, a bordo viajaban 2.426 pasajeros y tripulantes del transatlántico. La misma dotación del barco logró reparar las máquinas y no hizo falta asistencia exterior, pese a que la mayoría del pasaje estaba en sus camarotes descansando el capitán mantuvo a todos los pasajeros informados y alerta por si debían de proceder a evacuar el barco.


Dos meses más tarde llegaba por última vez al que había sido su puerto base en Southampton los últimos 36 años, «la gran ballena blanca» había navegado más de tres millones de millas por los mares y océanos del mundo, de sus cabinas y cubiertas habían disfrutado cerca de un millón de pasajeros y en tiempo de guerra transportó alrededor de 6.500 soldados. El 10 de octubre de 1997 partiría por última vez desde Southampton para poner rumbo a Pakistán, días más tarde sería vendido para desguace por algo más de cinco millones de dólares, hecho que tendría lugar en la playa de Gadani, despareciendo la última pieza de él un año más tarde.

Más información:
Historia de la compañía P&O en la página web de «P&O Heritage» (inglés)
Información adicional del SS Canberra en la página web SSMaritime.com (inglés)
Imágenes adicionales de la revista naval de Spithead en 1994 en Simplon Postcards
Más buques de pasajeros vistos en «Famous Ocean Liners: The Story of Passenger Shipping, from the Turn of the Century to the Present Day» de William H. Miller